Chavez reads: http://www.youtube.com/watch?v=LcMJByzpek4
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GOLPE DE TIMON hch
   
   

I Consejo de Ministros del nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana

Golpe de Timón

PRESENTACIÓN


El 7 de octubre de 2012, luego de conocerse la  victoria del candidato de la patria con 56% de  los votos, el presidente Hugo Chávez Frías  anunció desde el balcón del pueblo que un  nuevo ciclo empezaba el mismo 8 de octubre. Pocos días después, el 20 de octubre, se llevó  a cabo el primer consejo de ministros de este  nuevo ciclo, en el cual el comandante hizo un  llamado a la crítica y la autocrítica, a multiplicar  la eficiencia, fortalecer el poder comunal y  desarrollar el Sistema Nacional de Medios  Públicos, entre otros temas de la construcción  del socialismo.

Este documento sintetiza sus palabras, como  un instrumento para el debate en el que todos  debemos participar.

Palacio de Miraflores,

Caracas, 20 de octubre de 2012

EL NUEVO CICLO DE LA TRANSICIÓN

Estamos conversando sobre todo el tema  económico, revisando papeles, documentos,  planes, proyectos, el cierre de ciclo, la apertura  del nuevo ciclo ante la victoria bolivariana del  pasado 7 de octubre, que abrió el horizonte  político, y, además, la victoria popular, la  victoria bolivariana, que garantiza la estabilidad  del país.

Estaba leyendo por ahí que los bonos  venezolanos se dispararon. El mundo sabe,  Pdvsa aparece ahora como la segunda  empresa dentro de las 500 más grandes de  América Latina, una de las grandes del mundo,  sólida, y Venezuela sigue ocupando el lugar  que le corresponde.

Y eso es sólo posible y seguirá siendo posible  por este rumbo, por estos horizontes, por estos  andares, por estos caminos de la construcción  del socialismo.

Aquí tengo al [libro de] István Mészáros, (1) el  capítulo XIX, que se llama “El sistema comunal  y la ley del valor”. Hay una frase que hace  tiempo subrayé, la voy a leer, señores  ministros, ministras, vicepresidente, hablando  de la economía, del desarrollo económico,  hablando del impulso social de la revolución:  “El patrón de medición -dice Mészáros- de  los logros socialistas es: hasta qué grado las  medidas y políticas adoptadas contribuyen  activamente a la constitución y consolidación  bien arraigada de un modo sustancialmente  democrático, de control social y autogestión  general”.

Entonces, venimos con el tema de la  democracia, el socialismo y su esencia  absolutamente democrática, mientras que el  capitalismo tiene en su esencia lo  antidemocrático, lo excluyente, la imposición  del capital y de las élites capitalistas. El  socialismo no, el socialismo libera; el  socialismo es democracia y la democracia es  socialismo en lo político, en lo social, en lo  económico.

También lo dice Giordani, en su libro La  transición venezolana al socialismo (2), de  nuestro querido ministro y amigo y maestro  Jorge Giordani. Cuando habla Jorge ahí de  unos factores que son determinantes en la  transición: uno de ellos es la transformación de  la base económica del país para hacerla  esencial y sustancialmente democrática,  porque la base económica de un país  capitalista no es democrática, es  antidemocrática, es excluyente y de allí la  generación de riqueza y de grandes riquezas  para una minoría, una élite, la gran burguesía,  los grandes monopolios, y de allí también la  generación de la pobreza y la miseria para las  grandes mayorías.

El problema es económico, no se puede  separar lo social de lo económico, siempre  pongo el ejemplo del agua, H2O, hidrógeno y  oxígeno, lo económico y lo social. Aquí está el libro:

La transición venezolana al  socialismo, condiciones que orientan el  tránsito, es decir, la transición. Cuando se trata  de la revolución o transformación productiva,  dice Giordani, en cuanto a la transformación  productiva ligada al modelo de acumulación,  estaría definida por cinco aspectos: 1. La modificación de la base productiva del  país, buscando una mayor democratización del  poder económico.

2. El cambio en el rol del Estado, para lograr  que el proceso acumulativo se oriente a la  satisfacción de las necesidades básicas de la  mayoría de la población y a la defensa de la  soberanía.

