http://www.granma.cu/cuba/2014-10-03/sanciona-el-tribunal-provincial-popular-de-la-habana-a-varios-exfuncionarios-cubanos-y-empresarios-extranjeros

 

Aligerar los trámites

Autor: Alfonso G. Nacianceno García | nacianceno@granma.cu

3 de octubre de 2014



No existe alegría comparable con la llegada de un bebé al seno familiar.

Desde los meses de gestación hasta el mismo momento en que la futura madre ingresa en el hospital transcurre un tiempo agradable de espera, lapso que ofrece el paréntesis suficiente para crear las condiciones en el hogar en aras de recibir al benjamín con mucho amor.

Si en oportunidades nos hemos quejado de las desatenciones en determinados centros de salud, también es justo consignar que las condiciones materiales y la higiene en los cubículos para las embarazadas y en otras salas del hospital gineco-obstétrico de Diez de Octubre (conocido como Hijas de Galicia) en la capital han mejorado ostensiblemente, según la opinión de varias familias consultadas que expresaron a este reportero —comprobado in situ— sus satisfacciones por el trato solícito y eficiente de los especialistas, enfermeras y demás trabajadores del centro.

Las complicaciones vienen después del nacimiento, tan pronto el recién nacido, en brazos de mamá o papá, está a punto de dar el primer viaje de su existencia rumbo a casa. El contratiempo comienza al hacer el trámite para obtener la Tarjeta del menor, en una oficina pequeña situada en los bajos de un edificio ubicado frente al hospital, de paredes marcadas por la humedad, poca ventilación e ­iluminación, donde dos trabajadoras se esfuerzan en atender —llenando a mano— más de un modelo donde quedan asentados los datos primordiales para llevar a buen fin la gestión.

La cola de padres, en uno de esos días calientes de verdad, puede consumir hasta un par de horas antes de ser atendidos.

Tras ese tiempo, cuando ellos piensan que van a recibir el documento oficial de identificación del menor, pasan a una nueva espera (fuera de la oficina) antes de que los vuelvan a llamar para fijar en uno de los modelos el sello de cinco pesos y entregarles un comprobante que avala su presencia en pos del documento de identidad.

Los progenitores, animados porque imaginan que ya sí se resolverá todo, son citados para recoger la Tarjeta del menor al día si­guiente, porque las compañeras que les tomaron los datos (atienden de 8:00 a 10:00 a.m.) deben concluir la labor, y una vez atendidos los casos del día, tienen que trasladarse hasta la dirección del Carné de identidad del municipio de Diez de Octubre (calle Municipio entre Atarés y Ensenada), para conciliar, con la base de datos contenida en las computadoras, si los elementos recogidos son correctos.

Si no hay inconveniente, el trámite debe terminar en dos días, pero conozco de quienes tuvieron que ir a la oficina frente al hospital por tercera vez, porque los datos del Carné de identidad de la madre o del padre (actualizados recientemente) no concordaron con los erró­nea­mente archivados en la base de datos, falla que paga quien realiza la diligencia, pues tranquilamente, al comprobarse la pifia le dicen: “Vuelva mañana”.

¿Quién pondera el tiempo de los interesados en resolver el trámite? ¿Por qué no hacerlo acercando la base de datos al hospital por medio de al menos una computadora que conecte con esa base de datos? No imagino si las compañeras destacadas en esa oficina disponen de algún transporte para trasladarse hasta la dirección municipal a conciliar los datos, pero de cualquier manera ese viaje diario supongo no les resulte en modo alguno cómodo.

La computación, la digitalización y otros procesos aplicados hoy se han concebido para aligerar las gestiones, aminorar el tiempo requerido en solucionar un asunto, no para dilatarlo con la consecuente irritación de quienes han de solicitar permiso en sus centros de trabajo para dedicarse a una dilatada diligencia. Agilizar ese trámite completaría la satisfacción de todos: de los familiares del recién nacido y también, por qué no, la de las trabajadoras que los atienden.

No estamos ajenos a los avances y la rapidez experimentados en la confección del Car­né de identidad, cuando hoy usted en el mis­mo día resuelve ese documento imprescindible sin contratiempos. ¿Por qué no aspirar a que sea igual con la Tarjeta del menor?

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¿Pacto de caballeros?

Las fallas en la conciliación económica provocan perjuicios a los trabajadores y a la economía, como ha ocurrido en la Empresa de Materiales de la Construcción en la Isla de la Juventud


Roberto Díaz Martorell
corresponsales@juventudrebelde.cu
3 de Octubre del 2014 1:12:30 CDT

NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— Si la conciliación económica es un método eficaz para resolver las diferencias que surjan en virtud de una relación contractual, omitirlo puede provocar malas consecuencias.

Una situación parecida vivía al cierre de agosto pasado, y aún repercute en su funcionamiento, la Empresa de Materiales de la Construcción en la Isla de la Juventud, al realizar una conciliación deficiente con la empresa Escambray, que constituye el canal comercializador de las producciones de la Industria de Materiales de la Construcción en Cuba.

La Empresa de Materiales de aquí cumplía los planes de producción al ciento por ciento, pero al no conciliar lo pactado con los clientes, hoy tiene grandes volúmenes de productos inmovilizados junto a una deuda millonaria con el Banco de Créditos y Comercio, que incluso es superior a su capacidad de pago en un año.

Frank Hernández González, director de esta entidad desde agosto último, informó que al concluir ese mes tenían en inventario más de 14 000 metros cúbicos (m³) de arena, 12 000 de polvo, 80 000 bloques de barro y 60 000 de hormigón, además de una cifra superior a los 7 000 m³ de mosaicos, recursos que responden a la demanda para este año y cuyo monto total en valores es de un millón cien mil pesos.

