WASHINGTON'S OTHER FOREIGN POLICY
By Manuel E. Yepe

A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.

The "National Endowment for Democracy" (NED), a central axis in the U.S. propaganda war against the Soviet Union, has become, in its last three decades, a gigantic organization funded by the United States government and dedicated to supporting the neo-conservative agenda of the American power elite that often holds a dialogue of the deaf with the foreign policy of the Obama administration.

NED is often the source of contradictions and confusion regarding coups promoted by Washington against democratically-elected leaders whose policies are considered hostile, or at least uncomfortable, for the U.S.

We have seen that while some of the nongovernmental organizations (NGOs) sponsored by NED give support --with money from the U.S. government-- to rebellions against legitimate governments, Secretary of State John Kerry and other senior officials say America is not behind these insurrections.

So, while President Barack Obama appeared to be fostering a constructive relationship with Russian President Vladimir Putin, especially in areas of tension like Iran and Syria, the NED was investing billions of dollars in 65 projects in Ukraine, Russia's closest neighbor. Their implicit goal was to feed violent protests that would lead to the eviction of President Viktor Yanukovich, who in 2010, had been elected by a majority vote of the Ukrainian citizenry, and could have been ratified or rectified in the next elections scheduled for 2015.

For the NED, the electoral legitimacy of Yanukovich lasted as long as he accepted the trade agreements and economic reforms for European countries imposed by NED and its neo-conservative sponsors. When Yanukovich deemed the price too high for Ukraine, and opted for a fairer deal, a "regime change" was immediately placed on the agenda.

In September 2013, the president of NED, Carl Gershman, published in the pages of the Washington Post a declaration urging the U.S. government to demand from Ukraine and other former Soviet republics "free trade" agreements.  This is the main slogan of the neocons worldwide. Gershman, advocated for the isolation of Ukraine from Russia in preparation for the conditions that could lead to the overthrow of Putin once he lost that key piece in the global chessboard.

“Ukraine is the biggest prize,” Gersham wrote. “In Ukraine the opportunities are considerable, and there are important ways in which Washington could help. The United States needs to engage with the governments and with civil society in Ukraine, Georgia and Moldova to ensure that the reform process underway not only promotes greater trade and development, but also produces governments that are less corrupt and more accountable to their societies.”

“An association agreement with the European Union should be seen not as an end in itself, but as a starting point that would make possible deeper reforms and more genuine democracy.”

“Russian democracy can also benefit from this process. Ukraine’s choice to join Europe will accelerate the demise of the ideology of Russian imperialism that Putin represents. Russians, too, face a choice, and Putin may find himself on the losing end not just in the near abroad but within Russia itself.”

In meeting these goals, NED sponsored a staggering 65 projects in Ukraine, with funding by NGOs. These could be from tens of thousands to hundreds of thousands of dollars. In fact, NED had created what amounted to a shadow political structure with media and activist groups capable of creating difficult situations for the Ukrainian government and raising concern in the population when its performance was not the one desired by Washington.

This NED shadow structure, when combined with the work of the forces of internal opposition, achieved the capacity to challenge decisions of the legitimate government, as happened with the recent coup led by neo-Nazi groups that overthrew the government. Presumably, NED wanted to achieve "regime change" without the participation of the neo-Nazis, but their violence of became necessary to orchestrate the coup and open the way for the "reforms" demanded by the IMF.

With Yanukovich and his advisers forced to flee for their lives, the opposition-controlled Parliament adopted, often unanimously, a series of laws that Washington neo-conservatives supported; and U.S. media hailed what was happening without any reference to the undemocratic nature of the coup d’état that eventually led to Crimea's secession from Ukraine.

April 12, 2014.

                                         --------------------------------------------------

 

LA OTRA POLÍTICA EXTERIOR DE WASHINGTON

Por Manuel E. Yepe

La "National Endowment for Democracy" (NED), eje central en la guerra propagandística de Estados Unidos contra la Unión Soviética en sus últimas tres décadas, se ha convertido en una gigantesca organización financiada por el gobierno de Estados Unidos que se dedica a apoyar la agenda neoconservadora de la élite del poder estadounidense que a menudo sostiene un diálogo de sordos con la política exterior de la administración de Obama.

La NED es frecuentemente motivo de contradicciones y confusiones en relación con golpes de estado promovidos por  Washington contra mandatarios democráticamente electos cuyas políticas EEUU considera hostiles o, cuando menos, incómodas.

