BOLIVIA: WHEN PEOPLES COME BACK TO LIFE
By: Andrés Soliz Rada

 

In a note with the title “The National Agony” published in La Epoca on 4-12-05, we said that Bolivia was about to disintegrate as it had lost its “ajayu” (Aymara word meaning soul). We added that in order to change such a situation the electoral victory of Evo Morales on December 18^th would not be enough, because to stop the debacle and reopen the path of hope, such victory needed to be smashing and capable of turning the Movimiento al Socialismo (MAS) from a simple electoral party into a Patriotic Movement that could pull together the forces of the oppressed nation. And the miracle happened. Evo obtained 54% of the votes which gives him the legitimacy needed to transform the neoliberal policies that drove the country to the edge of disintegration. Once again it was confirmed that the peoples can always find a way to preserve their existence.

However, it would be a big mistake to think it will be easy to recover the country’s self-esteem, dignity, sovereignty and natural resources. Speakers from Aznar’s Party in Spain already showed their claws when they affirmed, with no evidence, that Evo won the election thanks to Venezuelan petrodollars. Since when are the resources of a Latin-American country more far-reaching than those of the Empire and the transnationals?

Internally, the local oligarchy will join ranks with the Senate of the Republic where, due to an absurd electoral system, they have one Senator more than Evo’s supporters. This could allow for the sabotage of all new bills, on the grounds of lack of quorum in the High Chamber. In view of such circumstances, MAS leaders warned that the social movement will not put up with oligarchic sabotage. The big media are in neoliberal hands. Such is the case of a morning national paper whose director is a member of Movimiento Bolivia Libre (MBL) responsible, together with Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL), for the elimination of the State oil entity.

Neoliberals are also in command of important government departments, and from there they will hinder efforts by the State to recover control over the entire productive chain of hydrocarbons and to convene a Constituent Assembly that could lay the foundations for a less excluding country with departmental autonomies within a national unity, that would promote the industrialization of the country and insert it in Latin American projects such as the South American oil enterprises promoted by the President of Venezuela.

Problems will also come from a “hot-headed” left that has already set one-hundred day deadlines to Evo for solving structural problems such as unemployment and salary rises, with total disregard for reality. Today, more than ever, the social movements must side with Evo to face the great challenges of Bolivia. The need for a social truce to confront the Empire and deal successfully with the enormous future difficulties is crucial.

Trends within MAS may also emerge and endanger MAS itself. In the list of candidates are militants from conservative parties who joined its ranks hoping to preserve the privileges of the class they represent. They will advocate “prudence” so that nothing changes. This will erode Evo Morales’ hope and credibility. Within MAS there are also fundamentalist groups and, although not of great impact, they promote an extreme indigenous trend which will hinder the widespread consolidation in every district of the political instrument of change. The tasks we Bolivians have before us are gigantic and difficult. However, now that we recovered our “ajayu”, we can look at the horizon with hopeful eyes.

 

BOLIVIA: CUANDO LOS PUEBLOS RESUCITAN

Por: Andrés Soliz Rada

En nota titulada "La Agonía Nacional", publicada en "La Epoca", del 4-12-05,decíamos que Bolivia estaba en camino de desintegrarse por haber perdido su "ajayu" (palabra aymara que significa alma). Añadíamos que, para revertir la situación, el triunfo de Evo Morales, en las elecciones del 18 de diciembre último, era insuficiente, ya que, si se deseaba detener la debacle y reabrir el camino de la esperanza, esa victoria tenía que ser contundente, a fin de convertir

al Movimiento al Socialismo (MAS), de mero frente electoral en Movimiento Patriótico capaz de aglutinar al conjunto de la nación oprimida. Y el milagro se produjo. Evo obtuvo el 54 % de los sufragios, lo que le proporciona la legitimidad que necesita para revertir las políticas neoliberales, que llevaron al país al borde de la desintegración. Se confirmó, una vez más, que los pueblos saben encontrar las respuestas que necesitan para preservar su existencia.

Sin embargo, sería grave error creer que la recuperación de la autoestima, de la dignidad, de la soberanía y de los recursos naturales serán tareas fáciles. Todo lo contrario. Voceros del Partido de Aznar, en España, ya mostraron las uñas, al afirmar, sin prueba alguna, que Evo ganó los comicios con los petrodólares de Venezuela. ¿Desde cuando los recursos de un país latinoamericano son superiores a los del Imperio y de las transnacionales?

En lo interno, la oligarquía nativa se aglutinará alrededor del Senado de la República, donde, gracias a un absurdo sistema electoral, los derrotados tienen un senador más que los partidarios de Evo, lo que los llevaría a sabotear todos los proyectos de ley, por la vía de falta de quórum en la Cámara Alta. Ante esta situación, dirigentes del MAS advirtieron que los movimientos social es impedirán el sabotaje oligárquico. Los grandes medios de comunicación social están en manos neoliberales. Así ocurre con un matutino nacional, cuyo director es parte del Movimiento Bolivia Libre (MBL), responsable, junto a Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL), de la desaparición del ente petrolero estatal.

Los neoliberales controlan también importantes gobiernos departamentales, desde donde tratarán de impedir que el Estado recupere el control de los hidrocarburos en toda la cadena productiva y convoque a una Asamblea Constituyente, que debe colocar los cimientos de un país menos excluyente, con autonomías departamentales, en el marco de la unidad nacional, que impulse la industrialización del país y lo inserte en proyectos de contenido latinoamericano, como la empresas petroleras de la América del Sur, propuesta por el Presidente de Venezuela.

Sin embargo, los problemas vendrán también de una izquierda "termocéfala", que ha comenzado a otorgar plazos de cien días a Evo para resolver problemas estructurales, como la desocupación, e incrementos salariales al margen de la realidad. Hoy, más que nunca, los movimientos sociales deben enfrentar los grandes desafíos de Bolivia junto a Evo y no contra él. La vigencia de una tregua social para enfrentar al Imperio y encarar con éxito las tremendas dificultades que se avecinan es indispensable.

También pueden surgir corrientes, dentro del MAS, que pongan en jaque al propio MAS. En ese listado se hallan los militantes de partidos conservadores que ingresaron a sus filas, con la finalidad de mantener sus privilegios y los de las clases sociales a las que representan. Ellos predicarán "prudencia" para que nada cambie, lo que erosionaría las esperanzas y la credibilidad de Evo Morales. Pero también dentro del MAS se hallan grupos fundamentalistas, aunque de escasa importancia, que predican un indigenismo a ultranza, lo que impedirá que el instrumento político del cambio se consolide en todos

los distritos del país. Las tareas que los bolivianos tenemos por delante son gigantescas y difíciles. Sin embargo, al haber recuperado nuestro "ajayu", permite observar el horizonte con una mirada de esperanza.