3. La incorporación de mecanismos de  autogestión productiva a nivel colectivo.

4. La utilización de una planificación  democrática como mecanismo regulador de las  relaciones productivas.

5. La ubicación autónoma del país frente a la  internacionalización del sistema capitalista. Son elementos que ayudan a orientar el  tránsito y de eso estamos hablando hoy, sobre  la economía y cómo ahora, con el nuevo ciclo  que se abre, debemos ser más eficientes en el  tránsito, en la construcción del nuevo modelo  político, económico, social, cultural, la  revolución.

Este esfuerzo que hemos hecho y estamos  haciendo, que es grande y debe ser mucho  más grande, es eso que dice Jorge: modificar  la base productiva del país, de manera tal de  asegurarnos una democracia económica. Por  ejemplo, aquí en la Base Miranda, en La

 _________________ 1. István Mészáros: Más allá del capital, Caracas, Hermanos  Vadell, 2001. 2. Caracas, Hermanos Vadell, 2001.

Carlota, ha venido naciendo un polo de  desarrollo científico-tecnológico, y esa es una  de las líneas estratégicas del tema que  estamos hablando, la ciencia y la tecnología, la  independencia, todo esto está relacionado. Recordemos los cinco grandes objetivos  históricos del Programa de la Patria que ahora  vamos a comenzar a aplicar.

Se trata de los pasos que hemos venido dando,  por eso hablamos del tránsito, transición,  etapa. Nada de esto existía en Venezuela y  nada de esto existiría en Venezuela si, se  impusiera el capitalismo, que nos convirtiría de  nuevo en la colonia que éramos. Por eso la  revolución política es previa a la económica.  Siempre tiene que ser así: primero revolución  política, liberación política y luego viene la  revolución económica. Hay que mantener la  liberación política, y de allí la batalla política  que es permanente, la batalla cultural, la  batalla social.

LA DEMOCRACIA SOCIALISTA DEL SIGLO XXI

Estamos tocando puntos claves de este  proyecto, que si no los entendemos bien y lo  asumimos bien, pudiéramos estar haciendo  cosas buenas, pero no exactamente lo  necesario para ir dejando atrás de manera  progresiva y firme el modelo de explotación  capitalista y creando un nuevo modelo: el  socialismo venezolano, bolivariano, del siglo  XXI.

El nuevo ciclo de la transición; la construcción  del socialismo, de nuestro modelo. Nosotros  debemos territorializar los modelos. Yo me  imagino, por ejemplo, un sector de Sarria, la  calle real de Sarria, el edificio y la panadería, el  Pdval y la Farmapatria son elementos nuevos,  como de un injerto. Ahora, compañeros,  compañeras, camaradas, si este elemento no  formara parte de un plan sistemático, de  creación de lo nuevo, como una red, esto sería  A y esto sería B, esto sería C, D, E, etc., y una  red que vaya como una gigantesca telaraña  cubriendo el territorio de lo nuevo, sino fuera  así, esto estaría condenado al fracaso; esto  sería absorbido por el sistema viejo, se lo  traga, es una gigantesca amiba, es un  monstruo el capitalismo.

Esto lo digo yo no para que nos sintamos  acogotados, amilanados; todo lo contrario, es  para coger más fuerzas ante la complejidad del  desafío. Recordemos la Unión Soviética, lo que  el viento se llevó: en la Unión Soviética nunca  hubo democracia, no hubo socialismo, eso  derivó y los líderes no se dieron cuenta o si  se dieron cuenta no pudieron, y el imperio  aquel golpeando, la culpa no es sólo de la  Unión Soviética, la culpa fue también de todas  las agresiones externas, sabotajes  económicos, guerras biológicas, bacteriológicas, bombardeos y explosiones en  la industria petrolera soviética y luego las  contradicciones, las divisiones, la cultura. Por eso el socialismo en el siglo XXI que aquí  resurgió como de entre los muertos es algo  novedoso; tiene que ser verdaderamente  nuevo, y una de las cosas esencialmente  nuevas en nuestro modelo es su carácter  democrático, una nueva hegemonía  democrática, y eso nos obliga a nosotros no a  imponer, sino a convencer, y de allí lo que  estábamos hablando, el tema mediático, el  tema comunicacional, el tema de los  argumentos, eltema de que estas cosas sean,  lo que estamos presentando hoy, por ejemplo,  que lo perciba el país todo; cómo lograrlo,  cómo hacerlo.

