Condones en el bolso

Muchas mujeres sienten vergüenza de comprar preservativos. A pesar de la educación y la promoción en torno a estos temas, prefieren arriesgarse en una relación sexual desprotegida antes que adquirirlos en un establecimiento público

Condones en el bolso.

Mileyda Menéndez Dávila
mileyda@juventudrebelde.cu
27 de Febrero del 2015 22:07:41 CDT

CIENFUEGOS.— Entró por la puerta cuando ya no había casi personas. Esperó por la última en la cola y pidió a los cielos que no llegara nadie más. Pero es casi imposible encontrar una farmacia vacía en Cuba. Entonces se fue. No sería capaz de soportar de nuevo aquellas miradas indiscretas cuando pedía cinco pesos de condones a la dependienta.

Como ella, muchas mujeres sienten vergüenza de comprar preservativos. A pesar de la educación y la promoción en torno a estos temas, prefieren arriesgarse en una relación sexual desprotegida antes que adquirirlos en un establecimiento público.

A pesar de que es sencillo acceder al producto, comprarlo es para muchas un desafío personal. A las adolescentes les preocupa que la gente las sepa o sospeche sexualmente activas; las solteras temen ser calificadas de promiscuas; las casadas, de infieles; y las mayores de 50 años, de ridículas.

Son criterios que niegan el empoderamiento femenino en la sexualidad y, por ende, limitan la práctica de algunos derechos sexuales y reproductivos.

En un artículo sobre el tema, la escritora mexicana Luza Alvarado explica: «El meollo del asunto está en el miedo que nos provoca aceptar que la mujer es un sujeto deseante (…). Durante siglos, la mujer fue educada para ser un objeto pasivo, cuyo deseo solo era legítimo cuando se ponía en función del deseo masculino. Ese esquema persiste en nuestro inconsciente colectivo a través de prejuicios y reglas no escritas como “los condones le tocan a él”».

Así se deja a los hombres la responsabilidad de comprarlos, abrirlos, ponerlos, evitar derrames o rompimientos y botarlos a la basura. Sin embargo, algunos declaran su rechazo, al alegar que no experimentan las mismas sensaciones o que les hacen daño. Y como ellas se ven sin alternativas, ceden ante esas excusas y se aventuran en un juego de la ruleta rusa cuyo precio puede ser un embarazo no deseado y hasta una infección de transmisión sexual.

Estudios realizados en México en 2010 revelan que el 83 por ciento de las mujeres de ese país no compra o carga un condón por prejuicios sociales. Ellas temen ser consideradas «mujeres fáciles», lo cual contradice la dificultad que implica muchas veces exigir al hombre un coito responsable.

Cuidarte(me)

«El condón evita el intercambio de fluidos entre el pene y la vagina, los cuales no solo pueden transmitir el VIH, sino también otras infecciones como el papiloma virus, causa frecuente de cáncer cérvicouterino», comenta la psicóloga cienfueguera Yanisuleidy Tamayo Días, quien recomienda el uso de este método de barrera incluso en parejas estables.

«A pesar de los mitos, el bajo número de mujeres diagnosticadas con VIH, en comparación con el de los hombres, refleja que las cubanas sí se protegen. La mayoría de los casos se dan en las casadas, quienes adquieren la enfermedad con sus parejas estables. Varias encuestas así lo confirman», explica la especialista.

Ese es el precio de los estereotipos culturales que aún regulan la conducta femenina. Cuesta mucho no confiar en la apariencia o la palabra de nuestra pareja, pero es preciso tomar la iniciativa en materia de precauciones.

La escritora Luza Alvarado así lo resume: «Todo ejercicio de libertad implica una toma de responsabilidad. (…) Siento que si algo puede prevalecer en el tiempo como un valor positivo y transversal, es el cuidado personal de la salud, que en el caso de la vida sexual se convierte en un cuidado del otro, de la comunidad y de la sociedad.

«La mayor ventaja es que funciona como un seguro de vida: si el hombre no lleva condones y ambos tenemos ganas, no pongo mi salud sexual en sus manos. No importa si se trata de sexo casual o de una relación más seria, la vida es lo que está en juego y si uno se cuida está cuidando al otro, a sus potenciales otras y a los potenciales otros de ellas... O sea, cuidarse es cuidar a todos».