Se ha visto que mientras algunas de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) patrocinadas por la NED dan apoyo a rebeliones contra gobiernos legítimos con dinero del gobierno de Estados Unidos, el Secretario de Estado John Kerry y otros altos funcionarios aseguran que Estados Unidos no está detrás de estas insurrecciones.

Así, mientras el Presidente Barack Obama parecía fomentar una relación constructiva con el presidente ruso Vladimir Putin, especialmente en zonas tensas como Irán y Siria, la NED invirtió miles de millones de dólares en 65 proyectos en Ucrania, el cercano vecino de Rusia, en los que estaba implícito el objetivo de  alimentar protestas violentas que condujeran a la evicción del presidente Viktor Yanukovich, quien en 2010 había sido electo por votación mayoritaria de la ciudadanía ucraniana que podría ser ratificada o rectificada en las próximas elecciones programadas para el 2015.

Para la NED, la legitimidad electoral de Yanukovich se mantuvo solo mientras éste aceptó los acuerdos comerciales y las reformas económicas para países europeos impuestas por la NED y sus patrocinadores "neocons". Cuando Yanukovich juzgó el precio demasiado alto para Ucrania y optó por un trato más justo, se planteó inmediatamente como objetivo el "cambio de régimen".

En septiembre de 2013, el presidente de la NED, Carl Gershman, publicó en las páginas del Washington Post una declaración instando al gobierno de Estados Unidos a que exigiera de Ucrania y otras repúblicas ex soviéticas acuerdos de "libre comercio", consigna insignia de los neocons en todo el mundo. Gershman, abogaba por el aislamiento de Ucrania respecto de Rusia como preparación de las condiciones dirigidas al derrocamiento de Putin una vez que  perdiera esa pieza clave en el tablero de ajedrez mundial.

"Ucrania es el premio mayor", escribió Gershman. "En Ucrania, las oportunidades son considerables y de muchas importantes maneras Washington podría ayudar. Estados Unidos necesita comprometerse con los gobiernos y la sociedad civil en Ucrania, Georgia y Moldavia para asegurar que el proceso de reforma en marcha no sólo promueva el comercio y el desarrollo sino que también produzca gobiernos menos corruptos y más responsables.

"Un acuerdo de asociación con la Unión Europea no debe verse como un fin en sí mismo sino como un punto de partida que  hacer posibles reformas más profundas y una democracia más auténtica.

"La democracia rusa también puede beneficiarse de este proceso. La unión de Ucrania a Europa acelerará la desaparición de la ideología del imperialismo ruso que representa Putin. Los rusos también enfrentan una opción, y Putin puede encontrarse en el bando perdedor si permanece en la cerca, teniendo la solución dentro de Rusia misma y no en el extranjero".

En cumplimiento de estas metas, NED patrocinaba la cifra asombrosa de 65 proyectos en Ucrania, con financiamientos mediante ONGs, que podían ser, desde decenas de miles, hasta cientos de miles de dólares. De hecho, la NED había creado lo que equivalía a una estructura política en la sombra con medios de comunicación y grupos de activistas capaces de crearle situaciones difíciles al Gobierno ucraniano y suscitar inquietud en la población cuando su actuación no fuera la deseada por Washington.

Esta estructura en la sombra de la NED, cuando se articulaba  con el trabajo de fuerzas de la oposición interna, lograba capacidad de impugnar decisiones del gobierno legítimo, como ocurrió con el reciente golpe encabezado por los grupos neonazis que lo derrocaron. Presumiblemente, la NED quería lograr el "cambio de régimen" sin participación de los neonazis, pero la violencia de éstos resultó necesaria para ejecutar el golpe y abrir el camino a las "reformas" exigidas por el FMI.

Con Yanukovich y sus asesores obligados a huir para salvar sus vidas, el Parlamento controlado por la oposición aprobó, a menudo por unanimidad, una serie de leyes neoconservadores que Washington apoyaba y los medios estadounidenses aclamaron lo que estaba ocurriendo sin señalamiento alguno acerca del carácter antidemocrático del golpe de estado que  finalmente condujo a que Crimea se desgajara de Rusia. Nota del traductor: Creo que debe decir: se desgajara de Ucrania]

Abril 12 de 2014.