El cambio cultural. Todo esto tiene que ir  impactando en ese nivel cultural que es vital  para el proceso revolucionario, para la  construcción de la democracia socialista del  siglo XXI en Venezuela.

 AUTOCRÍTICA PARA RECTIFICAR

 Ahora, la autocrítica; en varias ocasiones he  insistido en esto, yo leo y leo, y esto está bien  bonito y bien hecho, no tengo duda, pero  dónde está la comuna. ¿Acaso la comuna es  sólo para el Ministerio de las Comunas? Yo voy  a tener que eliminar el Ministerio de las  Comunas, lo he pensado varias veces, ¿por  qué? Porque mucha gente cree que a ese  ministerio es al que le toca las comunas. Eso  es un gravísimo error que estamos cometiendo.  No lo cometamos más. Revisemos. Firmé un  decreto creando algo así como ente superior  de las comunas. ¿Dónde está? No ha  funcionado.

 Nicolás (3) te encomiendo esto como te  encomendaría mi vida: las comunas, el estado  social de derecho y de justicia. Hay una Ley de  Comunas, de economía comunal. Entonces,  ¿cómo vamos a estar nosotros haciendo...? Lo mismo pregunté en Ciudad Caribia: ¿Dónde  está la comuna, no la comuna, las comunas?  ¿Dónde vamos a crear las comunas, las  nuevas? Y allá en Ciudad Belén, seguimos  entregando las viviendas, pero las comunas no  se ven por ningún lado, ni el espíritu de la  comuna, que es mucho más importante en este  momento que la misma comuna: la cultura  comunal. ¿Me explico? ¿Será que yo seguiré  clamando en el desierto por cosas como  éstas? Todos aquí tenemos que ver con esto,  todos, desde mi persona, la Presidencia de la  República; aquí en torno a Miraflores debería  existir ya una comuna. Todos y todas tenemos  que ver con eso; es parte del alma de este  proyecto.  La autocrítica es para rectificar, no para  seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola  como al vacío. Es para actuar ya, señores  ministros, señoras ministras, las comunas,  _______ ____________



 (3) Nicolás Maduro, recién nombrado vicepresidente de  la República.

 manden a buscar la Ley de las Comunas,  léanla, estúdienla. Mucha gente —estoy seguro —, no digo que ustedes, por allá, más allá, ni la  han leído, porque creemos que no es con  nosotros. La Ley de la Economía Comunal,  mucha gente ni la ha leído, porque creemos,  que no, lo mío es otra cosa, eso no es  conmigo.

 Si tú preguntas, ¿cuáles son las que llaman  comunas en construcción? Estoy seguro de  que en la mayoría de esos grandes o medianos  o pequeños proyectos que estamos  adelantando, desde viviendas, ciudades  nuevas, polos de desarrollo científicos, polos  de desarrollo agrícolas, como allá en la Planicie  de Maracaibo, allá en el municipio Mara, hasta  por allá por el estado Sucre, donde está la gran  planta procesadora de sardinas que  inauguramos hace poco, una planta  grandísima, hasta las empresas del vidrio que  expropiamos, la Faja del Orinoco, no existen  las comunas. ¿Dónde las vamos a buscar, en  la Luna?¿O en Júpiter?

 Permítanme ser lo más duro que pueda, y que  deba, en esta nueva autocrítica sobre este  tema, compañeros y compañeras. Rafael  Ramírez, por ejemplo, ya debería tener allá en  la Faja del Orinoco unas 20 comunas, con  Pdvsa, pero Pdvsa cree que eso no es con  ellos. El problema es cultural, compañeros. Y  digo Pdvsa, con todo el reconocimiento a esa  gran industria.

 Las comunas, una vez incluso mandé a sacar  no sé cuántas copias, Carmen Meléndez,  quiero sacarle otra vez 30 copias, le voy a  regalar una copia, otra vez, a cada ministro y a  cada ministra de un librito rojo de los tiempos  de Mao Tse Tung sobre las comunas. Parece  que nadie lo leyó porque de regreso no recibí ni  siquiera una hojita de un comentario sobre el  libro.

