Durante mi estancia en Alemania fui entrevistado por
varios medios de comunicación, esta es la entrevista del
periodista
Harald Neuber
para el portal
Amerika 21,
cuya versión en español él ha tenido la cortesía de
hacerme llegar.
Iroel Sánchez es ingeniero y
periodista cubano. Trabaja en el Ministerio de
Comunicaciones de Cuba. Fue Presidente del Instituto
Cubano del Libro y mantiene el blog
La pupila insomne.
Iroel, ¿qué es lo que está pasando en este momento entre
Cuba y los Estados Unidos?
¿Estamos viviendo una reanudación de las relaciones, una
normalización, un acercamiento?
Hay una reanudación de las relaciones diplomáticas. Y
hay lo que podemos calificar como primer paso de un
largo proceso hacia la normalización. Todavía no hay
normalización porque no puede haber normalización cuando
un país bloquea al otro, cuando
ocupa el territorio de este otro de manera ilegal,
cuando tiene regulaciones que impiden a sus ciudadanos
viajar a este país. Por lo tanto, mientras todo eso se
mantenga en pie, mientras este país
financie un grupo de programas para cambiar el orden
constitucional vigente en el otro, es muy difícil hablar
de normalización.
¿Qué
tienen que ver los acontecimientos actuales con el
proceso latinoamericano de integración?
Este proceso ha sido una de las causas del
restablecimiento de las relaciones. El propio presidente
(estadounidense Barack)
Obama ha
reconocido que intentando aislar a Cuba los Estados
Unidos han quedado aislados en el continente. Cuba no es
solamente un país integrado en América Latina que
mantiene relaciones con todos los países
latinoamericanos, sino es un país líder en este proceso.
Cuba fue sede de la segunda cumbre de la
Celac,
Cuba tiene programas de cooperación con muchos de los
países de la región en el ámbito de la salud y de la
educación, y es un referente en todos los mecanismos
internacionales en los cuales América Latina participa.
En
una entrevista con el diario estadounidense
The New York
Times,
el presidente estadounidense dijo, refiriéndose a la
llamada Doctrina Obama, que su gobierno va a aplicar
nuevos métodos para cambiar a Cuba, que va a usar el
soft power, como lo llaman. Y si eso no funcionara,
podrían volver a la política convencional en cualquier
momento. ¿Esta soft power no significa un peligro para
Cuba?
Bueno, hay un compatriota tuyo,
Karl von
Clausewitz, que decía que la guerra es
la continuación de la política con otros medios.
Nosotros en Cuba estamos ante la continuación de una
guerra con otros medios. Yo creo que Estados Unidos
tiene unos objetivos en su política exterior de
dominación, y estos objetivos los están tratando de
lograr con unos métodos más acordes a las condiciones en
que hoy Cuba se relaciona con el mundo. No me sorprende
que eso sea la concepción, porque Estados Unidos es un
estado imperial que ejerce una doctrina de dominación
que no depende de Obama o de un gobierno equis sino de
grupos de intereses. Los gobiernos en ese país pueden
oscilar dentro de determinadas pautas pero siempre las
élites de este país tienen y mantienen sus intereses.
Obama dijo el 19 de diciembre del año pasado, dos días
después de anunciar la reanudación de las relaciones,
que va a ejercer una política de palos y zanahorias con
respecto a Cuba. Yo creo que después ha sido más
inteligente, ha sido más diplomático. Pero también creo
que ese día fue muy honesto. Al restablecer las
relaciones, claro que busca influir en el gobierno de
Cuba, en sus instituciones, en el liderazgo cubano.
¿Y
eso no representa un peligro para la Revolución Cubana?
Representa un desafío, diría yo. Pero yo diría también,
como dice un viejo refrán cubano, una cosa piensa el
borracho y otra el bodeguero. Ellos tienen sus objetivos
y nosotros tenemos los nuestros. Yo creo que el hecho de
que caminemos hacia una relación donde desaparezca el
bloqueo es una gran oportunidad para Cuba. Nuestro país
va a estar en mejores condiciones para defender su
proyecto aún con estos nuevos desafíos. No podemos haber
estado luchando contra el bloqueo durante más de cinco
décadas y ahora, que nos acercamos por primera vez a una
situación en que hay posibilidades de que desaparezca
con todas sus limitaciones, todas sus imposiciones y
todos los daños que hace a la vida del pueblo cubano, no
lo veamos como algo muy positivo, aunque implica nuevos
desafíos. Pero también creo que implica un desafío para
el gobierno de los Estados Unidos. E implica
oportunidades para Cuba de influir en los Estados Unidos
y en las relaciones internacionales. Cuba ha demostrado
en meses recientes que mantiene una política exterior de
principios hacía Venezuela, hacía Puerto Rico, hacia
Europa. Y si Estados Unidos cree que va a influir en la
política exterior de Cuba, que va a influir en el
compromiso del gobierno cubano con su pueblo, con la
justicia social, que Cuba va a permitir la construcción
de un capitalismo que permita la dominación de Estados
Unidos, no conoce a Cuba. Entonces, de lo que se trata
es de un desafío muy grande, y tenemos que aprender a
defender nuestra idea y nuestro proyecto en nuevas
condiciones.
¿Que,
dirías, serían los pasos más importantes que tienen que
hacer los Estados Unidos para lograr una verdadera
normalización en las relaciones bilaterales con Cuba?
El fin del bloqueo. El fin de las programas subversivos
y de proyectos como radio y televisión Martí. El fin de
la ocupación ilegal de una parte del territorio cubano
en Guantánamo. Esas serían los pasos principales que
permitirían una normalización. Hay otro tema que es la
Ley de Ajuste Cubano que es una paradoja porque reconoce
como refugiados políticos a personas que viajen a
Estados Unidos y que provienen de un país con el cual
Estados Unidos ahora mantiene relaciones diplomáticas.
