Juventud Rebelde
April 6, 2006

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.
http://www.jrebelde.cu/2006/abril_junio/abril-6/mundo_irlanda.html

Northern Ireland: Who killed the spy?
Luis Luque Álvarez
luque@jrebelde.cip.cu

Donaldson (al centro), junto a Martin McGuinness (izquierda) y Gerry Adams, líderes del Sinn Fein. (Foto: AP)Donaldson (center), with Sinn Fein leaders Martin McGuinness (left) and Gerry Adams (Photo: AP)

To some the answer is "quite clear": the Irish Republican Army (IRA) is responsible. According to British daily The Independent, "the long arm of Republican revenge reached a far-off cabin in Ireland’s mountains and killed IRA and Sinn Fein ex-member Denis Donaldson."

Oddly enough, the newspaper has been faster in drawing conclusions than the police experts themselves. But things are more complicated than that. For starters, who was the deceased?

 

No other than one of the key leaders of nationalist party Sinn Fein, which supports current British province of Northern Ireland’s natural insertion into the Republic of Ireland. Ever worthy of Sinn Fein leaders Gerry Adams and Martin McGuinness’s full confidence, Donaldson astonished friends and foes alike by revealing in December, 2005 to have served British espionage for over 20 years!

 

Now he’s back in the headlines after being found on Tuesday, shot dead and his right hand showing signs of mutilation, in a faraway ranch with neither light nor water in Northwest Ireland where he had decided to live when he was banned from the party.

 

No doubt the hypothesis of IRA’s culpability comes handy: thanks to Donaldson’s cooperation with London intelligence services, several members of the pro-independence armed group would be dead or in prison. So, what is his murder but a score settled by those being spied on?

 

Even his wounded right hand could be the finger accusing the IRA. For years, punishment of defectors and those gone astray were commonplace. However, pro-British paramilitary groups of the Ulster Defense Association terrorized citizens with similar practices, so this detail is not to be taken as de facto evidence against the independence militants.

 

Since I am not a policeman and find myself a few thousand kilometers away from the crime scene, I’d rather change the headlining question to: Who benefits from Donaldson’s violent death?

 

Well, those willing to keep the peace process at a standstill. Since 2002, the autonomy granted by Great Britain to that province was suspended after Sinn Fein was falsely charged with spying on its reunification advocates in Stormont Castle, headquarters of an Assembly of powers shared between Catholics and Protestants. Ex-agent Donaldson himself had reported the alleged snooping never happened and was but a fabrication of British intelligence. Therefore, was IRA’s the only grudge held against him?

 

Furthermore, the seriousness of the group’s disarmament efforts – certified by an international commission last September – as well as its willingness to undertake the political path in order to make the Ulster return to the bosom of the common Irish home, would be called into question.

 

Extremist Ian Paisley, head of the Democratic Unionist Party, thinks along the same lines. A fervent, pathological opponent of a unified Ireland, he has already warned that what he calls "IRA/Sinn Fein’s" involvement in the killing would hamper any progress of the peace process. Just what he wants with all his heart.

 

And if the crime takes place two days before London and Dublin announced a new plan to break the impasse, I repeat, who benefits from the spy’s death?

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Irlanda del Norte: ¿Quién mató al espía?

Luis Luque Álvarez
luque@jrebelde.cip.cu

http://www.jrebelde.cu/2006/abril_junio/abril-6/mundo_irlanda.html

Donaldson (al centro), junto a Martin McGuinness (izquierda) y Gerry Adams, líderes del Sinn Fein. (Foto: AP)
Donaldson (al centro), junto a Martin McGuinness
(izquierda) y Gerry Adams, líderes del Sinn Fein. (Foto: AP)

Para algunos la respuesta está «muy clara»: el responsable es el Ejército Republicano Irlandés (IRA). Según el diario británico The Independent, «el largo brazo de la venganza republicana llegó hasta una remota cabaña en las montañas irlandesas y cargó con la vida de Denis Donaldson, el ex miembro del IRA y el Sinn Fein».

Curiosamente, el rotativo ha sacado conclusiones más rápido que los peritos policiales. Pero el asunto es algo más complejo. Primeramente, ¿quién era el finado?

Nada menos que uno de los dirigentes clave del partido nacionalista Sinn Fein, que propugna la inserción natural de Irlanda del Norte (hoy provincia británica) en la República de Irlanda. Hombre de extrema confianza de Gerry Adams y Martin McGuinness —líderes de esa formación—, Donaldson dejó boquiabiertos a amigos y enemigos cuando en diciembre de 2005 reveló haber servido al espionaje británico ¡por más de 20 años!

Ahora ha regresado a las páginas de los diarios. El martes fue encontrado muerto de un disparo y con señales de mutilación en su mano derecha, en un rancho remoto sin luz ni agua corriente, en el noroeste irlandés, adonde había decidido recogerse tras ser expulsado del partido.

La hipótesis de la culpabilidad del IRA es, indudablemente, muy cómoda: gracias a la colaboración de Donaldson con la inteligencia de Londres, varios militantes del grupo armado independentista estarían muertos o encarcelados. Así, ¿qué es su asesinato, sino un ajuste de cuentas de los espiados?

Incluso la herida en su diestra podría ser una señal acusatoria contra el IRA. Durante años, los castigos contra desertores e indisciplinados fueron algo común. Pero los paramilitares pro-británicos de la Asociación de Defensa del Ulster aterrorizaban a los ciudadanos con prácticas  similares. De modo que este detalle no debe ser un indicio automático contra la organización independentista.

Prefiero entonces —como no soy policía, y estoy a algunos miles de kilómetros de la escena del crimen— cambiar la interrogante del titular: ¿A quién le conviene la muerte violenta de Donaldson?

Pues a quienes desean que el proceso de paz continúe estancado. Desde 2002, la autonomía concedida por Gran Bretaña a esa provincia está en suspenso, por la falsa acusación de que el Sinn Fein espiaba a sus colegas unionistas en el castillo de Stormont, sede de la Asamblea de poderes compartidos entre católicos y protestantes. El mismo ex agente Donaldson denunció que el presunto fisgoneo jamás existió, y que era un invento de la inteligencia británica. Luego, ¿solo el IRA tendría cuentas que ajustar con él?

Por otra parte, la seriedad del desarme del grupo, certificada por una comisión internacional en septiembre pasado, quedaría en entredicho, así como su voluntad de tomar el camino político para devolver el Ulster al seno del hogar común irlandés.

No muy distinto lo ve el extremista Ian Paisley, jefe del Partido Democrático Unionista. Este personaje, a quien la idea de una Irlanda unificada casi le provoca convulsiones, ya advirtió que la implicación de lo que él llama «IRA/Sinn Fein» en el asesinato, obstaculizaría todo avance del proceso de paz. Justo lo que él desea de todo corazón.

Y si el crimen sucede dos días antes de que Londres y Dublín anuncien un nuevo plan para salir del impasse, repito la pregunta: ¿A quién aprovecha la muerte del espía?