THE IMPERIAL EAGLE PERSISTS ON ITS DREADFUL FLIGHT

By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.


In his new
defense doctrine (National Security Strategy), President Obama issued a clear warning: "We are on the side of citizens whose full exercise of democracy is in danger, as is the case of Venezuelans." The warning presaged serious threats to Venezuela's efforts for independence and the redistribution of its national wealth.

These are the views of Voltaire Network Director, Thierry Meyssan –presently residing in Damascus, Syria– expressed in an article entitled "Obama’s Putsch in Venezuela Fails", published on February 23.

Meyssan recalls Washington’s grim history seeking a regime change in Caracas since it organized, in 2002, a coup d’état against the democratically-elected president, Hugo Chávez Frías, until the recent manipulation of anarchist groups that performed countless acts of vandalism that Venezuelan citizens know as the Guarimba.

Meyssan describes the new aggressive exercise against Caracas this way: Operation Jericho would begin on February 12th. It would be overseen by the National Security Council (NSC).

Washington, as usual, tried to make the world believe it was not involved in the event it had orchestrated. The CIA organized and directed the coup through NGOs: the NED (National Endowment for Democracy), the International Republican Institute (IRI), the National Democratic Institute (NDI), Freedom House and the International Center for Non-Profit Law.

The United States resorted to the use of contractors from several of its allies for certain aspects of the putsch. Germany would be in charge of protecting NATO countries’ citizens during the coup; Canada would control the civil airport in Caracas; Israel would guarantee the assassination of “Chavista” important persons, and the United Kingdom would handle pro-coup propaganda.

It also mobilized political networks that would provide legitimacy recognition for the coup: Sen. Marco Rubio in Washington; former Chilean President Sebastián Piñera; former Colombian presidents Alvaro Uribe and Andres Pastrana; former Mexican presidents Felipe Calderon and Vicente Fox; and in Spain, former Prime Minister José María Aznar.

Large Venezuelan companies were asked to hold back huge amounts of staples in their warehouses to cause long lines at shops and riots that would be promoted by actions of provocateurs infiltrated among disgruntled customers.

For their services attacking the forces of order, gang members were paid four times the average income of Venezuelan workers. These false students killed 43 people and created terror in the streets of Caracas.

The military action was to be overseen by General Thomas W. Geary, from SOUTHCOM headquarters in Miami, and Rebecca Chavez, from the Pentagon's Academi private army (formerly known as Blackwater), a firm currently managed by Admiral Bobby R. Inman (former head of NSA) and John Ashcroft (former Attorney General of the George W. Bush administration) who was subcontractor for the whole operation.

A military plane owned by Academi diguised with the insignia of the armed forces of Venezuela taking flight from Colombia, would bomb the Miraflores Presidential Palace, the Ministry of Defense, the Intelligence Directorate and the seat of Telesur channel. The putsch headquarters had been set up at the US Embassy in Bogota, Colombia.

Several senior officers, active and retired, involved in the coup had recorded a message to the Nation [Venezuela] announcing that they had taken power to restore order in the country. On February 12th, a Transition Plan drafted by the US State Department would be released. The plan included the formation of a new government, headed by former parliamentarian Maria Corina Machado.

According to Meyssan, it was while investigating a previous plot to assassinate President Maduro that the Venezuelan Military Intelligence discovered "Operation Jericho".

On the night of February 11th, the main leaders of the conspiracy, and an agent of the Israeli Mossad were arrested. Protection of the air space of the Venezuelan capital was reinforced. Other persons involved in the coup were arrested on February 12th. On February 20th the Mayor of Caracas, Antonio Ledezma, was arrested. He was the liaison officer with Israel and had secretly travelled there in 2012.

There is no doubt this was a blow to the imperial eagle; but no one expects that this will make it change its dreadful flight.

"For those who still mistakenly believe that the US has ceased to be an imperialist power and now defends democracy in the world, "Operation Jericho" is an obligatory subject for reflection" concludes Meyssan.

March 7, 2015
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EL AGUILA IMPERIAL SIGUE EN SU FATÍDICO VUELO

Por Manuel E. Yepe

http://manuelyepe.wordpress.com/ 

En su nueva doctrina de defensa (National Security Strategy), el presidente Obama había emitido un claro aviso: “Estamos del lado de los ciudadanos cuyo pleno ejercicio de la democracia está en peligro, como es el caso de los venezolanos”. La advertencia presagiaba graves peligros para los esfuerzos venezolanos por su independencia y la redistribución de su riqueza nacional.

