Cargas que esperan un transporte eficaz y reordenado

Excluidos del reordenamiento del transporte, la empresa de Comercio Interior, que es la que más mercancías mueve en Granma, sufre en sus contratos y su economía la ineficiencia de un parque automotor insostenible

Dilbert Reyes Rodríguez

Definido hace rato como una prioridad en el impulso económico que promueve Cuba, el reordenamiento del transporte de cargas es una política que en nombre de la eficiencia busca varios fines: ahorro de combustibles, mejor control de piezas y recursos, selección óptima de rutas, cumplimiento cabal de los contratos con los clientes, mayor agilidad en el embarque, traslado y descarga de mercancías, abaratamiento de los fletes, y unos cuantos propósitos más.

foto del autorEl estado crítico del escaso transporte complica la distribución puntual de mercancías y afecta la economía de la entidad.

Desde el inicio, la idea consiste en convertir en beneficios reales lo que por largo tiempo se ha identificado como "reservas de eficiencia", algo que en la práctica muchas veces no ha sido más que un eufemismo para enmascarar derroches, usos inadecuados, y en esencia, una mala explotación de los medios existentes.

Sin embargo, en el afán de avanzar, la prisa casi nunca resulta buena consejera. Las urgencias no pueden anularnos el razonamiento lógico y conducirnos ciegamente a poner el mismo traje, sin adecuar las tallas a todos.

Por su encargo social de distribuir y vender en Granma la más amplia gama de surtidos de Comercio Interior, a la Empresa Comercializadora y de Servicios de Productos Universales de esta provincia (conocida como Universal), se le ha convertido en un grave problema la carencia de un sistema eficiente de transporte, que ya le va impactando sensiblemente en las ventas y las ganancias.

DEL ALMACÉN A LA TARIMA

Poseedora de una gran base de almacenes en el municipio de Jiguaní, que recibe todo y luego distribuye a casi un millar de destinos a lo largo y ancho de la provincia oriental (solo en el 2012 movieron y comercializaron mercancías por valor de 129 millones de pesos); la Universal de Granma cuenta con un parque vehicular de apenas 13 equipos de muy bajo coeficiente de disponibilidad técnica, que compromete seriamente sus relaciones contractuales (en el mejor momento funciona la mitad de los carros, regularmente tres o cuatro, y casi siempre uno o dos).

Además de los productos habituales de alto impacto en la población y en los indicadores de ventas, como los de aseo personal y limpieza (jabones, pasta dental, detergentes líquidos, frazadas), materiales de construcción (componentes eléctricos, hidráulicos, puertas, ventanas), ropa reciclada, insumos agropecuarios y otros; también son responsables de garantizar un sinnúmero de mercancías especiales para programas socialmente priorizados como los requeridos por pacientes postrados o encamados, los uniformes escolares, los módulos de canastilla, y otros que por su elevada significación humana no admiten ninguna justificación —ni las más objetivas y demostrables—, para la ausencia o el retraso.

Aunque por largo tiempo la Universal ha podido sortear las más difíciles situaciones, la actualidad crítica de su transporte está teniendo peligrosos reflejos.

Una visita a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Jiguaní, donde radican los almacenes centrales y la base de transporte, permitió a Granma comprobar los retrasos en la distribución de decenas de surtidos a los municipios, por ejemplo, de Bartolomé Masó y Guisa, dado sobre todo por las condiciones de montaña para lo cual no cuentan con carros especializados.

Juan Carlos Rosales, director de la empresa, señala que tal coyuntura los obliga a establecer arreglos con los territorios para que, en contraposición con lo fijado en los contratos, vengan hasta los almacenes a cargar sus mercancías; o cuando menos, completen la distribución a cada uno de los destinos finales desde un punto escogido en un poblado cabecera, hasta el cual llegará el carro de la Universal.

