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El mejor regalo

José Alejandro Rodríguez
nacional@jrebelde.cip.cu

Casi naufrago de cifras y más cifras, de cálculos y pronósticos gananciosos, cuando navego por la información internacional en torno al Día de las Madres, esa celebración tan oportuna para vaciar bolsillos y engordar arcas con los sentimientos más hormonales de la gente.

Como México y otros países latinoamericanos festejaron la maternal jornada el pasado domingo, de allí llueven los dígitos como presagio de lo que trasuntará hoy en otras regiones del mundo: según The Bank of America, el homenaje a la matriz universal es el repunte más alto en la curva de las remesas que los inmigrantes del país azteca en Estados Unidos envían a sus familias. Los estimados en torno a este Día de las Madres frisaban los mil millones de dólares. Y en los envíos y transferencias de los que tienen que sudarla mucho para su viejecita, las instituciones monetarias y agencias de mensajería le apuestan su tajada al cariño filial.

«Acelera mamá el motor de las ventas», tituló así la publicación mexicana La Vanguardia, y presagiaba que el desborde amenizado con mariachis, mañanitas, corridos y tequilazos en los restaurantes del Distrito Federal solamente, representaría ingresos de 105 millones de pesos para los dueños de esos servicios. A alguien se le ocurrió que los «restauranteros» celebren su día junto a las progenitoras, sonando monedas en sus bolsillos.

La euforia de los regalos ha sido en esta semana el fuerte de la prensa del corazón y los chismorreos, esa que lamentablemente apuesta a las madres entre sus más seguros destinatarios, y anda vendiendo sueños de grandeza con los presentes que los famosos prodigan. Pero ninguno ha sonado tanto como el arreglo floral de 900 dólares que la estrella Tom Cruise encargó para esa belleza casi perfecta que es su amada Katie Holmes.

Si las flores sintieran como algunos aseguran, el ramo de Katie Holmes hoy se deshojaría en un santiamén, al conocer el regalo que la organización Save the Children ha hecho a la rebeldía de todas las mujeres: Un estudio realizado en 125 países que estremece la vergüenza con evidencias como estas: cada año unos dos millones de bebés mueren en las primeras 24 horas después de nacidos, y más de medio millón de madres fallece en el embarazo o en dificultades del parto.

La investigación revela que una madre de Etiopía —bien pudiera ser esa agonizante del Sahel que exprime sus famélicos pechos intentando salvar al bebé, cubierto de moscas bajo el sol— tiene 37 veces más posibilidades de ver morir a su hijo antes del primer año de vida que su similar de Suecia— bien pudiera ser esa rosada y satisfecha mujer que estrecha a su rolliza criatura, la cual, a su vez, abraza una muñeca rubia en un comercial de juguetes inteligentes de una firma digital.

No sé por qué hoy esta digresión me impidió prodigar dulzuras y regocijos en una melosa crónica para esos seres sagrados. No sé si fue que, huyendo de una cola a rebato frente a una tienda de La Habana, donde sudorosos contendientes se disputaban baratijas para regalar, una señora muy achacosa pero con luz en los ojos, me confió su visión muy personal de esta celebración. A riesgo de parecer áspera, ella no cree en un día de lujo sino en todos los días. Y a su hijo más de una vez le ha devuelto los presentes, cuando no se ha portado bien ni se ha ocupado de ella. «Amor y respeto, no hay precio ni envoltura para el único regalo que necesita una madre», me dijo y se fue con su cantinela a otra parte.