Así lo aprecia Thierry Meyssan director de la Red Voltaire, ahora con residencia en Damasco, Siria, según un artículo titulado “Falla el Putsch de Obama en Venezuela” publicado 23 de febrero.

Meyssan recuerda el nefasto historial de Washington en pos de un cambio de régimen en Caracas desde que organizó, en 2002, un golpe de Estado contra el presidente democráticamente electo, Hugo Chávez Frías, hasta la reciente manipulación de los grupos anarquistas que realizaron los innumerables actos vandálicos que la ciudadanía conoce como la Guarimba.

Según describe Meyssan, el nuevo ejercicio agresivo contra Caracas, la Operación Jericó, comenzaría el 12 de febrero. Sería supervisada por el Consejo de Seguridad Nacional (NSC).

Washington, como siempre hace, se esforzó por no parecer implicado en el evento, que sin embargo comandaba. La CIA organizaba y dirigía a los golpistas por medio de ONGs: la NED (National Endowment for Democracy), el International Republican Institute (IRI), el National Democratic Institute (NDI), la Freedom House y el International Center for Non-Profit Law.

Estados Unidos recurrió al uso de contratistas provenientes de varios de sus aliados para ciertos aspectos del putsch. Alemania estaría a cargo de la protección de los ciudadanos de países de la OTAN durante el golpe, Canadá controlaría el aeropuerto civil de Caracas; Israel garantizaría los asesinatos de personalidades chavistas, y el Reino Unido, se ocuparía de la propaganda a favor del golpe. También movilizó redes políticas para el reconocimiento de los golpistas: el senador Marco Rubio en Washington, el ex presidente Sebastián Piñera en Chile; en Colombia, los ex presidentes Álvaro Uribe Vélez y Andrés Pastrana; en México, los ex presidentes Felipe Calderón y Vicente Fox, y en España, el ex jefe de gobierno José María Aznar.

Se llamó a grandes empresas venezolanas a retener en sus almacenes enormes cantidades de productos de primera necesidad a fin de provocar grandes colas ante los comercios y motines que serían promovidos por acciones de infiltrados entre los clientes descontentos.

Se pagaron salarios cuatro veces superiores al ingreso medio de los venezolanos a pandilleros que se dedicaban a agredir a las fuerzas del orden. Estos falsos estudiantes asesinaron a 43 personas y sembraron el terror en las calles de Caracas.

La acción militar era supervisada por el general Thomas W. Geary, desde la sede del SouthCom en Miami, y por Rebecca Chavez, desde el Pentágono. El ejército privado Academi (ex Blackwater), una firma actualmente administrada por el almirante Bobby R. Inman (ex jefe de la NSA) y John Ashcroft (ex secretario de Justicia de la administración Bush), era subcontratista del conjunto de la operación.

Un avión militar propiedad de Academi, falsamente identificado con las insignias de las fuerzas armadas de Venezuela, que se hallaba en Colombia, debía bombardear el palacio presidencial de Miraflores, el ministerio de Defensa, la dirección de Inteligencia y la sede del canal TeleSur. El cuartel general del putsch había sido instalado en la embajada de Estados Unidos en Bogotá, Colombia.

Varios oficiales superiores, activos y retirados, implicados en la asonada habían grabado un mensaje a la Nación anunciando que habían tomado el poder para restaurar el orden en el país. Se daría a conocer el 12 de febrero un plan de transición redactado por el Departamento de Estado estadounidense. El plan incluía la formación de un nuevo gobierno, encabezado por la ex diputada María Corina Machado.

Según Meyssan, fue investigando un complot anterior para asesinar al presidente Maduro que la Inteligencia Militar venezolana descubrió la “Operación Jericó”.

En la noche del 11 de febrero, los principales líderes de la conspiración y un agente del Mosad israelí fueron arrestados y se reforzó la protección aérea de la capital venezolana. Otros implicados fueron arrestados el 12 de febrero y el día 20 se detuvo al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quien era el agente de enlace con Israel a donde había viajado secretamente en 2012.

Sin dudas ha sido un duro golpe para el águila imperial pero nadie espera que ello le haga cambiar su rumbo fatal.

“Para quienes aún creen, erróneamente, que Estados Unidos ha cambiado, que ha dejado de ser una potencia imperialista y que ahora defiende la democracia en el mundo, la “Operación Jericó” es un obligado tema de reflexión”, concluye Meyssan.

Marzo 7 de 2015.