También en Cuba muchas sienten cierta aprensión hacia el acto de adquirir condones. Para ellas traemos algunos trucos, como pedirle a una o dos amigas que la acompañen, comprarlos junto a otros medicamentos, buscar un lugar donde sea un hombre quien despache y procurar horarios de poca afluencia de público (primeras horas de la mañana o en la noche).

El mejor consejo es recordar siempre que esa acción te muestra como una mujer responsable, consciente de los riesgos que asumes, y que para ti protegerte no es apenas una opción, sino una obligación vital.

http://www.juventudrebelde.cu/suplementos/sexo-sentido/2015-02-27/condones-en-el-bolso/

		Condoms in her purse Many women are embarrassed to buy condoms. Although there's education and advocacy around these issues, some prefer to risk unprotected sex before purchasing in a public establishment Mileyda Menendez Davila mileyda@juventudrebelde.cu February 27, 2015 22:07:41 CDT GOOGLE TRANSLATION PENDING THE HUMAN ONE CIENFUEGOS.- entered by the door when it had almost no people. He waited for the last in line and asked the heavens that does not reach anyone else. But it is almost impossible to find an empty Cuba pharmacy. Then he left. It would not be able to support those prying eyes again when asked five dollars condoms to the clerk. Like her, many women are embarrassed to buy condoms. Although education and advocacy around these issues, prefer to risk in unprotected sex before purchasing in a public setting. Although the product is easier to access, is for many buy a personal challenge. A teenage people worry that the known or suspected sexually active; single fear of being categorized as promiscuous; married, infidels; and over 50 years of ridiculous. They are criteria that deny women's empowerment in sexuality and therefore limit the practice of some sexual and reproductive rights. In an article on the subject, Luza Alvarado Mexican writer explains: "The bottom line is the fear that causes us to accept that she is a desiring subject (...). For centuries, she was raised to be a passive object, whose desire was only when it became legitimate function of male desire. This scheme persists in our collective unconscious through prejudice and unwritten rules as "condoms will touch him. '" So the men left the responsibility to buy them, open them, put them avoid spills or breaks and throw them away. However, some declare their rejection, claiming that they do not experience the same feelings or hurt them. And as they are no alternatives, yield to those excuses and venture into a game of Russian roulette which price may be an unwanted pregnancy and to a sexually transmitted infection. Studies in Mexico in 2010 revealed that 83 percent of women in this country do not buy or upload a condom social prejudices. They fear being considered "loose women", which contradicts the difficulty involved often require the man responsible intercourse. Cuidarte (me) "The condom prevents the exchange of fluids between the penis and vagina, which can not only transmit HIV, but also other infections such as papilloma virus, a common cause of cervical cancer," says psychologist Yanisuleidy Cienfuegos Days Tamayo, who recommends Using this method barrier even in stable couples. "Despite the myths, the low number of women diagnosed with HIV, compared with men, reflects that Cuban protect itself. Most cases occur in married women who acquire the disease with their regular partners. Several surveys confirming "said the specialist. That's the price of cultural stereotypes that still regulate female behavior. Hard not rely on appearance or word of your partner, but you must take the initiative on precautions. The writer Luza Alvarado well sums it up: "All exercise of freedom involves taking responsibility. (...) I feel that if something can prevail over time as a positive and transversal value, personal healthcare, which in the case of sexual life becomes a caring for others, community and society . "The biggest advantage is that it works as a life insurance: if the man is not wearing condoms and both look forward, I do not put my sexual health in their hands. No matter whether it is casual sex or a serious relationship, life is what is at stake and if one takes care is caring for the other, and potential other potential other of them ... I mean, take care is to care for all. " Also in Cuba many feel apprehensive towards the act of acquiring condoms. For them bring you some tricks, like asking one or two friends to accompany it, buy them together with other medicines, find a place to be a man who dispatches and seek times of little influx of public (early morning or evening ). The best advice is to always remember that this action shows you as a responsible woman, aware of the risks you take, and that you protect yourself is not just an option but a vital obligation.
