A NEW PENTAGON “LAW OF WAR MANUAL”
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/ 

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.

Just when it seemed the US government’s official policy language couldn’t get any more paradoxical, self-justifying, and replete with inconsistencies, the Pentagon issued its “Law of War Manual” which dictates legal conduct for service members from all branches during military operations.

In an evaluative article –released by TheAntiMedia blog and Anti-Media Radio– writer and journalist Claire Bernish describes this new legal instrument of the Pentagon as “alarming”.

“Though the enormous tome of 1,180 pages is drier than stale bread,” says the journalist, “there are plenty of alarming entries which more than warrant a thorough perusal.”

Bernish points out that this manual is the first comprehensive change made to the US Department of Defense’s laws of war policy since 1956, and has been in the making for 25 years.

One significant change in terminology directly targets journalists, stating, “in general, journalists are civilians. However, journalists may be members of the armed forces […] or unprivileged belligerents.” This new designation as “unprivileged belligerents” replaces –who knows with what intention– the Bush-era term, “unlawful combatants” to define possible terrorists that might impersonate journalists, says Bernish.

The journalist believes that on a purely surface level, a manual of laws governing the details of how a country behaves in conflict intimates that certain conduct—including that which would violate human rights—is simply unacceptable. “Although this is technically, ostensibly true of this user guide, its contents belie the United States’ standing as the most arrogantly bellicose government on the planet.”

An example of this is the well-documented use of depleted uranium by U.S. forces during the Iraq War and beyond which left thousands of Iraqi civilian victims to suffer monstrous congenital malformations well into the future. This has been categorically condemned worldwide, but the new Law of War Manual establishes depleted uranium as an “acceptable” tool of war.

From 2004 up to today, the rate of congenital malformations in the Iraqi city of Fallujah has surpassed that of the Japanese cities of Hiroshima and Nagasaki – where nuclear bombs were dropped 55 years ago, after the Empire of Japan had announced its intention to surrender.

Also listed under the heading of “Lawful” are cluster munitions. These internationally-banned bombs, however, are delineated in the manual as having “Specific Rules on Use”—notably, such weapons’ use “may reflect U.S. obligations under international law.”

The writer recalls that this ignores the fact that the 2008 Convention on Cluster Munitions was agreed to by 116 countries around the world. Only the U.S. and Saudi Arabia, have not signed the Convention.

Bernish believes there is a telling paradox in the fact that U.S. policy ostensibly allows the export of weapons forbidden by the international community with the only condition that receiving countries must stipulate that the bombs “will only be used against military targets” with minimal harm to innocent civilians. Frequently these insidious munitions remain unexploded for months, years or even decades, after the bomb was originally dropped. Children are often maimed or killed when they unwittingly mistake them for toys.

This has been brought to light recently after reports this month that U.S.-supplied cluster bombs had been used to target Yemeni citizens, and the Defense Department announced it would diligently investigate and also claimed its export of thsee insidious weapons would cease as of 2018.

According to Bernish, this statement contradicts Washington’s interest in having the manual list cluster munitions as lawful for U.S. Army use.

Depleted uranium and cluster munitions are just two examples of many in the manual that actually generate a plethora of questions rather than provide the definitive answers one might expect from the Pentagon’s title. Also found among the listed “lawful” devices are mines, nuclear weapons, booby-traps, herbicides, non-blinding laser weapons, incendiary devices, and fragmentation weapons, among others that deserve clarification.

July 1, 2015.

 
   
   

NUEVO MANUAL DE GUERRA DEL PENTÁGONO
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/

Justo cuando parecía que el discurso oficial sobre las políticas gubernamentales estadounidense había llegado al extremo de la paradoja, la autocomplacencia y las inconsistencias, el Pentágono emitió su “Manual sobre Leyes de la Guerra” (“Law of War Manual”) que dispone la conducta jurídica a que debe atenerse el personal de su servicio en todas las ramas durante las operaciones militares.

En un artículo valorativo de ese nuevo instrumento jurídico del Pentágono que fue difundido por TheAntiMedia blog y Anti-Media Radio, la escritora y periodista Claire Bernish califica al Manual de “escalofriante”.

