Televisión Martí, la emisora del gobierno de los
EEUU que transmite propaganda anticastrista
hacia Cuba, acaba de anunciar que tiene una
audiencia de 3 millones de personas dentro de la
isla. En realidad en
Cuba nadie la ha podido ver porque los
sistemas de interferencia del gobierno lo
impiden desde el primer día en que salió al aire,
hace ya décadas.
Los supuestos sondeos de audiencia son tan
amañados que no logran ni la complicidad de los
propios disidentes. Hasta el opositor Amador
Blanco, de la provincia de las Villas, afirmó al
periódico El
Nuevo Herald de Miami que “nosotros no
hemos visto nunca la televisión Martí. Si
alguien le dice que se ve, es falso. La
audiencia de Radio Martí también es mínima”.
En Cuba lo que la gente realmente espera con
ansias cada semana es el "paquete", una
compilación de películas, series de tv,
videoclips, reality shows, revistas, telenovelas
y hasta páginas de internet. En su edición y
distribución trabajan más de 30.ooo cubanos,
mueven alrededor de U$D 6 millones al mes y
llegan a 600.000 hogares, una tercera parte de
la población total de la isla.
Lo empezó hace 6 años un emprendedor conocido
como YoePC y, tras su reciente retiro, lo
heredaron dos socios, quienes compran
los materiales a personas que trabajan o
estudian en centros con suficiente conexión como
para descargar los contenidos. Uno de
esos lugares es la Universidad de Ciencias
Informáticas (UCI), donde profesores y alumnos
ven en las descargas una vía de ganarse un
dinero extra.
Pero el paquete no solo trae programación
extranjera, muchos músicos cubanos aprovechan la
enorme difusión para colgar sus videoclips y los
nuevos trabajadores autónomos incluyen
propaganda de sus negocios. La publicidad y los
musicales los producen otros cuentapropistas que
ya han abierto agencias más o menos legales con
ese fin.
Además, tiene una sección en la que presentan
las portadas de infinidad de medios digitales.
Las páginas web de compraventa como Revolico,
son descargadas integras de forma que el cliente
puede navegar off line por ellas, algo muy
importante en un país de tan baja conectividad a
la red.
Según el curador del Museo de Bellas Artes,
Abelardo Mena, "el paquete es la creación
audiovisual más cubana (ingenio dentro del
subdesarrollo) que se ha creado en los últimos
decenios. Es un
soporte pre-wireless, pre-cable, pre-satélite,
pero de sabor profundamente comunitario. Como
el Nollyhood de Nigeria".
El paquete se conforma cada semana y es
distribuido en La Habana y en el interior del
país, donde arriban gracias a la colaboración de
los chóferes de buses interprovinciales que
trasladan en el día los discos duros con toda la
información. Así llega a unos 300 puntos de
reventa a lo largo de la isla.
Cada revendedor vuelve a hacer una edición
teniendo en cuenta los gustos y preferencias de
su clientela, la que se expresa mediante correos
electrónicos. Una vez rehecho se lo entregan a
los distribuidores zonales, quienes a su vez
cuentan con redes de "caminantes" que, con
el disco duro bajo el brazo, recorren barrios y
pueblos haciendo la entrega a domicilio.
La bloguera opositora Yoani Sánchez expresó su
deseo de colocar su periódico en los paquetes
para aprovechar la difusión pero aún no ha
tenido éxito. "Incluimos
todo lo que la gente pide menos temas políticos para
que no se nos ponga malo el picado", dijo uno de
los editores del paquete aPúblico.
En las redes sociales asegura Alejandro Alonso
que es la respuesta a la mala calidad de la tv
cubana, "ahí es donde entra a jugar el paquete
como alternativa, donde tienes acceso por muy
bajo precio a materiales de los más diversos
gustos, para todas las edades y bastante
actualizados".
Su masividad despertó el interés del gobierno
cubano, recientemente el asesor del Presidente
para temas culturales, Abel Prieto, propuso
mejorar la calidad de la oferta de las
producciones culturales y de los medios de
prensa nacionales, con el fin de recuperar la
audiencia perdida. En algunos sectores oficiales
se estudia incluso la posibilidad de crear un
paquete a menor precio y de mejor calidad para
contrarrestar la "telebasura".
A pesar de que Prieto criticó muchos de los
programas que se incluyen en el paquete aseguró
que es un fenómeno complejo y advirtió a los
intelectuales que la solución no está en hacer
campañas en su contra, "ya se sabe lo que pasa
cuando tú prohíbes las cosas".
Seguramente, cuando todo esto se inició hace 6
años, YoePC no se imaginó que esa edición de
videos que organizaba artesanalmente en su casa
alcanzaría la dimensión social y la repercusión
cultural que hoy tiene, despertando una polémica
que abarca desde la disidencia hasta las más
altas esferas políticas de la nación.