SOLVING THE CRISIS OF CAPITALISM
By Manuel E. Yepe

A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.

When socialist-oriented developing countries resort to market solutions to advance their progressive projects, propaganda against them from the capitalist countries --headed up by the United States-- invariably presents these purposes as confirmation of the failure of socialism which requires that they to be forced through paths which will lead back to capitalism.

Yet universal experience indicates that, in the same way that centralized economies use market alternatives to address their problems, market-driven economies seek remedies based on centralized and non-market solutions for their internal contradictions.

The most recent demonstration of the overwhelming validity of this rule took place when the government of the United States, followed by other governments of developed capitalist countries around the world, spent millions of dollars to rescue giant privately-owned financial institutions from bankruptcy.

They massively subsidized those banks and were willing to rescue them again if it became necessary. However, no one used the same logic that some in the United States apply to China, Vietnam and Cuba, to claim that Washington was turning toward socialism

In his essay "Neoliberal Capitalism is Dead. Long Live Corporate Capitalism!”,  published in issue No. 6 of Entorno de Alai-Amlatina, the Argentine-Canadian journalist Alberto Rabilotta, an expert in economic issues, presents the assessment of several U.S. economists on the serious and persistent situation facing present-day economies in the so called "advanced capitalist" countries in the wake of the great recession of 2008 in the United States.

The well-known American economist Joseph Stiglitz has analyzed that this structural crisis, exacerbated by the crash, could not be corrected through market mechanisms because, being a crisis of global dimensions, it required structural transitions in which "governments need to play a more active role”.

According to his colleague Paul Krugman, there are two explanations for this phenomenon. One is that technology made a shift which has put wage labor at a disadvantage; the other is that it flows from a net increase in the power of monopolies.

Economy analyst William Greider reports that at a meeting held at the Peterson Institute (PI) in Washington D.C., home of American neo-liberalism, it was argued that if things do not change, there will be popular uprisings even in the U.S., because, having lost confidence in the promises of the free trade system, "many are turning to the government to save them from global capitalism."

Howard Rosen, a PI researcher, recommended reforms such as: a worldwide minimum wage, salary increases linked to productivity increases, unemployment insurance, adoption of international labor standards, promotion of unionization, and commitments between Wall Street and international financial institutions to refuse funding for nations which do not accept such reforms.

Economist David Branchflower, of Dartmouth University, warned at the same meeting that the working class in Europe is “on fire” and that there is risk of a potential rebellion which can also occur in the United States.

Adam Posen, a former economist at the Federal Reserve and the new president of PI, admitted that there are problems in the political foundation of globalization. He says that one of the alarming effects of the global financial crisis is a broad erosion of confidence in capitalism itself.

Harvard University economist Dani Rodrik contrasted the "economic liberalism" prevailing in advanced capitalist countries to the mercantilism implemented byemerging” Asian countries. He concluded that “the end of this happy coexistence” has arrived. The liberal model has lost its luster, due to increased inequality and the plight of the middle class in the West. "

For economist Anatole Kaletsky, "a new model of managed global capitalism is evolving and gradually will replace the market fundamentalism that dominated the world since the Reagan-Thatcher age until 2008."

Economist Daron Acemoglu and analyst James Robinson wonder if the time for updating economics textbooks has arrived and forms of “state capitalism” need to be explored.

It seems that capitalism will continue seeking -and imposing- new variants to preserve its hegemony until humanity manages to get rid of this system which, in the beginning, was progressive but today has become the worst enemy of peace, nature and the survival of the human species.

August 2, 2014.

 
   
   

PARA RESOLVER LAS CRISIS DEL CAPITALISMO

Por Manuel E. Yepe

Cuando los países en desarrollo orientados al socialismo acuden a soluciones de mercado para hacer avanzar sus proyectos progresistas, la propaganda contra ellos desde los países capitalistas capitaneados por Estados Unidos invariablemente presenta esos propósitos como demostración del fracaso del socialismo, que les obliga a trazarse senderos que los conducirán de regreso al capitalismo.

Pero la experiencia universal indica que, de la misma manera que las economías centralizadas acuden a soluciones de mercado para enfrentar sus problemas, las economías regidas por el mercado buscan remedios basados en las direcciones centralizadas y no mercantiles para la solución de sus contradicciones internas.

