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Vestido de novia: El amor puede ser más grande que la violencia
El testimonio del primer
cubano operado de reasignación de sexo motivó a la actriz y cineasta
Marilyn Solaya a realizar primero el documental En el cuerpo
equivocado, y luego el filme Vestido de novia, este último
galardonado con el Premio de la Popularidad en el reciente Festival
de Cine de La Habana
Varios Autores
24 de Enero del 2015 22:47:56 CDT
Desde que Marilyn Solaya empezó a escribir el guión, pensó
en
Laura de la Uz y Luis A. García.Autor: Internet
El testimonio del primer cubano operado de reasignación de sexo,
expuesto en el documental En el cuerpo equivocado, de Marilyn
Solaya, necesitaba otro espacio para reflejar las diversas aristas del
tema de género, más allá de una experiencia personal. Por eso la
realizadora, inspirada en su anterior obra, optó por filmar el
largometraje Vestido de novia.
«En un documental se establece un compromiso ético con personas reales,
que debe ser respetado. Cuando empecé a trabajar en En el cuerpo
equivocado, dije: No, necesito hacer algo más. Y abordar la temática
desde la ficción me permitía recrear e introducir nuevas historias de
vida», cuenta la Solaya, conocida por el público primero en su faceta de
actriz (Fresa y chocolate, Despabílate amor, Omertá, La ley del
silencio).
Luego de diez años de investigación y consolidación del trabajo, el
filme, galardonado con el Premio de la Popularidad en el reciente 36
Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, ya
se exhibe en la capital desde este jueves 22 de enero y próximamente
pasará por el resto de las salas de estreno de todo el país.
«Hubo asuntos relacionados con el tema que abordaba y me vi obligada a
revalorizarlos porque ya estaban tratados en otras propuestas. Isabel
Moya, directora de la Revista Mujeres, y el Doctor en Ciencias
Históricas Julio César González Pagés me asesoraron con respecto a los
estudios de género y fue ahí cuando encontré la línea que seguiría mi
obra. Comencé a escribir desde otra mirada y los arcos dramáticos de
cada personaje cambiaron», expresó la cineasta.
La vida de una pareja recién casada que intenta ser feliz hasta que un
secreto del pasado sale a la luz, inspira el argumento de este filme.
Ambos protagonistas se convierten en víctimas de los prejuicios. Sin
embargo, su directora propone una sinopsis diferente: esta mujer
descubre que luego de liberarse de haber nacido en un cuerpo equivocado
no ha podido liberarse de un cuerpo social en el que sobrevive el
machismo.
«Vestido de novia no solo muestra conflictos individuales, sino
también sociales. Cierto que nuestra realidad se ha transformado, pero
el machismo y todas las fobias que tanto daño hacen todavía están
latentes y deben ser tratados con más seriedad. La homofobia es una
herencia cultural y por eso mi obra se hace universal. Uno cuenta la
historia, ya no como cineasta, sino como comunicador, pues me siento muy
comprometida con el espacio en el que estoy viviendo», dice esta
graduada de la especialidad de Dirección de la Facultad de los Medios de
Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte.
Luz verde
Confiesa Marilyn que
concibió el guión pensando ya en los actores que lo interpretarían. Así
le ocurrió con casi todos, excepto con Isabel Santos. «Cuando empecé a
escribir llamé a Luis (Alberto García), a Pichi y a Laura, y les dije:
“Miren lo que escribí para ustedes”. Digamos que eran 20 cuartillas. “Tú
eres este y tú eres este... Para continuar desarrollándolo necesito
saber si los “engancha” o no, y me respondieron: Sí. Los tres me dieron
luz verde».
Isabel
Santos escoltada por Kirian en la película Vestido de novia.
En el caso de Isabel Santos
fue diferente. Inicialmente Marilyn tenía en mente el personaje de un
peluquero, sin saber quién lo asumiría. «En el proceso de consolidación
del guión encontré a Sissi. Y es que en esta película el contexto
también es protagonista. Enmarqué la historia en 1994, pues para esa
fecha ya había ocurrido la primera operación de cambio de sexo. Entonces,
estas intervenciones quirúrgicas dejaron de realizarse, por eso la
importancia de la presencia de Sissi, representante de quienes no
pudieron acceder a la reasignación».
Por ser esta una película basada en hechos reales, Isabel y Laura se
nutrieron de quienes inspiraron a sus respectivos papeles: Mavis Susel y
Sissi Linares. Según De la Uz, quien encarna a la primera persona
reasignada en Cuba, la construcción de este personaje llevó mucha
investigación. «Contamos con la colaboración de mujeres increíbles que
nos abrieron su corazón y sus vidas», admite.
La popular actriz de La película de Ana, Madagascar, La
pared de las palabras y Hello Hemingway, considera que su
oficio constituye una vía para adentrarse en otras realidades que
normalmente «uno deja de lado». Convertirse en Rosa Elena le hizo
entender el verdadero significado de ser mujer.