«Debido al lento movimiento de esos recursos tenemos una deuda de 4,5 millones de CUP con el Banco de Créditos y Comercio, superior a nuestra capacidad de pago, porque en el año solo produjimos en valores 3 700 000 CUP», explicó el directivo.

Sobre esta situación gravitan las limitaciones con el transporte de volteo para los áridos, cuya responsabilidad en el trasiego hasta los destinos recae en la Empresa Constructora Integral.

Esa realidad limita la aplicación de sistemas de pago de acuerdo con los resultados productivos a los obreros de la Empresa de Materiales de la Construcción en el Municipio Especial. También hubo que paralizar la producción de las unidades Arenera Buena Vista y Cerámica Roja para evitar más gastos, a causa de los elevados inventarios sin movimiento.



La jefa de planta de la entidad conocida como Cerámica Roja, Nubia Valdés Cowans, relató que durante los primeros cinco meses del año esa instalación sobrecumplía sus compromisos mensuales (40 000 unidades), ya que tienen instaurado un sistema de pago a destajo, pero al no fluir la venta, aún permanecen en el patio un total de 77 000 bloques, cuyo valor asciende a 156 310 pesos.

Arelys Casañola Quintana, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, refirió que la situación financiera de la Empresa de Materiales de la Construcción del territorio se debe a la falta de conciliación de las demandas.



«Por ejemplo, según el Programa de Desarrollo Integral (PDI) hasta el 2020, se previó transformar este año cuatro escuelas en el campo en comunidades agrícolas y de ellas se decidió finalmente ejecutar una sola», ejemplificó.

«La contratación se ve como un proceso formal y no como un instrumento legal para hacer cumplir lo pactado, de ahí que los ajustes de planes por concepto de conciliación se deben resolver en el primer trimestre del año, no en el octavo mes. Esa falta de visión es fatal», reflexionó el Máster en Ciencias Ramón Ledesma Céspedes, vicerrector de Desarrollo de la Universidad local.

Rolando García Linares, director de Economía y Planificación en la Isla de la Juventud, explicó que los mayores atrasos en el plan de inversiones se relacionan con la importación de tecnología, las roturas de equipos pesados en medio de la ejecución del cronograma de construcción, la falta de fuerza de trabajo, las adecuaciones a última hora de los proyectos constructivos, las lluvias típicas de la actual temporada y, paradójicamente, el déficit de áridos a pie de obra.

Cómo salir de la asfixia

La Gaceta Oficial de la República de Cuba, en su edición extraordinaria No. 21, publicó un conjunto de normativas que otorgan mayor independencia y autonomía a la empresa estatal socialista, a fin de que este sector tenga su verdadero papel en el desarrollo de la economía cubana.

Entre los cambios más importantes que favorecen esta autonomía figura la flexibilización del objeto social de las empresas, que ahora decidirán qué otras actividades pueden acometer para aprovechar todas sus potencialidades.

En ese sentido, se enfatizó que luego de cumplir con el encargo estatal, las empresas podrán comercializar sus excedentes o inejecuciones al precio que fije la relación entre la oferta y la demanda.

Tras reconocer las insuficiencias que llevaron a la asfixia a la Empresa de Materiales de la Construcción de aquí, Frank Hernández González, su director, manifestó que con el propósito de dinamizar las ventas la entidad pone nuevos surtidos en el mercado local, como pintura de cal y carbonato de calcio para el mejoramiento de los suelos y la edificación de obras, y evalúa otros clientes potenciales, entre los que figura el sector del turismo.

Aseguró que Materiales de la Construcción tiene posibilidad de recuperarse, ya que en un mes lograron vender 91 200 bloques de hormigón, al tiempo que se trabaja en la organización de los procesos y se perfeccionan los sistemas de prevención y control de las unidades empresariales de base y de la empresa.

El propósito es trabajar con objetividad de cara al cliente para satisfacer la demanda real y a partir de las exigencias de sus proyectos. Además, para paliar la situación hubo que paralizar temporalmente dos de nuestros centros de producción, comentó.

«Somos 27 obreros. Hoy unos cumplen tareas dentro de la propia unidad empresarial de base como mecánicos o custodios, otros trabajan de manera temporal en la unidad de vectores, y un grupo solicitó la baja por estar en desacuerdo con las propuestas de reubicación», apuntó Nubia Valdés Cowans, la jefa de planta de la entidad conocida como Cerámica Roja.

Casañola Quintana ratificó que esta empresa se recupera desde el punto de vista tecnológico para encarar las inversiones constructivas del programa de desarrollo, prioridad que el país otorga al proceso inversionista.

«Aunque hoy buscan soluciones inteligentes para salir del escollo, deben prestar atención a la organización, planificación y conciliación de su economía», subrayó.

Rolando García Linares, director de Economía y Planificación en el Municipio Especial, agregó que la Empresa de Materiales de la Construcción debe exigir a sus clientes mayor celeridad en la adquisición de los recursos demandados y organizar su trasiego hacia los destinos de acuerdo con la Constructora —en el caso de los áridos— y contratar con Camiones Isla el traslado de los elementos de pared (dígase bloques, ladrillos y otros).

El programa de desarrollo integral es una oportunidad para la Isla de la Juventud a la hora de organizar los procesos. Pero como demuestran las consecuencias de lo ocurrido a esta empresa isleña, se requiere ajustar los mecanismos para la confección del plan a todos los niveles, y de directivos y colectivos muy atentos a que la conciliación se ajuste a las verdaderas necesidades, como único antídoto contra la asfixia económica.