 La autocrítica, independencia o nada, comuna  o nada, ¿o qué es lo que hacemos aquí? Ahí  tiene que estar la Misión Cultura, concentración  de fuego, como la artillería.

 Las micromisiones, el espíritu de las  micromisiones es la concentración de fuego.  Díganme ustedes cuántos ministros, ustedes,  mis queridos compañeros, se han ido a dormir  en un barrio tres días; dígame quién. No puedo  dar el ejemplo, cuánto quisiera yo hacerlo, pido  perdón, no puedo, pero ustedes sí pudieran  irse para allá, pa’l Caño Cuibarro a ver cómo  está el proyecto de los indios cuiba y quedarse  tres días allá, o sembrarse allí en Sarría, un  ministro, el viceministro, estar allí, transitar allí,  vivir allí unos días o ir, recoger, casa por casa,  que eso no sea sólo para la campaña electoral,  esquina por esquina. ¿Ustedes no vieron el  bombardeo de papeles que caen en el camión  donde yo ando? Ahora los tiran con piedras  para que lleguen, o con flecha, la otra vez  estaba una flecha con un papel en la punta:  Chávez ayúdame... que no sé qué. Bueno, la comuna, el poder popular, no es  desde Miraflores ni es desde la sede del  ministerio tal o cual desde los que vamos a  solucionar los problemas.

 No creamos que porque vamos a inaugurar la  fábrica de Cemento Cerro Azul o la fábrica  de fábricas en Guanare, o la fábrica de  computadoras, o la fábrica de satélites, o la  fábrica ésta y aquella ya estamos listos, no; o  porque nacionalizamos cementos...  Cuidado, si no nos damos cuenta de esto,  estamos liquidados y no sólo estamos  liquidados, seríamos nosotros los liquidadores  de este proyecto. Nos cabe una gran  responsabilidad ante la historia a los que aquí  estamos. Véanse las caras, véanse los ojos en  el espejo cada vez que vayan al baño o a  donde haya un espejo. Yo de primero.  El socialismo no se decreta

 Las fábricas construidas con fines  capitalistas llevan las marcas indelebles de su  “sistema operativo”, la división social jerárquica  del trabajo en conjunción con la cual fueron  construidas. Un sistema productivo que quiere  activar la participación plena de los productores  asociados, los trabajadores, requiere de una  multiplicidad de procesadores “paralelos”,  coordinados de la manera adecuada, así como  de un correspondiente sistema operativo que  sea radicalmente diferente a la alternativa  operada de manera central, trátese de la  economía dirigida capitalista o de sus bien  conocidas variedades poscapitalistas  presentadas engañosamente como  “planificación”.

 ¿Cuántas horas le dedicamos al estudio  nosotros cada día, a la lectura, a la reflexión?  Es necesario que le dediquemos, yo diría que  varias horas al día, por encima de todos  nuestros compromisos, porque estamos  hablando de los elementos vitales de este  proyecto. A veces creemos que todo debe  controlarse desde Caracas, no. Se trata de  crear, como dice Mészáros, un conjunto de  sistemas paralelos coordinados y de ahí la  regionalización, los distritos motores. Pero no  hemos creado ni uno todavía y tenemos la ley,  decretamos uno, pero lo decretamos y ya, y  dentro de los distritos motores las comunas. A veces podemos caer en la ilusión de que por  llamar, yo soy enemigo de que le pongamos a  todo “socialista”, estadio socialista, avenida  socialista, ¡qué avenida socialista, chico!; ya  eso es sospechoso. Por allá alguien le quería  poner a una avenida “socialista”, panadería  socialista, Miraflores socialista. Eso es  sospechoso, porque uno puede pensar que con  eso, el que lo hace cree que ya, listo, ya  cumplí, ya le puse socialista, listo; le cambié el  nombre, ya está listo.

