“La
competencia no es, ni nunca será contra el Paquete, ni con
ningún otro medio, sea o no independiente, sino con la
calidad a la que aspiramos tengan nuestros productos para
satisfacer las demandas y los intereses de los diversos
públicos”, afirma Cary Rojas, Directora de Comunicación de
la Televisión Cubana, al responder algunas interrogantes
sobre el tema.
¿Cómo valora el ICRT la expansión de los llamados paquetes a
nivel de población?
Un reto a la producción nacional audiovisual.
Primero
que todo, el fenómeno de “armar un paquete de TV” no es
exclusivo de Cuba. Yo diría que es una consecuencia del
desarrollo tecnológico. Obviamente relacionado con el poder
adquisitivo. En todas partes del planeta, quien tiene
tecnología, puede hacer su propio paquete. Claro que según
datos de la UIT, solo el equivalente al 39% de la población
mundial disponía de internet en 2013. Y en los países en
desarrollo solo el 31% de la población estaría en línea, en
comparación con el 77% de la población de los países
desarrollados.
Se estima que existen aproximadamente 74 computadoras
personales por cada 1 000 habitantes, de un total que está
en el entorno de las 834 mil y de estas 500 mil, están
conectadas en redes. Como bien es conocido, en nuestro país,
sometido a las leyes del bloqueo que ejerce el gobierno de
Estados Unidos contra Cuba, además de la falta de recursos,
no ha sido posible ampliar, como se quisiera, el uso de
estas tecnologías.
Pero lo cierto es que también hay cada vez más computadoras,
se simplifica la tecnología y también mayor posibilidad de
transportar datos, música y videos. Una forma alternativa
para almacenar información de interés personal. Y eso
también ocurre en otras partes del mundo, entre otras cosas
porque “ver” todo lo que se produce y lo que se transmite,
es imposible en la llamada era de la información. Y por
línea general se graba, se compran y se almacenan los
programas.
Ahora bien, el desarrollo tecnológico, asociado a las leyes
del mercado y las sumas millonarias que se dedican a la
industria del entretenimiento, hacen cada vez más
competitivo al audiovisual. Y por tanto nuestro reto
de hacer más y mejores productos para la TV es no solo
costoso, sino también complejo, porque depende mucho de
financiamiento, de recursos materiales que dificultan su
adquisición, de nuevas formas de producción y de talento.
Y esto último, el talento, es lo
que más tenemos y es la principal herramienta que disponemos
para lograr la televisión que queremos. Y ese el
momento en que nos encontramos, dialogando, abriendo
espacios a los creativos, realizando estudios, haciendo
algunos experimentos como “Duaba”,
“Penumbras” y “Conducta”.
¿En qué medida han influido los paquetes en los niveles de
audiencia?
Los niveles de audiencia dependen de muchos factores,
de 8 a 10 y 30 de la noche la TV sigue siendo el
principal medio de información y entretenimiento.
Recordar que hoy disponemos de 5 canales de televisión
nacional y uno territorial para cada provincia. En
la ciudad de La Habana y ya en las cabeceras de provincia se
pueden ver hasta 8 por las cajas receptoras digitales,
servicio que como ya se ha anunciado va a extenderse
paulatinamente. De manera que hay deporte, Multivisión, se
ve TeleSur, que alterna con programación cultural del Canal
Educativo 2 y por el Canal Educativo, que también conforma
el perfil cultural, particularmente en las noches.
Y
por supuesto, que está la opción de los medios alternativos,
no solo el “paquete”, está el DVD que nos hace también
competencia. Opción que en lo personal y en la de muchos, es
lícita. El dilema estaría en el contenido que las
personas seleccionan para ver, y en esto se necesita la
orientación del gusto, que en muchas ocasiones no
solo depende del nivel cultural, sino de la capacidad de
apreciar lo que tiene calidad y lo que no tiene calidad,
saber seleccionar lo que aporta en el sentido cultural y
ético. Obviamente el “paquete” nos hace la
competencia, pero el Noticiero Nacional, sigue siendo la
opción de mayor información de la población y cuando sale
“Vivir del Cuento” a Pánfilo, nadie le hace competencia.
