THE WORST-INFORMED PEOPLE ON THE PLANET
By Manuel E. Yepe

A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.


The disinformation resources with which the U.S proclaims to the world its bonanzas, freedoms, equalities and humanitarian feelings are formidable. They have appointed themselves as judges and custodians of the civil and political rights of citizens of the Third World. Meanwhile, they trample on these rights in their own country and the rest of the planet; especially in those states considered adversaries because they do not docilely accept Washington's. global domination.

A huge global apparatus manipulates the media that spread the American point of view throughout the planet, hide or minimize U.S. misdeeds and create the conditions for world opinion to accept these.

The systematic manipulation serving the interests of the oligarchy and the military-industrial complex of the judiciary, prison-industrial and political systems in the United States contradicts the objectivity they claim to practice. Nevertheless, their representatives expect to be acknowledged as the lawful judges of respect for human rights across the globe.  

What confidence can the U.S. government inspire to evaluate the judicial, penitentiary and police systems in other countries when, from 1976 until today, there have been in the U.S. more than 75 examples of death row inmates whose innocence has been demonstrated after their sentences were executed?

From the still-unexplained events of September 11, 2001–whose clarification the corporate media no longer demands– there has been a significant increase in the number of people who have seen their civil and political rights curtailed for reasons that have nothing to do with illegal acts but with issues related to their political affiliation, the color of their skin, their social background or gender orientation.

It is obvious that the terrorist act which killed more than three thousand people only benefited the promoters of the so-called New American Century Project which needed a pretext for its War on Terrorism. It was a subterfuge, similar to those the U.S. fabricated for all its wars before and after 9/11 (the Maine, the Lusitania, Pearl Harbor, the Gulf of Tonkin, supposed weapons of mass destruction in Iraq, chemical weapons in Libya, just to name a few).

The outrageous violation of the most basic civil and political rights of the hundreds of citizens from different countries held in the fascist-style concentration camp the United States maintains in the Guantanamo Naval Basein a territory usurped from Cuba and held for more than a hundred years against the will of the Cuban peopleis usually linked to what is leaked to the public about torture in military prisons abroad; but in truth, their origins are in the territory of the United States itself.

There are prominent cases of
despicable injustice such as those of the immigrant workers Sacco and Vanzetti; the Rosenberg couple; the Spanish resident in Florida Joaquín José Martínez; young black man Larry Youngblood; black journalist Mumia Abu-Jamal; dozens of Puerto Rican patriots; the leader of the American Native Movement, Leonard Peltier; the Cuban Five; Bradley Manning, who revealed secret documents from the U.S. military; and hundreds of examples of political prisoners arbitrarily detained in U.S. prisons for crimes of conscience.

The series of lies that the U.S. government has used to win the support of public opinion in the United States for the war in Iraq (alleged weapons of mass destruction, supposed links of Saddam Hussein with Osama Bin Laden and many others) came as no surprise. But it is impressive to see that much of the U.S. population still believes these lies, which have been denied even by George W. Bush himself the then-occupant of the White House.

A significant part of the American people still justify the war launched against Osama Bin Laden by Washington, at a cost of several billion dollars and many thousands of casualties, despite the fact that it is already known that the Al-Qaeda organization –that has been an ally of the United States several times before and after 9/11 had, in 2001, less than 430 members and almost certainly none in Iraq.

Unquestionably, among the advantages enjoyed by the citizens of the United States is that of being the most lied-to and manipulated people in the world regarding the realities on the planet they inhabit. So their right to know the truth is systematically violated.


July 19, 2014.
   
   

EL PUEBLO PEOR INFORMADO DEL PLANETA

Por Manuel E. Yepe

Son formidables los recursos de desinformación con que Estados Unidos pregona al mundo sus bonanzas, libertades, igualdades y sentimientos humanitarios, y pretende erguirse en custodio y juez de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos en los países del Tercer Mundo, mientras los pisotea en su propio país y en los demás del planeta, especialmente en aquellos que declara adversarios o que no aceptan a pie juntillas su dictadura global.