 Eso es como el chiste del chigüire y los indios.  Llegó un cura español, eso hace muchos años,  en semana santa, recorriendo por allá los  campos indios de los llanos y entonces llega a  un pueblo indígena y están los indios allí,  bailando y tal, ellos tienen sus formas de  festejar, sus dioses, sus códigos, su  gastronomía; entonces el cura les dice:

 “Ustedes no pueden estar comiendo cochino  en semana santa. El jueves santo tienen que  comer pescado o chigüire”. Porque había un  cochino gordo ahí y él intuyó que lo  estaban esperando y entonces [les pregunta]:  ¿entendieron? “Sí, entendimos”. “No pueden  comer cochino ni carne de ganado”; entonces,  el cura antes de irse los lleva al río a  bautizarlos y les pregunta: “¿Usted cómo se  llama?”. El nombre indio, Caribay. “No, no, qué  Caribay, usted se llama Juana. Nombres  cristianos hay que ponerle a la gente”. Y  ¿usted cómo se llama? Otro nombre indio,  Guaicaipuro. No, qué Guaicaipuro ni qué nada,  usted se llama Nicolás. Se fue y regresó el  jueves santo y vio que estaban los indios  bailando y asando el cochino: “¿Cómo es  posible que ustedes se van a comer ese  cochino? Yo les dije que no podían comer  cochino”. Entonces, le dice el cacique: “No,  nosotros solucionamos el problema. Bueno,  ese cochino lo bautizamos y le pusimos  chigüire”.

 Le cambiaron el nombre, lo llevaron al río y lo  metieron en el agua, “cochino, tú te llamas  chigüire”, y se comieron el cochino. Así estamos nosotros con el socialismo: “Tú te  llamas socialismo, chico”, pero sigues siendo  en el fondo cochino. Yo hago estos  comentarios, producto de reflexiones, algunos  estudios y comparando con la realidad.

 DEBEMOS INJERTAR LA PROPIEDAD  SOCIAL, EL ESPÍRITU SOCIALISTA

 Vean esta vista. Esta es la planta Mene  Grande. Aquí cabe otra planta. Habrá que ver,  por ejemplo, qué produce esta tierra aquí al  lado, Satélite Miranda, esto pareciera ocioso,  esto pareciera monte y culebra. Cada planta  que nosotros instalemos debería tener el  mismo día de la inauguración producción  propia, de guayaba, por ejemplo, en este caso;  ¿me explico? La planta ya debería tener  terrenos que están improductivos y,  seguramente, son terrenos nacionales, mil  hectáreas de propiedad social que conviva con  la pequeña propiedad.

 Tenemos que asociarnos con los pequeños  productores, pero tenemos que injertar la  propiedad social, el espíritu socialista, a lo  largo de toda la cadena, desde el trabajo de la  tierra, donde se produce el mango, la guayaba,  la fresa, hasta el sistema de distribución y  consumo de los productores que de ahí salen. Todo eso hemos hecho en aras de la  transición, pero no debemos perder de vista,  compañeros y compañeras, la parte  medular de este proyecto: no debemos seguir  inaugurando fábricas que sean como una isla,  rodeadas del mar del capitalismo, porque se lo  traga el mar.

 Lo mismo pasa con las viviendas. ¿Dónde  están las zonas productivas de Ciudad Caribia?  Ya hemos entregado bastantes viviendas ahí,  pero la zona industrial no la veo. Y recuerdo  haberlo dicho hace años, cuando empezamos  ahí, y fuimos, y caminamos: allá está El  Junquito, allá está el mar, Dios mío, aquí es  bien bueno el frío de la noche para el turismo,  hacer unas posadas, que ya deberían estar  hechas.

 Decía Simón Bolívar: “No nos va a llegar lo que  queremos por prodigios divinos”. Ya debería  haber ahí un sistema de posadas, restaurantes  con vista al mar. Hay una montaña mágica que  yo la llamo la muralla, es el Camino de los  Indios. ¿Cómo es que dijo Cipriano Castro?:  “La huella insolente del extranjero, la huella  insolente del español invasor, ¡jamás pudo  pasar por esa trocha!”, por ese camino.

 Creo que hasta restos humanos se  consiguieron por ahí, o fueron restos de  artesanía indígena, por eso se llama el Camino  de los Indios, y el otro: el Camino de los  Españoles, pero este era el camino de  Guaicaipuro, por ahí no pasaba español  alguno, o más bien, por respeto a la España de  hoy, debemos decir, imperialista alguno, por  ahí no pasó imperialista alguno.