La más reciente abrumadora demostración de la vigencia de esta regla, tuvo lugar cuando el gobierno de Estados Unidos, seguido por otros gobiernos de países capitalistas desarrollados de todo el mundo, dedicó millones de millones de dólares al rescate de gigantescas instituciones financieras en manos privadas que habían quebrado.

Subvencionaron masivamente a esos bancos y se mostraron dispuestos a rescatarlos nuevamente cuando ello fuera necesario, pero a nadie se le ocurrió decir que Washington estaba girando hacia el socialismo empleando la misma lógica que algunos en Estados Unidos aplican a China, Vietnam y Cuba, por ejemplo.

Alberto Rabilotta, periodista argentino-canadiense experto en temas económicos, en ensayo que tituló “El capitalismo neoliberal ha muerto viva el corporativista” y publicó el No. 6 del boletín Entorno de Alai-Amlatina, recoge criterios de varios economistas estadounidenses acerca de la grave y persistente situación de las economías reales en los países del llamado “capitalismo avanzado” luego de la gran recesión de 2008 en Estados Unidos.

El muy difundido economista estadounidense Joseph Stiglitz ha diagnosticado que aquella crisis estructural exacerbada por el crac no podría ser resuelta por el mercado porque, siendo una crisis de alcance mundial, para encararla se requieren transiciones estructurales, en las que “es necesario que los gobiernos desempeñen un papel más activo”.

A juicio de su colega Paúl Krugman dos explicaciones aplican para este fenómeno. Una es que la tecnología hizo un viraje que ha puesto el trabajo asalariado en desventaja; la otra es que se trata de los efectos de un neto aumento en el poder de los monopolios.

El analista económico William Greider refiere que en una reunión efectuada en el Instituto Peterson (IP) en Washington DC, cuna del neoliberalismo estadounidense, se argumentó que, si las cosas no cambian, habrá rebeliones populares incluso en EE.UU., porque habiendo perdido la confianza en las promesas del sistema de libre comercio, “muchos están volviéndose hacia los gobiernos para que los salven del capitalismo global”.

Howard Rosen, investigador del IP, recomendó reformas tales como: salario mínimo en todo el mundo, aumentos de salarios vinculados a los aumentos de productividad, seguro contra el desempleo, adopción de estándares laborales internacionales, promoción de la sindicalización, y compromisos entre Wall Street y las instituciones financieras internacionales para que no se brinden financiamientos a las naciones que no acepten tales reformas.

El economista David Branchflower, de la Dartmouth University, advirtió en la propia reunión que la clase trabajadora en Europa está “ardiendo” y que se está frente a una potencial rebelión que puede ocurrir también en Estados Unidos.

Adam Posen, ex economista de la Reserva Federal y nuevo presidente del IP, admitió que hay problemas en el basamento político de la globalización y que uno de los alarmantes efectos de la crisis financiera global es una amplia erosión de la confianza del capitalismo en sí mismo”.

El economista Dani Rodrick, de la Universidad de Harvard, contrapuso el “liberalismo económico” reinante en los países de capitalismo avanzado al mercantilismo aplicado por los países emergentes de Asia, concluyendo que se ha llegado “al final de esta feliz coexistencia. El modelo liberal ha perdido su brillo, debido al aumento de la desigualdad y la difícil situación de la clase media en Occidente.”

Para el economista Anatole Kaletsky, “un nuevo modelo de capitalismo global administrado está en evolución y gradualmente reemplazará el fundamentalismo de mercado que dominó el mundo desde la era Reagan-Thatcher hasta el 2008”.

El economista Daron Acemoglu y el analista James Robinson se preguntan si no habrá llegado la hora de actualizar los libros de economía y estudiar las formas de “capitalismo de Estado”.

Todo parece indicar que el capitalismo seguirá buscando, e imponiendo, nuevas variantes para conservar su hegemonía hasta que la humanidad logre deshacerse de este sistema que comenzó siendo progresista y hoy es el peor enemigo de la paz, la naturaleza y la supervivencia de la especie humana.

Agosto 2 de 2014.