Las ideas trascienden a
los hombres. Por eso, no resulta extraño que haya
una miniserie de ficción basada en el Manifiesto
Comunista que tiene a Karl Marx como protagonista.
Se titula Marx ha vuelto y puede verse en Internet (www.contraimagen.org.ar).
La producción de esta miniserie –que va por el
cuarto capítulo– estuvo a cargo del Instituto del
Pensamiento Socialista y la realización colectiva es
del grupo de cine Contraimagen y del canal de TV
online TVPTS. Marx ha vuelto está ambientada en los
tiempos actuales en la Argentina, donde un grupo de
trabajadores de una fábrica gráfica sufre
suspensiones y despidos y algunos de ellos se
organizan para luchar sin contar con el apoyo
sindical. Paralelamente, Martín, el protagonista,
lee periódicamente el Manifiesto Comunista y llegará
a encontrarse ni más ni menos que con el pensador
alemán, sin saber si es un sueño o es la realidad. A
lo largo de los cuatro capítulos, Marx ha vuelto
aborda temáticas propias del estudio minucioso
realizado por el autor de El capital: sus ideas
revolucionarias sobre las clases sociales, las
crisis, el Estado y, lógicamente, el comunismo. El
encargado de darle vida al hombre de barba blanca es
el actor Carlos Weber, quien ya lo había
interpretado en la pieza teatral Marx en el Soho,
del norteamericano Howard Zinn, con dirección de
Manuel Callau. El resto son actores del teatro
independiente e incluso se sumaron militantes como
extras.
A fines de 2013, el
Instituto del Pensamiento Socialista organizó una
serie de cursos sobre el Manifiesto Comunista que se
dictaron durante febrero y marzo de este año en todo
el país. Allí surgió la propuesta al grupo
Contraimagen/TVPTS para que realizaran un
audiovisual que sirviera para mostrarlo en esos
cursos, que constaban de cuatro encuentros.
“Nosotros nos fuimos de la pedagogía directa y de la
didáctica y realizamos un trabajo ficcional que toma
cuatro ejes del Manifiesto Comunista, pero que tiene
todo un trabajo actoral que después permitió
llevarlo a Internet como miniserie”, explica Javier
Gabino, uno de los realizadores de Marx ha vuelto.
Hasta el momento, la recepción fue muy buena y
superó las expectativas porque diariamente reciben
visitas no sólo de internautas de la Argentina sino
también de otros países de Latinoamérica como, por
ejemplo, Perú, México y Chile, incluso desde Europa
vía España. “El estreno por Internet fue muy
interesante porque demuestra que es una plataforma
que puede ver mucha gente”, entiende Gabino. Y
rescata algo “más interesante”: hay muchos
trabajadores y jóvenes de barrios populares que lo
ven vía celular. “Lo transformaron vía WhatsApp, por
ejemplo, sin que nosotros hiciéramos esa propuesta”,
comenta el realizador, quien adelanta que
próximamente podrá verse el quinto capítulo –actualmente
en rodaje–, que mostrará el encuentro entre Karl
Marx y León Trotsky.
Weber, el encargado de
darle vida ficcional al pensador alemán, entiende
que si bien Marx sigue siendo Marx tanto en la obra
de teatro como en la miniserie, como la propuesta de
la web es completamente diferente, hay un pensador
que no es el de Marx en el Soho. “El de la obra
teatral es un hombre sufriente y atribulado por los
problemas que tiene con su familia y su
supervivencia en Londres, cuando estuvo allí
exiliado y trabajando en El capital. Aquí es un Marx
que se lo ve más distendido, trabajando en la
trinchera y en los lugares donde la gente va a
producir en las fábricas, bajando su teoría,
reflejando su práctica también. Es un Marx vital,
actual”, analiza Weber. Y el actor intuye que los
guionistas deben haber pensado: “Como Marx está
entre nosotros permanentemente en la forma de
trabajo, en la explotación, en las contradicciones
que tienen los trabajadores en las luchas, etcétera,
entonces se corporiza”. Y por eso Weber,
caracterizado, aparece en las fábricas hasta tomando
mate con los trabajadores.
Weber reconoce que fue
una dificultad tener que expresar frases muy
teóricas para una miniserie. “El trabajo del actor
tiene que ver con la posibilidad de construir
situaciones dramáticas, de ficción, con textos de
todo origen y de todo carácter. Pero como se le ha
dado un marco muy activo y una situación de relación
con los jóvenes, aquí aparece Marx realmente en
forma coloquial diciendo textos complejos y
completos que están en el Manifiesto. Pero estamos
muy felices porque lo logramos”, se entusiasma el
actor. También tuvieron que trabajar el lenguaje
audiovisual para adaptarlo al de las redes sociales.
“Muchos de nuestros materiales son largometrajes”,
indica Gabino, haciendo referencia a los
documentales de Contraimagen. “Entonces, primero
tuvimos que adaptarnos al tiempo: cada capítulo
tiene trece minutos de duración porque, en realidad,
la gente suele ver cosas más cortas en Internet”,
agrega Gabino. Pero también señala una cuestión que
tuvo que ver con el cruce de tres líneas: “Una es la
línea de los trabajadores, otra es la línea de Marx
y una tercera línea tiene mucho que ver con el
lenguaje de Internet, que se construyó a partir de
archivos bajados de la red; es decir, retazos de
videos que están en YouTube, fotografías, algo que
se hace normalmente pero que está incorporado en la
ficción, lo cual logra un montaje muy dinámico. No
está dicho todo, hay elipsis muy marcadas. Pero ése
es el lenguaje de Internet”, afirma el director.
“Un fantasma recorre
Europa” es una frase que ya casi todos conocen.
Parecería que los realizadores hubieran querido
construir una suerte de juego entre esta frase y la
figura un tanto fantasmagórica con la que Marx
aparece en la historia ficcional. Gabino dice que
eso no fue buscado tanto para la historia, pero sí
para las publicidades que hicieron por las redes
sociales, que se titulaban: “Un fantasma recorre las
redes”. “Yo creo que más que fantasmagórico lo que
intentamos fue que Marx cobrara cuerpo y fuera algo
cotidiano y muy vital para cualquier persona hoy.
Creo que eso se logró. Lo más interesante es que la
gente se cree que Weber es Marx, más allá de que se
parece un montón.”
Consultado acerca de si
cree que esta miniserie es sólo para quienes
comulgan con las ideas de izquierda o también tiene
como objetivo dar a conocer el Manifiesto Comunista
a un nuevo público, Weber tiene su opinión formada:
“Es para lo último”, considera. Y establece un
análisis al respecto: “Yo creo que el Manifiesto
Comunista es un texto abarcador que justamente por
haber sido hecho para la lucha, y como la lucha no
ha terminado jamás, entonces llega a todo el mundo y
la gente lo puede apreciar. Ha sido demonizado Marx
y también ha sido demonizado su texto, como que el
Manifiesto Comunista es algo que no se pueda leer en
el colectivo. Y se puede leer absolutamente en el
colectivo”, entiende Weber. Y trae a colación el
primer capítulo de la miniserie, donde hay un
fragmento de una película de Charles Chaplin, en la
que un niño es interrogado por el personaje de
Chaplin, porque el chico está leyendo el Manifiesto
Comunista. Entonces, el hombre le dice: “Estás
leyendo el Manifiesto, eres un poco comunista”. Y el
niño le responde: “¿Acaso hay que ser comunista para
leer a Marx?”. “Y eso es lo que nosotros hacemos con
la miniserie. No hay que ser comunista para
acercarse al Manifiesto y mucho menos para apreciar
un Marx actual”, concluye Weber.