Es un gigantesco aparato mundial para la manipulación de los medios de comunicación que difunde el punto de vista estadounidense por todo el planeta, esconde o minimiza sus fechorías y crea las condiciones para que la opinión pública mundial las acepte.

La sistemática manipulación en beneficio de los intereses de la oligarquía y el complejo militar-industrial de que son objeto los sistemas judicial, penitenciario y político en los Estados Unidos, por ejemplo, contrasta con la presunción de objetividad con que sus representantes pretenden que se les reconozca como enjuiciadores del respeto a estos derechos en todo el mundo.

¿Qué confianza puede inspirar el gobierno estadounidense para juzgar los sistemas judiciales, penitenciarios y policíacos de otros países cuando, desde 1976 hasta hoy, ha habido en Estados Unidos más de 75 casos de condenados a muerte cuyas inocencias han sido demostradas luego de ejecutadas sus sentencias?

A partir de los aún no explicados acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 –cuyo esclarecimiento la gran prensa del país increíblemente ha dejado de reclamar- se ha multiplicado en los Estados Unidos el número de personas que han visto cercenados sus derechos civiles y políticos por motivos que nada tienen que ver con actos ilegales sino con aspectos relacionados con su filiación política, el color de su piel, su procedencia social o su orientación de género.

Es obvio que aquella acción terrorista que costó la vida a más de tres mil personas, solo benefició a los promotores del llamado Proyecto del Nuevo Siglo Americano, necesitados de un pretexto para su Guerra contra el Terrorismo. Fue un subterfugio comparable con los que Estados Unidos ha fabricado para todas sus guerras antes y después de 11/9 (Maine, Lusitania, Pearl Harbor, Golfo de Tonkin, armas de destrucción masiva en Irak, armas químicas en Libia, solo por citar algunas).

La escandalosa violación de los más elementales derechos civiles y políticos de los cientos de ciudadanos de diversos países recluidos en el campo de concentración de estilo fascista que mantiene Estados Unidos en la Base Naval de Guantánamo, un territorio usurpado hace más de cien años a Cuba contra la voluntad de los cubanos, se vincula generalmente a lo filtrado a la opinión pública acerca de las torturas en cárceles del ejército en el exterior, pero en verdad los antecedentes han estado en el propio territorio de Estados Unidos.

Sobresalen casos de indignante injusticia, como los de los inmigrantes obreros Sacco y Vanzetti; los esposos Rosemberg; el español residente en la Florida Joaquín José Martínez; el joven negro Larry Youngblood; el periodista negro Mumia Abu-Jamal; decenas de patriotas puertorriqueños; el fundador del movimiento de indígenas norteamericano Leonard Peltier, los cinco cubanos antiterroristas, el revelador de documentos secretos de las fuerzas armadas de EE.UU. Bradley Manning y cientos más de ejemplos de presos políticos arbitrariamente recluidos en las prisiones de Estados Unidos por delitos de conciencia.

La serie de mentiras que el gobierno de Estados Unidos utilizó para ganar el apoyo de la opinión en Estados Unidos para la guerra contra Irak (Armas de destrucción masiva, vínculos de Saddam Hussein con Osama Bin Laden y tantas otras) a nadie sorprendió, pero sí impresiona el hecho de que buena parte de la población en Estados Unidos crea aún estas mentiras, que ya han sido desmentidas hasta por el propio George W. Bush, el entonces inquilino de la Casa Blanca.

Aún una parte considerable del pueblo estadounidense considera justificada la guerra que lanzara Washington contra Osama Bin Laden, a un costo de varios billones de dólares y muchos miles de bajas, pese a que ya se sabe que la organización Al Qaeda -que ha sido aliada de Estados Unidos varias veces antes y después de 9/11- tenía en 2001 menos de 430 miembros y casi seguramente ninguno en Irak.

Es incuestionable que, entre las primacías de que disfrutan los ciudadanos en los Estados Unidos está la de ser el pueblo más mentido y manipulado del mundo acerca de la realidad en el planeta que habita, aquel cuyo derecho a conocer la verdad es violado más sistemáticamente.

Julio 19 de 2014.