Rolando Pérez Betancourt: Technology and Sex (Granma April 27, 2006)

Granma daily, April 27, 2006

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.
http://www.granma.cubaweb.cu/2006/04/27/cultura/artic03.html
Technology and sex
ROLANDO PÉREZ BETANCOURT
rolando.pb@granma.cip.cu

So as not to be appalled at what I’m reading, I focus my mind on the fact that the 20^th century is gone for good and we must be "open"to technological progress, and that what Jules Verne envisaged back in the 19^th century (the submarine, who would have thought so!) eventually came true, but as I read –and try to understand– I can’t help remembering when I had my first dates and my heart on tenterhooks, a dried-up mouth and a platonic giddiness beyond description, smearing my hair with grease before the attack, as part of a youthful, everlasting stage that would lead up to plain sex.

However, what am I reading?

Oh dear, Jules Verne!, a future where sexual relations will find pleasure in artificial friendship.

Such has been the assurance given by many experts gathered in the United States to discuss what sex will be like in the next decade. “What is bound to come about before 2016 is a multi-sensual experience of virtual sex”, says Julia Heiman, director of the Kinsey Institute for Research on Sex, Gender and Reproduction at Indiana University.

A journalist covering this issue, Gina Lynn criticizes those still undecided to welcome the advantages offered by the Internet for fear of the sex-technology combination. They ‘still’ yearn for a human link, but they’re wrong!, some specialists remark, since a warm relationship between two creatures “can be found on line”.

As expected, no entrepreneur wants to be left behind in this race for such skinless, technological-sensual future they perceive, and nothing better for that purpose than “combining explicit video images with real tactile sensations”.

Xstream3D Multimedia president Brad Abram maintains [PC game] Virtually Jenna allows users to have sex with porn movie star Jenna Jameson, thanks to devices that simulate the motion of genitalia. For a price of about 25 euros, customers waste no time in romantic strolls under the moonlight or conversations aimed at defining a couple’s complexities (blessed mysteries). No siree!: straight to the point and, once satisfied, switch the target of our sensations off the screen.

To the relief of some, there are people like Pepper Schwartz, Washington University professor of Sociology and author of several books on sex, technology is still far from creating robots able to "wipe out" and replace the chemistry between two beings who love each other.

However, other experts say new gadgets will come up in the next few decades capable of stimulating our brain and –according to what I’m reading– “create a sexual experience without manipulating the genitalia”.

Of course, there will be no shortage of naive people, but I’m optimistic and think they will not prevail. Otherwise, pity our grandchildren and their sweethearts, for they will never know what they missed.

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Leo, y para no espantarme por completo, pienso que hace rato dejamos atrás el siglo XX y que hay que estar “abierto” a los adelantos tecnológicos y que lo que Julio Verne concibió en el XIX (¡el submarino, quién se lo iba a creer!), luego se hizo realidad, pero mientras leo —y trato de comprender—, no puedo menos que acordarme de las primeras noviecitas y de aquellas sensaciones de corazón apretujado, boca reseca, mareo platónico indescriptible mientras me embadurnaba de vaselina el cabello, antes de lanzarme al ataque, un tránsito juvenil, imperecedero, hacia lo que después sería el sexo pleno.

¡Ay, Julio Verne!, un futuro en el que las relaciones sexuales serán satisfechas por amistades artificiales.

Lo aseguran no pocos expertos reunidos en los Estados Unidos para analizar cómo será la próxima década en lo concerniente al sexo. “Lo que posiblemente se presente antes del 2016 será una experiencia multisensual de sexo virtual”, asegura Julia Heiman, directora del Instituto Kinsey para la Investigación sobre Sexo, Género y Reproducción en la Universidad de Indiana.

Y Gina Lynn, periodista que escribe sobre el asunto, critica a los que aún no se deciden a desnudarse ante las ventajas que ofrece la Internet, porque tienen miedo de la combinación sexo-tecnología. Son aquellos que “todavía” añoran una conexión humana, ¡pero están equivocados!, alegan algunos especialistas, porque esa relación cálida, entre criaturas, “la ofrece la Red”.

Como es de suponer, los empresarios no quieren quedarse atrás en ese futuro tecnológico-sensual, sin piel humana que avizoran, y para ello nada mejor que “combinar las imágenes de video explícitas con sensaciones táctiles reales”.

Brad Abram, presidente de XStream3D Multimedia, asegura que el juego Virtually Jenna permite al consumidor practicar sexo con Jenna Jameson, una estrella del cine porno, gracias a dispositivos que siguen el movimiento de los genitales. El servicio cuesta cerca de 25 euros y lo usuarios no tendrán que perder tiempo con paseos románticos bajo la luna ni conversaciones que traten de dilucidar las complejidades (benditos misterios) de la pareja. ¡No señor!: directo al asunto y una vez satisfechos, apretar el interruptor para que el objetivo de nuestras sensaciones desaparezca.

Para algún alivio, no faltan los que como Pepper Schwartz, profesor de Sociología en la Universidad de Washington y autor de varios libros sobre sexo, la tecnología está aún lejos de crear robots “que barran” y superen las sensaciones que pueden crear dos seres que se amen.

Pero otros especialistas aseguran que en las próximas décadas habrá aparatos que podrán estimular el cerebro y —según leo— “crear una experiencia sexual sin la manipulación de los genitales”.

Claro que no faltarán los que caigan en la trampa, pero, optimista, pienso que no van a imponerse. Porque de ser así, pobrecitos nuestros nietos y sus novias, que no sabrán lo que se perdieron.