GRANMA
February 27, 2006

Languages, the Internet and power

JOAQUÍN RIVERY TUR
rivery@granma.cip.cu

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.

First I heard that there are about 6,000 languages in the planet. Never thought there were so many people on Earth speaking so many different languages. Almost a million per each of them. And since some nations have many millions of inhabitants, then it would only make sense that humans had less oral ways of communication.

The second news, a bad one this time, was that UNESCO (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) predicted the disappearance of almost half of those languages during this century.

What I failed to find out is how many languages existed on Earth, say, 500 years ago, when Europe set out to colonize the world and how much their number has decreased by now, at the beginning of the 21st. century, after they were decimated by the conquistadores.

Europe-led colonization brought about destruction of whole cultures. We'll never know, for instance, how the Cuban Tainos, or the first inhabitants of Hispaniola, Puerto Rico or Jamaica spoke or sang, or how they did it elsewhere in the Caribbean. The conquistadores' brutality and their technological strength was aimed at finding gold to pay tribute to European powers, a fact equally valid for America, Africa or Asia.

These attempts at colonization and exploitation those from the North try to extend through other ways have been central to the vanishing of languages, so UNESCO's concern is fully justified. However, we would have to expand a little the reasons why an original language dies between two places.

Find this statement by the United Nations entity in a report title "Toward Knowledge Societies", which states that language extinction is being caused by the popularization of the Internet. On the Internet, three out of every four pages is written in English, a proportion detrimental to other languages, at least to the most important ones, because some languages are hardly used on the Internet. Enter the power factor: it was invented in the United States, whose government has in it hands the power to control cyberspace networks.

In this connection, UNESCO believes the languages spoken by African tribes are in danger of vanishing, considering that in the next 100 years almost nine out of ten could fade away for lack of use.

It is important to bear in mind that some languages spoken by a number of American ethnic groups, quite reduced by now, are facing a similar risk and thus could be crushed by the advance of so-called "civilization" through their territories in tandem with an avalanche of conquerors seeking for new lands. How many original American languages still exist or survive the great slaughter of westbound expansion?

The Internet's problem has a certain, if not absolute, value when one wonders: what's the rate of Latin America's population with access to the Internet? And in Africa? As if all Filipinos, Indonesians and other people from the Pacific islands and Asian countries had a computer at home.

Many of them don't even know what an ordinary telephone is, much less the Internet, not to mention the latest generations of cell phones with built-in cameras and TV screens.

English language preponderance sprouts, of course, from the economic and military development of countries such as the United States and Great Britain - mainly from Washington's power - and other nations with languages as uncommon as Norwegian, Swedish, Danish, etc., are forced to use English to make themselves understood.

Only 11% of the world population's today have Internet access, and 90% of its users live in the rich countries. Much remains to be done in the Third World, mainly in Africa, before cyberspace can be deemed truly globalized.

The "digital gap", therefore, is nothing but a reflection of the gap existing in the command of knowledge, the abyss between opulence and misery, between development and underdevelopment, which must be bridged so that our Earth becomes a little more equitable and humane.
http://www.granma.cubaweb.cu/2006/02/27/interna/artic02.html

 

Las lenguas, Internet y el poder

JOAQUÍN RVERY TUR
rivery@granma.cip.cu 

La primera noticia que recibí fue que en el planeta hay alrededor de 6 000 idiomas. No imaginaba que en la Tierra hubiese tantas personas hablando tantas lenguas diferentes. Casi un millón por cada una. Y como hay naciones con muchos millones de habitantes, pues la cuenta normal sería que hubiese menos formas orales de comunicación entre los seres humanos.

La segunda noticia, mala, fue el pronóstico de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de que casi la mitad de esos idiomas corren el riesgo de desaparecer durante el presente siglo.

La información que no obtuve fue saber cuántas lenguas había en el planeta hace, digamos, 500 años, cuando comenzó la colonización del mundo por parte de los países europeos, y cuántas hay de menos al iniciarse la centuria 21, desaparecidas por los conquistadores.

La colonización europea significó la destrucción de culturas completas. Jamás sabremos, por ejemplo, cómo hablaban o cantaban los taínos en Cuba, o la población originaria de La Española, Puerto Rico, Jamaica o el resto del Caribe. La brutalidad de los conquistadores, su fuerza tecnológica, estaba dirigida a buscar oro y tributar a las potencias europeas, aserto que sirve lo mismo para América, África o Asia.

La colonización, la explotación, que los del norte buscan prolongar por otras vías, ha sido un factor de desaparición de lenguas, y la preocupación de la UNESCO es completamente válida, pero habría que extender un poco las causas de que muera un idioma originario de un lugar u otro.

La aseveración del organismo de la ONU se encuentra en un informe titulado Hacia las sociedades del conocimiento, donde se encuentra la consideración de que la extinción lingüística está siendo provocada por la popularización de Internet, en la cual tres de cada cuatro páginas están redactadas en inglés.

Esto es una proporción que va en contra de los demás idiomas del mundo, al menos en contra de los más importantes, porque en Internet hay lenguas de muy poco uso. Entra el factor de poder. Estados Unidos es el país donde se inventó Internet y, sobre todo, es su gobierno el que tiene el poder de controlar la red de redes del ciberespacio.

En esas condiciones, la UNESCO considera que corren más peligro de esfumarse las lenguas de tribus en los países africanos, donde casi nueve de diez podrían dejar de usarse en los 100 años siguientes.

No se puede olvidar tampoco que un número de idiomas hablados por ciertas etnias americanas, ya muy reducidas, corren el mismo peligro por el avance de la llamada "civilización" a zonas de tribus pequeñas que, al tejerse con la avalancha de conquistadores de nuevas tierras, pueden llegar a ser aplastadas. ¿Cuántas de las lenguas originales del territorio norteamericano se conservan o sobrevivieron a la gran carnicería de la expansión hacia el oeste?

El problema de Internet tiene cierto valor, pero no absoluto, porque uno se pregunta ¿qué parte de la población latinoamericana tiene acceso a Internet? ¿Y de África? Acaso todos los filipinos, los indonesios y los habitantes de otras islas del Pacífico y de países de Asia tienen en su casa una computadora.

Muchos ni siquiera conocen qué es eso, o un teléfono común y corriente, por no mencionar las últimas generaciones de celulares que toman fotos y poseen una pantalla de televisión.

La preponderancia del inglés surge, por supuesto, del desarrollo económico y militar de países como Estados Unidos y Gran Bretaña —fundamentalmente del poder de Washington—, a los que se unen naciones de lenguas muy poco comunes como el noruego, el sueco, el danés y otros que se ven en la necesidad de emplear ese idioma para que los entiendan.

Actualmente, solo el 11% de la población mundial tiene acceso a la red de redes y el 90% de los usuarios vive en los países industrializados. En el Tercer Mundo todavía falta mucho para considerar que el ciberespacio es un elemento realmente globalizado, sobre todo en África.

La "brecha digital", por tanto, no es más que el reflejo de la brecha en el dominio de los conocimientos, el abismo entre la opulencia y la miseria, entre el desarrollo y el subdesarrollo. Hay que eliminarla para que la Tierra sea un poco más equitativa y un poco más humana.