Juventud Rebelde
 

De los absurdos miamenses

A cargo de:
Juana Carrasco Martín

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http://www.jrebelde.cu/2006/abril_junio/abril-12/print/internos.html

Simplemente un libro para niños y dio paso al desatino que encuentra nido especial en Miami, donde la intolerancia hace de las suyas a diario. Un padre, uno solo, se quejó; y de la biblioteca de una escuela pública del condado Miami-Dade fue retirado un libro de viajes a Cuba. Le molestaba la descripción y las imágenes de la vida cotidiana «bajo un gobierno comunista».

Vamos a Cuba, título en español, o A Visit to Cuba, como lo llamó en inglés su autora Alta Schreier, trae fotos de niños sonrientes en su uniforme escolar y de una fiesta celebrando el triunfo de la Revolución cubana. Eso bastó para que el personaje llamado Juan Amador, que se presenta como «ex prisionero político en Cuba», dijera a la WTVJ de Miami: «Yo encontré que ese material no era confiable. Esa es una Cuba que no existe».

Como resultado de la malintencionada estupidez, la mentira tuvo eco. El vocero del distrito escolar, Joseph García, aunque explicó que el libro —publicado en 2001 como parte de una serie de volúmenes para escolares de segundo y tercer grados, que describen varios países como Australia, el Reino Unido y otros— «es una muy simple representación de la vida y obviamente la situación política y social en Cuba es más compleja», amparó que fuera removido de la estantería de la primaria Marjory Stoneman Douglas.

A su vez, el superintendente Rudolph Crew anunció la posibilidad de que el texto «sea sacado de todas las bibliotecas?». Torpeza que se aviene al absurdo y la irracionalidad que rigen la vida de una ciudad y, aun más, extienden el dislate hasta una Casa Blanca que lo ampara, lo estimula, lo financia en una política que pretende por todos los medios hacer desaparecer un sistema social y económico que les da urticaria.

Sin embargo, también hay voces sensatas que llaman a la reflexión, a pesar de que no parece haber en el sur floridano el clima para que una inteligencia ponderada dicte la convivencia.

Howard Simon, director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en el estado de Florida, cuestionó la decisión del centro de estudios y del irritado y hasta ahora solitario padre: «Si el padre que hizo la objeción no quiere que su hijo vea este libro, ese es su derecho, pero no pienso que eso le dé el derecho a ocultar información a cada niño que asista a cada escuela elemental en el condado Miami-Dade», y «ese es el poder que el superintendente le ha dado a ese padre».

Pero el asunto pica y se extiende con una reunión para revisar el libro en la escuela de marras, citada para el 19 de abril, casualmente día en que Cuba andará celebrando el  aniversario 45 de la Victoria de Girón y en ese apartado y bello lugar de la geografía cubana, en la Ciénaga de Zapata, niños en uniforme escolar aprenderán de su historia, estudiarán, jugarán y reirán felices. Mientras que en Miami algunos llorarán la derrota en Bahía de Cochinos, quizá entre ellos un solitario fanático, resentido y ciego de ira dispuesto a la quema de libros…