 Eran los caminos de Guaicaipuro, el camino del  cielo, son siete escalones que se ven clarito  desde el aire. Entonces, recuerdo que  hablamos, mira esto está bien bueno para la  siembra de cítricos, ahí se dan los cítricos, las  flores y hasta una terraza dije que hicieran para  la zona industrial. ¿Dónde está la zona  industrial? ¿Tú viste la terraza? ¿Dónde están  las industrias? No hay. Eso es en Ciudad  Caribia. Seré feliz el día que lo vea. Desde el primer día que empezamos a  entregar viviendas ahí ha debido comenzar,  incluso una vez yo dije ¿por qué tenemos que  esperar a que estén las viviendas, que es un  proceso más largo? Estamos haciendo el  distribuidor, la vialidad, eso es un esfuerzo  ciclópeo, eso de Ciudad Caribia, pero por qué  esperar a que termine todo eso, antes de  empezar a sembrar los arbolitos, los viveros  para los cítricos, para las flores, agricultura  urbana, tubérculos

 Por ahí cerca está Carayaca, una vez  caminamos y llegamos a Carayaca, por ahí  uno le llega a la Escuela Naval, por detrás, por  la parte del patio, pero que yo sepa, no hay ni  una hectárea todavía, ¿verdad? Una vez que no andaba muy apurado me metí  por ahí, por la autopista Caracas-La Guaira,  entradas, caminos a ambos lados. Métanse por  ahí para que vean.

 Yo me metí y conseguí siembras de tomate, y  un hombre manejando una motobomba, le dije:  ¿De dónde sacas tú el agua? “De allá abajo de  la quebrada, a mano derecha viniendo, una  entradita ahí”, y vi siembras de mangos de  esos grandotes, injerto, y cría de pollos en un  pedacito de tierra, pimentones, etc. Le  pregunto al hombre: ¿Y quién es el dueño de  esto? “El señor tal”; ¿y cuánto te paga?  “Bueno, a veces sí, a veces no”. Explotado,  ven, son pequeñas granjas

 Inauguramos hace poco la carretera Mamera- El Junquito. Díganme si han visto la primera  granja ahí, colectiva. Recuerdo que hace como  tres años fui por ahí, y la primera imagen que  tuve, qué potencial tan grande, qué territorios  tan bonitos, qué colinas tan hermosas, qué  clima tan hermoso. Terminamos la carretera y  no hay una sola unidad productiva que  hayamos creado nosotros.

 Creemos que la carretera es el objetivo, ¿será  el ferrocarril el objetivo?, ¿será la carretera el  objetivo? ¿O cambiar toda la relación  geográfica – human socioterritorial y cultural de  sus inmediaciones a lo largo de un eje? Este  último sí es, pero a veces no lo queremos  entender, a veces no, casi nunca lo  entendemos...