		Condones en el bolso Muchas mujeres sienten vergüenza de comprar preservativos. A pesar de la educación y la promoción en torno a estos temas, prefieren arriesgarse en una relación sexual desprotegida antes que adquirirlos en un establecimiento público Mileyda Menéndez Dávila mileyda@juventudrebelde.cu 27 de Febrero del 2015 22:07:41 CDT CIENFUEGOS.— Entró por la puerta cuando ya no había casi personas. Esperó por la última en la cola y pidió a los cielos que no llegara nadie más. Pero es casi imposible encontrar una farmacia vacía en Cuba. Entonces se fue. No sería capaz de soportar de nuevo aquellas miradas indiscretas cuando pedía cinco pesos de condones a la dependienta. Como ella, muchas mujeres sienten vergüenza de comprar preservativos. A pesar de la educación y la promoción en torno a estos temas, prefieren arriesgarse en una relación sexual desprotegida antes que adquirirlos en un establecimiento público. A pesar de que es sencillo acceder al producto, comprarlo es para muchas un desafío personal. A las adolescentes les preocupa que la gente las sepa o sospeche sexualmente activas; las solteras temen ser calificadas de promiscuas; las casadas, de infieles; y las mayores de 50 años, de ridículas. Son criterios que niegan el empoderamiento femenino en la sexualidad y, por ende, limitan la práctica de algunos derechos sexuales y reproductivos. En un artículo sobre el tema, la escritora mexicana Luza Alvarado explica: «El meollo del asunto está en el miedo que nos provoca aceptar que la mujer es un sujeto deseante (…). Durante siglos, la mujer fue educada para ser un objeto pasivo, cuyo deseo solo era legítimo cuando se ponía en función del deseo masculino. Ese esquema persiste en nuestro inconsciente colectivo a través de prejuicios y reglas no escritas como “los condones le tocan a él”». Así se deja a los hombres la responsabilidad de comprarlos, abrirlos, ponerlos, evitar derrames o rompimientos y botarlos a la basura. Sin embargo, algunos declaran su rechazo, al alegar que no experimentan las mismas sensaciones o que les hacen daño. Y como ellas se ven sin alternativas, ceden ante esas excusas y se aventuran en un juego de la ruleta rusa cuyo precio puede ser un embarazo no deseado y hasta una infección de transmisión sexual. Estudios realizados en México en 2010 revelan que el 83 por ciento de las mujeres de ese país no compra o carga un condón por prejuicios sociales. Ellas temen ser consideradas «mujeres fáciles», lo cual contradice la dificultad que implica muchas veces exigir al hombre un coito responsable. Cuidarte(me) «El condón evita el intercambio de fluidos entre el pene y la vagina, los cuales no solo pueden transmitir el VIH, sino también otras infecciones como el papiloma virus, causa frecuente de cáncer cérvicouterino», comenta la psicóloga cienfueguera Yanisuleidy Tamayo Días, quien recomienda el uso de este método de barrera incluso en parejas estables. «A pesar de los mitos, el bajo número de mujeres diagnosticadas con VIH, en comparación con el de los hombres, refleja que las cubanas sí se protegen. La mayoría de los casos se dan en las casadas, quienes adquieren la enfermedad con sus parejas estables. Varias encuestas así lo confirman», explica la especialista. Ese es el precio de los estereotipos culturales que aún regulan la conducta femenina. Cuesta mucho no confiar en la apariencia o la palabra de nuestra pareja, pero es preciso tomar la iniciativa en materia de precauciones. La escritora Luza Alvarado así lo resume: «Todo ejercicio de libertad implica una toma de responsabilidad. (…) Siento que si algo puede prevalecer en el tiempo como un valor positivo y transversal, es el cuidado personal de la salud, que en el caso de la vida sexual se convierte en un cuidado del otro, de la comunidad y de la sociedad. «La mayor ventaja es que funciona como un seguro de vida: si el hombre no lleva condones y ambos tenemos ganas, no pongo mi salud sexual en sus manos. No importa si se trata de sexo casual o de una relación más seria, la vida es lo que está en juego y si uno se cuida está cuidando al otro, a sus potenciales otras y a los potenciales otros de ellas... O sea, cuidarse es cuidar a todos». También en Cuba muchas sienten cierta aprensión hacia el acto de adquirir condones. Para ellas traemos algunos trucos, como pedirle a una o dos amigas que la acompañen, comprarlos junto a otros medicamentos, buscar un lugar donde sea un hombre quien despache y procurar horarios de poca afluencia de público (primeras horas de la mañana o en la noche). El mejor consejo es recordar siempre que esa acción te muestra como una mujer responsable, consciente de los riesgos que asumes, y que para ti protegerte no es apenas una opción, sino una obligación vital. http://www.juventudrebelde.cu/suplementos/sexo-sentido/2015-02-27/condones-en-el-bolso/