¿Qué aspectos positivos y negativos considera que tiene el
paquete?
Lo positivo,
la opción de escoger, como te decía, una
alternativa. En el “paquete” que circula parece ser, hay de
todo, buenas series, buenos filmes, buena música, por cierto,
muchos de estos materiales se graban de la propia TV
nacional; pero también hay otros que
proceden de la “antena” y de otras formas ilícitas, que
tienen muy baja factura por su forma y por su contenido. En
ocasiones también con excelente factura, pero que
promueven la violencia, la desigualdad, la pornografía, el
consumismo, los “bienes” de una sociedad, que todo el mundo
sabe lo que cuesta en dinero y en el sistema de valores que
propugna, ajeno a la nuestra. Y ahí está el
problema ético. Y la capacidad de discernimiento para
discriminar lo que sirve o no sirve.
Varias personas consideran que la televisión cubana debería
parecerse más al paquete, otros, que debería parecerse más a
nuestra realidad. A su juicio, ¿qué está fallando en la
programación nacional?
Nosotros estamos apostando por lo segundo,
a parecernos a nuestra realidad,
transformando los códigos del lenguaje audiovisual
contemporáneo para que el mensaje sea atractivo.
¿De qué manera está afrontando el ICRT la producción
independiente que el paquete como canal informal facilita?
Somos los primeros interesados en que nuestra televisión sea
la principal opción de información, de acceso a la cultura y
también de entretenimiento, pero la competencia no
es, ni nunca será contra el “paquete”, ni con ningún otro
medio, sea o no independiente, sino con la
calidad a la que aspiramos tengan nuestros productos para
satisfacer las demandas y los intereses de
los diversos públicos.
Por un lado, la popularización del paquete evidencia la
necesidad de la interactividad y el entretenimiento en las
propuestas audiovisuales, pero también, lo imprescindible de
la educación en los espectadores. ¿Cómo asume el ICRT este
reto?
Existe una
relatividad bastante amplia en el concepto de
entretenimiento. Hay quien disfruta deldeporte, otros lo
hacen con el cine, con la música, la danza, el ballet, ello
depende mucho de la formación cultural, de los hábitos
establecidos en ocasiones durante años, de los intereses de
los grupos etáreos, que por demás no son, ni pueden se
homogéneos; pero el gusto se forma y tenemos clara
conciencia de que los medios y la televisión, por su impacto,
son formadores del gusto estético y de la ética.
De la misma forma concedemos importancia a la participación.
Otro concepto que no puede verse formalmente. No se trata de
crear uno o varios programas de participación. Algo en lo
que también estamos, estudiando y materializando proyectos,
porque el que finalmente salga en pantalla debe cubrir las
expectativas de los televidentes que siguen este tipo de
programa; pero la participación debe ser consustancial a los
programas, como lo debe ser la información y el
entretenimiento. Y pasa también por el reflejo real, o lo
que es lo mismo, verse reflejado y ver reflejadas nuestras
problemáticas en la pantalla. Igualmente verse involucrado
en la solución de esos problemas. Este es otro reto, que no
tiene que ver directa o indirectamente con el “paquete”.
Para asumir todos estos retos, hay varias acciones que
tienen que ver con las estrategias de comunicación, las
jerarquías culturales y las de la información, las formas
productivas, los sistemas de pagos, y muchos otros factores
que estamos perfeccionando, organizando, gestionando y
también estudiando, porque las soluciones no están
todas al alcance y exigen de plazos para su cumplimiento.
Pero si hay algo decisivo en todo esto, es el
diálogo, entre creativos, directivos, y realizadores todos,
para implicar a todos en los cambios que necesitamos y la
calidad que aspiramos.