Havana, Tuesday, May 21, 2013. Year 17 / Number 142

Spectator’s Chronicle
AMOUR [Love]
Rolando Pérez Betancourt

       
    Jean Louis Trintignant y Emanuelle Rivas, who are more than 80 years old, offer exceptional acting.    



Amour is being shown at La Rampa and other movie houses in the country. Amour, by Austrian director Michael Haneke, is perhaps last year’s most internationally-awarded film. Among its awards were the Golden Palm at Cannes and the Oscar for Best Foreign Film. Amour: so strong and human that it is impossible to remember anything similar in these last few years. It is a hard and terrible real story without sugarcoating and, most importantly, without false steps in search of easy tears.

Jean Louis Trintignant and Emanuelle Rivas, both more than eighty years old, offer exceptional performances.

Some have said lightly that Amour is depressing and elderly couples should not see it. Once again this is the solution of not looking at the conflict to make it disappear. But the conflict is there and speaks of old age, disease, decrepitude and death in a couple of octogenarians who, during their years together, made love a feeling both impenetrable and indestructible.

There are everyday human dramas that rarely make it to the big screen simply because selling optimism, gratuitous violence and special effects is more profitable. 

For example, what does it mean for a couple who have lived a long life together that one of its members reaches his or her end? Can those who keep distant from the situation understand it? In those extreme circumstances of physical disintegration, how can outside compassion, pity, or indifference from close relatives be received?

Searching for answers, director Haneke creates a couple of retired musicians who live comfortably in Paris and enjoy every minute of their lives. Georges (Jean Louis Trintignant) and Anne (Emanuelle Rivas) share a long existence of understanding and affection, even in the midst of inevitable monotony, until one day Anne gives the first sign that everything will begin to change.

Michael Haneke builds an intimate drama of restrained tenderness and delicate intelligence which is the best way to talk about human dignity when the time comes to face nature’s cruelty.

Those who know the work of the Austrian director will see how much of his style is present in this film: black screens as transitions for ellipses, a certain expository coldness, and no sentimentality for a subject that could seem to be screaming for it. 

When somebody asked director Michael Haneke (one of the best among the best today) why he thought his film had had such a great box office and critical success, he said that simply there is a certain age when suffering due to the passage of time and life begins to move a person. He was very happy because he had made a very simple film. And on this we must agree, Amour is a very simple film, but after seeing it, it will be very hard to get out of your head.

 

   
   
La Habana, martes 21 de mayo de 2013. Año 17 / Número 142

Crónica de un espectador
Amor

Rolando Pérez Betancourt
 
       
    Jean Louis Trintignant y Emanuelle Rivas, ya con más de ochenta años de edad, ofrecen actuaciones excepcionale    

Amor presentándose en el cine La Rampa y en otras salas del país. Amor, del austriaco Michael Haneke, posiblemente la película más premiada internacionalmente del pasado año, entre esos galardones, la Palma de Oro en Cannes y el oscar al mejor filme extranjero, Amor, tan contundente y humana que es imposible recordar algo parecido en los últimos tiempos, una historia dura y terrible, real y sin paños tibios y, lo principal, sin pasos en falso en el terreno de la lágrima fácil.

Jean Louis Trintignant y Emanuelle Rivas, ya con más de ochenta años de edad, ofrecen actuaciones excepcionale

Algunos han dicho con ligereza de Amor que es deprimente y no deben verla las parejas otoñales. Una vez más el errático remedio de ocultar el conflicto para que no exista. Pero el conflicto está ahí y habla de la vejez, la enfermedad, la decrepitud y la muerte en una pareja de octogenarios que a lo largo de los años hicieron del amor un sentimiento tan hermético como indestructible.

Hay dramas humanos que suceden a diario y pocas veces pasan a la pantalla por la sencilla razón de que vender optimismo, violencia gratuita y espectáculo a pulso es más rentable.

¿Qué significa, por ejemplo, para una pareja que ha vivido largamente que uno de sus miembros llegue al ocaso? ¿Pueden aquellos que se mantengan ajenos a esa situación, entender? ¿Cómo sería recibida en esas circunstancias extremas de desintegración física la compasión, la lástima, o la indiferencia que pudieran llegar desde afuera, incluso de familiares cercanos?

Buscando respuestas, el director Haneke crea una pareja de músicos retirados que viven de manera confortable en París y disfrutan de cada minuto de la vida. Georges (Jean Louis Trintignant) y Anne (Emanuelle Rivas) conforman una larga existencia de entendimientos y querencias aun en el fragor de la inevitable monotonía, hasta que un mal día, Anne da la primera señal física de que todo comenzará a ser diferente.

Michael Haneke construye un drama íntimo de contenida ternura y fina inteligencia, que es la mejor manera de hablar de la dignidad del hombre cuando le llega el momento de enfrentar la crueldad de la naturaleza.

Los conocedores de la obra del austriaco, verán cómo no poco de su estilo está presente en este filme: pantallas negras como cortinas de transición de las elipsis, una supuesta frialdad expositiva y nada de sentimentalismo para un tema que pudiera parecer que lo pide a gritos.

Preguntado el director Michael Haneke (hoy por hoy de lo mejor entre lo mejor) a qué le atribuía el gran éxito de público y de crítica de su película, dijo que simplemente a una cierta edad, el sufrimiento ante el paso de la vida empieza a conmoverlo a uno y que estaba muy contento porque había hecho una película muy simple. Y en eso hay que estar de acuerdo, Amor es una película muy simple, solo que después de verla será difícil quitársela de la cabeza.

http://www.granma.cubaweb.cu/2013/05/21/cultura/artic02.html