 EL OBJETIVO ES EL PUEBLO

 Tú te acuerdas, Jacqueline, (4) hace como cien  años, tú eras presidenta de Hidrocapital y yo, viendo televisión, vi que estás en la Cota 905  lanzando una tubería de agua, te llamé, no te  conocía casi, y te digo, doctora, ingeniera  Jacqueline, ¿cuál es el proyecto de  acompañamiento del eje del tubo?, ¿es sólo el  tubo?, y ese poco de ranchos que están ahí,  ¿nadie los ve?, ¿es el objetivo el tubo?, ¿es el  objetivo el oleoducto? ¿o es un instrumento?,  ¿es el objetivo la carretera?, insisto. Una vez veníamos con Carrizales, recuerdo, él  era ministro de Transporte e Infraestructura,  veníamos de Elorza rumbo a Mantecal en unos  helicópteros y yo veo que están trabajando las  carreteras. Le dije, vamos a aterrizar ahí, entre  Mantecal y Elorza. Le pregunto a los  trabajadores: ¿dónde viven ustedes? Mantecal,  Elorza ¿Cuántos tienen casa propia? Casi  ninguno. ¿Qué tipo de vivienda ocupan? Un  rancho, arrimao. Recuerdo que le dije a  Carrizales: oye, qué bueno hubiera sido, o  sería, ponme el dibujito aquí otra vez, voy  hacer otro dibujito. Fíjate, aquí está Elorza,  Mantecal y la carretera, kilómetros, miles y  miles de hectáreas cruza esa carretera y  resulta que los mismos trabajadores que  laboran en la carretera no tenían vivienda... Preguntaba yo a unos ingenieros que estaban  ahí: ¿en una hectárea caben cuántas casas?  Ponle 10 hectáreas, 800 viviendas, de esas  sencillas, que no son edificios ni nada, y  entonces, aprovechando el impulso, como se  dice, de la maquinaria que va por la carretera,  millones de bolívares, técnicos, ingenieros, los  mismos trabajadores que no tienen vivienda  hubieran hecho aquí una urbanización para los  trabajadores que laboraron en la carretera. No es lo mismo esto que terminamos la  carretera, cesaron en su trabajo, y qué  esperarán esos trabajadores. La mayoría, que  se vuelva a dañar la carretera para volver a  trabajar sobre la misma carretera y así les pasa  la vida, rodeados de tierra por todas partes, y  terminan la vida sin vivienda y dejando a sus  hijos sin vivienda. Y no sólo vivienda. Yo  agarraría este pueblito aquí de diez hectáreas y  a lo mejor aquí al lado cien hectáreas más,  ganadería, agricultura. Ustedes saben, la  carretera vista desde el punto de vista del  capitalismo, ¿a quién beneficia más la  carretera? Al latifundista que ahora va a sacar  más ganado y va a bajar los costos.

 El pata en el suelo a lo mejor se beneficiará,  porque quizás, si tiene bicicleta, una bicha  vieja, va a poder andar en bicicleta por la  carretera en pedacitos para ir al otro pueblo, o  a caminar por la carretera, ese es el beneficio  que le trae al pata en el suelo, al explotado; en  cambio, al que tiene un hato, una hacienda y  unos camiones, le beneficia un millón de veces  más que al pata en el suelo.

 Entonces, con la carretera, desde el punto de  vista tradicional, lo que estamos haciendo es  ampliar la brecha y no nos damos cuenta  muchas veces cuál debe ser entonces la  fórmula.

 Lo que estoy dando es una orden con las  reflexiones, para que ustedes ajusten las cosas  con los que trabajan y trabajen de verdad en  equipo y se comuniquen y trabajemos en equipo y le demos el máximo valor agregado a  todo, por más pequeño que sea un proyectico  por allá, en un pueblito de Mérida. No, que esta  es una cría de truchas, ¿y más allá qué hay?  Por más pequeño que sea, tenemos que darle  este carácter.

 Creo que en estos años hemos acumulado  experiencia, hemos creado entes que no  existían. Creo que hemos venido acumulando  recursos, inyectando recursos y seguiremos  haciéndolo. Creo que tenemos unos nuevos  códigos; creo que tenemos una nueva  arquitectura legal, jurídica, empezando por la  Constitución; tenemos leyes de consejos  comunales, leyes de comunas, economía  comunal, las leyes de los distritos motores de  desarrollo; pero no le hacemos caso a ninguna  de esas leyes; nosotros, que somos los  primeros responsables de su cumplimiento.  Yo espero ver respuestas a estas reflexiones y  a esta autocrítica pública que estoy haciendo.

 MAYOR EFICIENCIA PARA  MEJORES RESULTADOS

 Y usted, mi querido amigo, ministro, ministra,  que no quiera, que le guste trabajar solo o sola,  usted me dice, yo tengo el poder de hacer lo  que manda la ley, y en eso no tengo  contemplación. No debo tenerla absolutamente  con nadie, porque también hay a veces, celos;  yo me he topado con ministros que se ponen  celosos, o viceministros.

 Ustedes están obligados a informármelo, no a  quedarse callados. Si algunos de ustedes ve  que se ha venido conformando en algún ente,  en algún ministerio, esos cotos cerrados,  díganmelo que yo tengo el poder que me da la Constitución, que ninguno de ustedes  tiene, yo les mando un misil, ustedes no  pueden hacerlo, yo sí, y lo hago con gusto;  créanme que lo hago con gusto.