Para Isabel Santos, representar este nuevo rol fue una escuela. «Me
conmovieron enormemente las confesiones de la verdadera Sissi, en
cuántos caminos estuvo metida. Por eso mi monólogo es como un grito, de
cierto modo resume lo sufrido por estas personas, porque no son
discriminadas solamente en la calle, pasa en cualquier parte. Y lo más
terrible: con niños».
Por su parte Kirian, una de las bailarinas del show en el que interviene
Sissi en el filme, tuvo la oportunidad de interpretarse a sí misma. Y se
sintió superfeliz. Pero más allá de lo que signifcó Vestido de novia
para ella, lo fundamental es que «por primera vez todos, cubanos y
cubanas lindos de esta Isla, tienen la posibilidad de ver una historia
de amor diferente, apenas contada. De eso se trata, de decir que el amor,
por diverso que sea, puede ser más grande que la violencia, que los
sentimientos más oscuros y dañinos de los seres humanos».
El ingeniero Ernesto, interpretado por Luis Alberto García, es de esos
personajes en los que se observa un cambio verdadero, contundente. «Al
principio no sabía cómo enfrentar ese rol, luego pensé que si queríamos
hablar de las intolerancias, debía hacerlo desde la verdad más absoluta.
Entonces comprendí que mi Ernesto era simplemente un hombre enamorado de
su esposa», afirma el actor.
Pero otros caracteres no pasan inadvertidos para el espectador. Ahí
están los roles defendidos con altura por Alina Rodríguez, Jorge
Perugorría y Mario Guerra, puestos en Vestido de novia para
proyectar los sentimientos humanos más bajos. «Los malos existen y son
los que nos mantienen alertas», enfatiza Marilyn.
«Tenía que rescatarlos, poner en tela de juicio a esos personajes que
están ahí, en nuestra cotidianidad, y que son justamente quienes
provocan la realización de estas películas, quienes con su actuar llevan
a crear leyes y jornadas contra la homofobia y la violencia de género.
«La gente por la calle me “agrede” con ellos, y digo: ¿será que tantos
se ven reflejados en estos individuos? ¿Será que les molesta que siempre
salgan “ilesos”? Por eso construí a un Ernesto tan íntegro. Así, cuando
las personas vayan al cine se identificarán con Lázaro, con Roberto o
con Ernesto».
De cualquier manera, el protagonista de Algo más que soñar,
Habanastation y de la serie de Eduardo del Llano que tiene a Nicanor
como centro, considera que entre las grandezas del filme está la
presencia de personajes negativos que luego no responden por sus actos.
«El hecho de que no haya una enseñanza o moraleja hace más real esta
historia, pues ¿quién no ha tratado con tipos como esos?», insiste
García, quien aplaude asimismo los desempeños de actores como Omar
Franco, Alina Rodríguez y Pancho García, con cortas apariciones en la
película, «para los cuales no existen papeles secundarios, porque todo
lo engrandecen».
Necesarios
homenajes
Porque la Solaya se asume
como una feminista total, pretendió en un inicio —reconoce ahora—
nuclear a su alrededor a un equipo de realización completamente femenino.
«Tenía la ilusión de que mis colegas fueran mujeres y casi lo logro,
pero a veces la realidad no se corresponde con lo demás. Comprendí que
lo principal es trabajar con personas que me aporten, que sean sensibles,
más allá del género y el sexo».
Con toda intención, Marilyn Solaya tituló su película como el poema del
dramaturgo y crítico Norge Espinosa, que en su momento se convirtió en
himno para la comunidad LGBT (siglas que designan colectivamente a
lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). También es su homenaje a
Fresa y chocolate, cuyo estreno tuvo lugar hace dos décadas. «Sin
dudas, Fresa y chocolate marcó un antes y un después en la
sociedad cubana», apunta.
De hecho, Julio César González Pagés, asesor de esta cinta del Icaic en
coproducción con España, opina que gracias al premiado largometraje de
Titón y Tabío el público recibió tan favorablemente esta inquietante
propuesta. «Fue bueno apreciar el alcance que logró Vestido de novia
durante el recién finalizado Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Es
evidente que estamos en un país de nuevos cubanos que ven de otra forma
el abordaje de las violencias que se generan alrededor de la diversidad.
«Muchas veces, lamentablemente, encasillamos la película en el tema de
la sexualidad, pero refleja muchas aristas sociales importantes que la
cinematografía cubana no las había visualizado de esta manera», señaló
el académico.
Desde el punto de vista de los recursos que se utilizaron en ella,
Vestido de novia no fue una superproducción, afirma su productor
Carlos de la Huerta, quien acompañó a la directora desde que inició el
proyecto en 2006. «Sin embargo —insiste— es una película de gran
envergadura atendiendo al tema y al riesgo.
«Por el éxito tremendo que logró En el cuerpo equivocado, todos
empezaron a mirar a Mari con mayor seriedad. Fue así como el Icaic se
interesó y autorizó el financiamiento para su proyecto. Claro, ha sido
fundamental ese ímpetu que ella tiene siempre por conseguir lo que
quiere, como trabajar, por ejemplo, con el dream team de actuación en
Cuba».
http://www.juventudrebelde.cu/cultura/2015-01-24/vestido-de-novia-el-amor-puede-ser-mas-grande-que-la-violencia/
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