“Aunque la voluminosa publicación de 1,180 páginas a un solo espacio es más seco que el pan duro -dice la periodista- y contiene un gran número de entradas alarmantes que merecen más de una lectura cuidadosa”.

Bernish señala que este Manual, en el que se trabajó durante 25 años, constituye la primera modificación integral de las leyes que desde 1956 rigen la política de las guerras del Departamento de Defensa estadounidense.

Uno de los significativos cambios es el referido a los periodistas quienes, “aunque por lo general son civiles, suelen ser también miembros de fuerzas armadas o beligerantes sin privilegios", término este último que al parecer sustituye –quién sabe con qué intención- al de ‘combatientes ilegales’ que se usaba en la era de George W. Bush para definir a supuestos terroristas que se hicieran pasar por periodistas, resalta Bernish.

La periodista considera que en el nivel puramente superficial, la existencia de un manual de leyes que regule el comportamiento de un país en tiempos de conflicto indicaría la existencia en él de una conducta respetable que excluya violaciones de los derechos humanos, pero “en este caso ello solo sería en el plano técnico, ya que el contenido de esta misma guía de los usuarios desmiente tal cosa e identifica al gobierno estadounidense como el más belicoso y arrogante del planeta”.

Ejemplo de lo anterior es la bien documentada circunstancia de la utilización de uranio empobrecido por Estados Unidos en la guerra de Irak y en la etapa inmediatamente posterior, que dejó como secuela de décadas muchos miles de víctimas civiles iraquíes con monstruosas deformaciones físicas. En todo el mundo ello ha sido categóricamente condenado, no obstante lo cual el nuevo Manual inscribe el uso de armamentos a base de uranio empobrecido como “legal”.

Desde 2004 hasta hoy la tasa de malformaciones congénitas en la ciudad iraquí de Falluyah ha sobrepasado la de las bombas atómicas que cruelmente dejó caer Estados Unidos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki hace 55 años, cuando ya el Imperio nipón había anunciado su voluntad de rendirse.

Similarmente, las internacionalmente prohibidas bombas de racimo aparecen listadas en el Manual como armas con reglas específicas para su uso dado que pudieran resultar necesarias para el cumplimiento de obligaciones que le están dadas a EE.UU. por el derecho internacional”.

La autora recuerda que lo anterior obvia el hecho de que la Convención sobre municiones en racimo ha sido suscrita por 116 países, y solamente Estados Unidos y Arabia Saudita no se han adherido a ella en todo el mundo.

La autora resalta la paradoja de que Estados Unidos permita la exportación de armas prohibidas por la comunidad internacional, con la sola condición de que el comprador se comprometa a usarlas únicamente contra objetivos militares, “con un mínimo daño a civiles inocentes”.

Frecuentemente, estas municiones dejan de estallar por meses o incluso décadas después de haber caído la bomba madre. Los niños a menudo son mutilados o asesinados cuando las hallan y las confunden con juguetes.

Tal circunstancia ha cobrado actualidad al conocerse de las recientes víctimas civiles de bombas de racimo suministradas por Washington en Yemen, a raíz de lo cual el Pentágono anunció que investigaría el caso y prometió que, a partir de 2018, cesaría la exportación de armamento de este tipo.

Esta última afirmación contradice, según Bernish, el interés de Washington por que en el Manual aparecieran listadas como lícitas las bombas de racimo para el uso por las fuerzas armadas de Estados Unidos.

Las bombas de racimo y el uranio empobrecido son apenas dos ejemplos de las muchas cuestiones admitidas en el Manual que generan una gran cantidad de preguntas en vez de las respuestas categóricas que cabría esperar por su abarcador título. Clasificados como "legales" aparecen también otros dispositivos como las minas, las armas nucleares, las trampas explosivas camufladas, los herbicidas, las armas láser (cegadoras o no), las incendiarias, las armas de fragmentación, entre otras que merecen esclarecimiento.

Julio 1º de 2015.