"Los contratos no dicen eso, sino que debemos descargar en cada punto de venta convenido, pero es objetivamente imposible, con solo tres o cuatro carros viejos, llegar a casi un millar de destinos en una provincia tan extensa y con seis municipios de montañas intrincadas".

Otra hora crítica es la de decidir la prioridad. Por razones obvias, siempre se resuelve enviar primero los surtidos para pacientes encamados o postrados, la canastilla, los uniformes y otros de programas especiales, pero el déficit de transporte nos deja pocas oportunidades de mover el resto, que son los que verdaderamente impactan en las ventas de nuestra entidad, argumenta Rosales.

"La necesidad inaplazable de contratar otros transportistas también está lastrando demasiado nuestras ganancias, pues las características de las mercancías, la cantidad de piezas pequeñas que deben ser contadas una a una en el lugar de destino, alarga el tiempo de la descarga y encarece extraordinariamente el precio del flete".

¿PEDIR MÁS O PENSAR MEJOR?

Para nadie es un secreto que no es asunto sencillo —nunca lo ha sido—, presentar un problema cuya causa fundamental redunda en el transporte insuficiente y deteriorado, mucho menos cuando el reclamo aparenta un pedido de más y mejores equipos.

Sin embargo, aunque la Universal de Granma aliviaría y hasta resolvería de esa forma la peliaguda situación, su caso va más allá de esta alternativa, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de la entidad no fueron incluidos en otras variantes practicadas por el país para el reordenamiento del transporte.

Concretamente, sus camiones nunca fueron considerados para la centralización del transporte y la creación de las bases de cargas municipales prestadoras de servicios.

"La decisión fue mantenernos con nuestros propios medios, muy malos comparados con otras provincias que sí se reordenaron, y como estas fueron mayoría, el presupuesto destinado a reparaciones y piezas de repuesto fue prácticamente suprimido.

"Hoy estamos desprotegidos en ese aspecto, nuestros choferes son verdaderos magos de la innovación mecánica, y gracias a la voluntad y gestión del gobierno territorial, es que podemos salir de los apuros; pero lo cierto es que hemos alcanzado un punto crítico que compromete el resultado del trabajo, el respeto cabal a los contratos con los clientes, y la salud económica de nuestra empresa".

Según confirma Rosales, varias veces han reintentado la centralización de sus camiones, de modo que les permita servirse de las bases municipales de carga adscritas al Ministerio de Transporte, pero la solicitud ha sido negada con el argumento de que las características de sus mercancías (mucho volumen, poco peso, conteo individual de productos que demoran demasiado la descarga), deteriorarían los indicadores por los cuales les calculan la eficiencia.

¿Por qué, entonces, otras bases con similares características en algunas provincias fueron reordenadas? ¿Acaso la aplicación de esta política es selectiva, o no convenía asumir la "carga" de problemas que representa mantener un grupo de viejos camiones?

Por otro lado, ¿cómo puede sostenerse una base de equipos sobreexplotados sin un planificado y adecuado esquema de financiamiento para piezas y reparaciones? ¿De qué alternativas valerse para no faltar a los contratos convenidos con sus clientes?

Entre tanto, las ventas se han resentido últimamente, la puntualidad y presencia de productos priorizados y codiciados no es la adecuada, mientras algunos surtidos industriales que hoy faltan en las tarimas reposan en almacenes.

Por mucho que se explique, este no puede ser el resultado que propicie el reordenamiento, ni las políticas de ahorro, ni el afán por la eficiencia empresarial. Algo ha lastrado aquí la integralidad que tanto se defiende para este tipo de razonamientos,

y lo correcto ahora está en repensar la estrategia, corregir el mecanismo, y hacerlo a tiempo, porque este tipo de dislate suele lastimar la economía cubana y aflojarle el paso hacia la reanimación, pero sobre todo provoca trastornos en los abastecimientos a la población.




http://www.granma.cubaweb.cu/2013/07/17/nacional/artic05.html