Eso es, creo, incompatible con el discurso que el propio
Obama y el propio gobierno de los Estados Unidos está
dando.
Hace
unos días, la ODEPA, la Organización Deportiva
Panamericana, se solidarizó con Cuba después de las
deserciones de varios deportistas durante una estancia
en Toronto, Canadá. A la par, la ODEPA dijo respetar las
decisiones individuales de los deportistas, Pero estas
deserciones también tienen que ver con la política de
los Estados Unidos, ¿no?
Claro. Si Estados Unidos no tuviera una política de
convertir en héroes los que abandonan el país y de
acoger automáticamente a cualquier cubano, estas
personas no tuvieran el estímulo a dar este paso. Además,
eso es un acto exclusivo para Cuba. O sea, en el caso de
países que tienen situaciones económicas o sociales
mucho más complejas y de los cuales emigran mucho más –
desde México hasta Haití – no se dice que “huyen” estas
personas. Pero en el caso nuestro, los cubanos “huyen
del socialismo”. ¿Pero de qué huyen los mexicanos y los
haitianos? Ahí, que yo sepa, no hay socialismo. Todo eso
es objeto a una gran manipulación. Son instrumentos
viejos de la propaganda que Estados Unidos han mantenido
contra Cuba durante todos estos años.
…
que también afectan a los médicos cubanos en el
exterior.
Hay otro programa que creó Bush que se llama Cuban
Medical Professional Parole Program. Es un programa
criminal porque lo que busca es dejar sin asistencia
médica a los millones de personas humildes en el mundo
que, si no tuvieran médicos cubanos ahí, carecieran de
asistencia. Eso es una contradicción entre el discurso
oficial de los Estados Unidos que han dicho
recientemente que quieren colaborar con Cuba en estos
programas de salud internacional, y por otro lado
intentan sabotearlos.
Iroel, en el discurso político y mediático aquí en
Europa con respecto a Cuba, el tema de los derechos
humanos juega un papel central. ¿Que dirías tú como
bloguero, ¿existe libertad de expresión en Cuba?
Bueno, basta ver los blogs en Cuba para contrastar lo
que se dice. También te puedo decir que en Cuba no hay
ni un solo bloguero detenido, lo cual no es normal si
vemos la situación en otros países de América Latina.
Incluso en Estados Unidos han existido blogueros
hostilizados por sus opiniones. En muchos lugares ha
habido gente procesada jurídicamente por el uso de redes
sociales. Ahora mismo acabamos de ver una ley en España
que le dicen la Ley mordaza. Y de eso casi no se habla
en los demás países europeos. Eso también lo vemos en
otras esferas. Cuando se enteraron en países europeos de
las cárceles secretas de la CIA que se usaron para
tramitar a presos de la llamada guerra contra el terror
a Guantánamo, no hubo ningún tipo de condena.
Entonces, ¿como va a afectar todo ese proceso de
acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos a la así
llamada oposición interna?
Hay dos tendencias en esto. Hay una tendencia a acogerse
a una especie de centro político que parece ser el nuevo
destinatario de la política de los Estados Unidos, y hay
un sector que está muy vinculado con la extrema derecha
de Miami que está tratando constantemente de gestar
provocaciones para dañar este proceso de acercamiento.
Estos sectores que reciben dinero directamente de Miami
o de los Estados Unidos y algunos de sus aliados, son
totalmente dependientes. No existirían si no existieran
políticas fuera de Cuba que los estimularan. El
reposicionamiento de algunas de estas personas tiene
también que ver con un método que se puede ver con mucha
frecuencia que es una especie de tercerización de la
subversión, o sea, ya no reciben dinero directamente del
gobierno de los Estados Unidos, no reciben entrenamiento
en la embajada de los Estados Unidos,
sino de Universidades, fundaciones, en los propios
Estados Unidos o en terceros países de Europa o
América. Yo diría que es un método más encubierto, pero
no menos injerencista. El papel de estas personas sigue
siendo el de la marioneta a pesar de que el guante sea
menos evidente. Todo eso tiene que ver con el hecho de
que Estados Unidos ha tenido que aceptar la exigencia de
Cuba de cumplir con las reglas de la Convención de Viena.
A
principios de los años sesenta, Fidel Castro dijo las
famosas palabras a los intelectuales con la frase
“Dentro de la revolución, todo; contra la revolución,
nada”. ¿Qué significado tiene esta frase hoy día, en el
año 2015?
Se cita mucho eso, pero no se cita lo que vino después.
Dijo a continuación que solamente debemos renunciar a
aquellos que sean incorregiblemente
contrarrevolucionarios. Se ha tratado de pintar este
discurso como un discurso excluyente cuando, al
contrario, lo que está diciendo es que la Revolución
debe tratar de que todo el mundo quepa en ella. Yo creo
que sigue siendo un llamado a la unidad. Hay que
entender que hay dos pilares que mantienen la Revolución,
uno es la independencia del país y la otra es la
justicia social. En un proyecto tan amplio como ese, ¿quién
se puede oponer a la independencia de la nación? Bueno,
estas personas que viven del trabajo para un poder
extranjero. ¿Quién se puede oponer a lo que hoy
hasta el Papa Francisco abraza, que es el ideal de
la justicia social? Por eso te digo que no solo estas
palabras siguen vigentes sino que han sido asumidas por
la mayoría en América Latina. Pues al final cada pueblo
debe tener el derecho de ejercer su libertad y, segundo,
todos los seres humanos deben tener un grupo de
garantías para vivir en dignidad.