 Triste es que nos quedemos callados, para que  no me llamen piedrero. Aquí no estamos de  niños de segundo grado ni de la escuelita  primaria, éste es el gobierno revolucionario de  Venezuela, ratificado por un pueblo hace dos  semanas, pero también muy criticado por un  pueblo y con razones, y éstas son algunas de  las razones: falta de eficiencia.

 No basta estas cuatro horas aquí, un sábado.  Eso tiene que ser un plan sistemático,  permanente, continuo, etc.

 Y no sólo el canal 8, no, todos los canales. Yo  veo muy de cuando en cuando Tves, hay  buenos documentales, y Vive; pero me da la  impresión de que cada uno anda por su lado.  No tenemos en verdad, aunque hablamos de  ello, un Sistema Nacional de Medios Públicos,  no lo tenemos.

 Ernesto,(5) conviértete tú en el líder de ese  sistema. Créalo, vamos a crearlo, que incluya,  como sistema al fin, su interconexión con otros  sistemas, o subsistemas, medios comunitarios,  medios populares de comunicación, el caso de  la corneta con el caballo que yo pongo, las  televisoras regionales, los periódicos  regionales, internacionales, Telesur; cada uno  anda por su lado. Esa es la verdad. Estoy seguro que es así, no hay un Sistema  Nacional de Medios Públicos, no lo tenemos.  Vamos a crearlo; tenemos los instrumentos. Lo  que nos falta es más voluntad y, a lo mejor,  seguramente, más capacidad. Atrevámonos,  hagámoslo. Es necesario.



 ___________________ (5). Ernesto Villegas, nombrado ministro del Poder  Popular para la Comunicación y la Información, según  Gaceta Oficial No. 40.028, del 15/10/2012.



 Por ahí en alguna parte leí, lo he comentado  también, pero como ya son varios consejos de  ministros, varias etapas, a lo mejor alguno de  ustedes no me ha oído decir esto, a lo mejor lo  saben ustedes mejor que yo: un equipo que no  se comunique o un equipo que se comunique  en un nivel muy bajo, no va a dar más. Necesitamos un nivel de interacción, de  comunicación, de coordinación, de cruzamiento  o cruce de planes, de diagnósticos, de  problemas, de acción conjunta. Es como una  guerra: ¿qué va a hacer la Infantería sola sin  nosotros los tanques? ¿Y qué hacemos los  blindados sin la Infantería o la Marina sin el  Ejército? ¿Qué hace el macho solo o la hembra  sola o la noche sola o el día solo, o la raíz sola  o las ramas solas? No somos nada, sin  integración en la visión, en el trabajo, en todo  esto, difícilmente lo lograríamos.

 Por eso les pido, a Nicolás ahora que llegó a  asumir la Vicepresidencia y a los ministros y  ministras que están llegando y a los que se  quedan, un esfuerzo más grandecito, un  poquito más grande, en este sentido. Voy a  poner también de mi parte, mayor  relacionamiento en todos los órdenes.

 REFORZAMIENTO DEL SISTEMA  NACIONAL DE MEDIOS PÚBLICOS

 Otra crítica, y espero que nadie se sienta mal,  no voy a nombrar a nadie, pero en estos días  he estado viendo, como siempre, televisión.  Veo algunos programas de nuestro canal, el  canal de todos los venezolanos y seguimos  aferrados a aquello que ya pasó, incluso  dándole vocería a quienes casi no tienen nada  que decirle al país, poniendo videos, que esta  persona dijo tal cosa. ¿Será eso lo más  importante en este momento? ¿Y la gestión de  gobierno? ¿Por qué no hacer programas con  los trabajadores? Donde salga la autocrítica, no  le tengamos miedo a la crítica, ni a la  autocrítica. Eso nos alimenta, nos hace falta.  Me imagino, por ejemplo, a mi querida Vanessa  en la fábrica Copelia, hablando con más  tiempo, con unos expertos, dedicándole una  hora. Me imagino a mi querido Mario allá en la  planta Cerro Azul, que sea a las 11 de la  noche, qué importa, no importa, entrevistando  trabajadores, oyendo, caminando por la planta,  viendo el cemento, mostrándolo