http://www.jrebelde.cu/2006/abril_junio/junio-6/zapatero.html

 
«Ni Zapatero, ni paz, ni nada...»

Rajoy, el peor ciego.

Luis Luque Alvarez
luque@jrebelde.cip.cu

Menos de lo que dura un merengue a la puerta de un colegio. Así podría ilustrarse la cortedad del apoyo que prometió el líder del derechista Partido Popular, Mariano Rajoy, al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para alcanzar el fin de la violencia en España, tras el cese el fuego proclamado el 24 de marzo por la organización armada separatista Patria Vasca y Libertad (ETA).

Ha sido breve el entusiasmo «popular» por el incipiente proceso de paz, y si bien no ha habido todavía una declaración oficial, ya el secretario general de ese partido, Ángel Acebes, aseguró públicamente que «el proyecto de Zapatero es el proyecto de ETA». Si esto no es una bofetada y un portazo, no imagino qué lo sea...

Para justificar su decisión, el principal partido de la oposición española ha citado la disposición del Partido Socialista de Euskadi (PSE) de sentarse a conversar con la ilegalizada Batasuna, que aglutina a buena parte de la izquierda independentista vasca. Para algunos, dicha formación es sencillamente el brazo político de ETA, razón por la que el PP rechaza frontalmente cualquier intento de diálogo.

El PSE, no obstante, ha dicho que solo hablará con Batasuna después de que Zapatero anuncie en el Congreso de los Diputados el inicio de las conversaciones con ETA, lo que podría ocurrir este mismo martes. Y es que, si se desea alcanzar la paz, hay que intercambiar con el otro. ¿O acaso Rajoy y sus correligionarios conocen algún tipo de contacto telepático, totalmente aséptico, que pueda hacer factible avanzar hacia el fin del conflicto? Si lo hay, sería buen motivo para un filme de Spielberg...

Según pinta, lo que sucede es que el PP no puede aceptar que el gobierno socialista se lleve el gato al agua. A lo mejor el silencio de las armas no llega durante la actual legislatura, pero no cabe duda de que la estrategia de abrir las puertas a quien de

see hacer algo por la paz —tras más de cuatro décadas de bombas, secuestros, guerra sucia «antiterrorista», etcétera—, será un buen precedente para su consecución definitiva.

De momento, el Congreso de los Diputados votará este martes contra una resolución de la oposición derechista, que vincula necesariamente el inicio de una negociación con ETA al «cese definitivo de cualquier actividad delictiva y la desaparición de la banda terrorista». Esto es un absurdo del tamaño del Everest: la desaparición de ETA podría ser precisamente uno de los resultados del proceso negociador; entonces ¿cómo se va a plantear como condición?

En cuanto a lo primero, no se ha reportado «actividad delictiva» alguna desde el 24 de marzo, fecha de inicio de la tregua. Si el Ministerio del Interior ha verificado su cumplimiento, ¿no es un signo de que la organización separatista está mostrando su voluntad de legitimar el camino político? El estado ideal sería la paz ya, ahora mismo, pero la realidad es otra: todos tienen sus reclamos, y hay que debatir. No cerrar los ojos.

Lamentablemente, no es fácil convencer al «peor ciego», máxime cuando las vísceras se le enervan por el caudal político que inevitablemente obtendrá el gobierno socialista si la negociación llega a buen puerto.

Pero España, a fin de cuentas, lo que necesita es paz, no las constantes descalificaciones contra quienes hacen algo por alcanzarla. ¿Es muy difícil darse cuenta de esto, señor Rajoy?