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Cuba's Economic Rubicon

Ricardo Ronquillo BelloRicardo Ronquillo Bello • ronquillo@juventudrebelde.cu
16 February 2013 19:39:52 CDT


A CubaNews translation by Sean Joseph Casey.
Edited by Walter Lippmann.

Like a warring Julius Caesar in the midst of interminable struggles to conquer, the Cuban economy seems set to face yet another Rubicon. According to what has been announced by senior figures responsible for its modernization, 2013 should mark the start of the most intense phase yet of the ongoing radical transformation of the economy.

As difficult as it may be to perceive the force of the tremor that is shaking the country, while some cannot clearly see the way ahead or even though the transformations have not as yet delivered the benefits anticipated, what is happening is a virtual volcano which having erupted will, amongst other things, create a new economic landscape.

A significant number of prestigious analysts confirm that the magnitude of these measures surpass what is traditionally understood by modernization, the term used to describe the transformations which are not concessions to capitalism but are, as outlined in the Guidelines for the Economic and Social Policy of the Party and the Revolution, approved by the 6th Congress of the Cuban Communist Party.

What is clear is that nothing will remain untouched by the process underway. The changes and proposals span such definitive and sensitive themes as the role of the state and how it deals with property, to how to best direct subsidies, to mention just two of the changes and proposals on this vast and unfathomable scale.

Within the scope of these adjustments are structural, functional, institutional, judicial and even political elements and their consequential economic and social ramifications, which come into play with a particular emphasis placed on shoring up the process of institutionalization.

The introduction last January 14 of the new Migratory Law is sufficient to illustrate the coming into effect of changes which, beyond the implications for a person’s individual rights, accentuate the foundations for the normalization of the relationships between a nation and its emigre population. In the political sphere is the decision that important public offices cannot be held beyond two consecutive 5 year terms and the division of responsibilities between local assemblies and provincial governments.

One of the least disseminated, but nonetheless most significant conceptual and practical turnarounds relates to the extent that the state has come to be accepted as proprietor in the name of the nation and the people and the diversity of models of potential property managers.

A clear example of this nature is the facilitation of self-employed workers and small personal and family propriety, the experimental openings in more than 200 cooperatives in sectors other than agriculture which should have commenced at the beginning of this year, the granting of idle lands for exploitation, the leasing of state service outlets and preparations to transform, during this present year, state socialist enterprises which are described as being at the very heart of the economy and the reforms.

The shift is so substantial that it is envisaged that up to a possible 50% of GNP might come from non-state sectors.

The modernizations have modified the national property and agrarian maps leaving state hegemony in their wakes by way of the granting of idle lands, the agricultural production cooperatives and cooperative Basic Units of Production, all of which are beneficiaries of the 17 measures designed to liberate them from state-sector tutelage and to even the playing-field for producers.

Cuba will overcome the obstacles of being a vertical economy and a society in order to become more horizontal, simplified systems for property transactions are to be opened in order to more easily define the difference between state and social ownership in favour of the social; all of which should contribute to the drawing of entrenched experiences of socialism relevant to the alienation of workers from the production processes.

It is certain that with the aforementioned and some other unmentioned transformations, the economy is registering growth even if not yet at the rate required.

The absence of credit and financial facilities arising from internal mismanagement and the economic blockade, low rates of investment and the failure to meet targets in this sector for more than 20 years in addition to technological obsolesce and other issues indicate it will be difficult to emerge from a crisis compounded by world-wide difficulties.

All of the above, as analyst’s indicate that a growth rate in excess of 7% when we are presently only at about 3% will be essential.

This why it will be so challenging to pass over the frontier of 2013 and to wait on the opposite shore of this, yet another Rubicon.
   
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El Rubicón económico cubano


Ricardo Ronquillo Bello
Ricardo Ronquillo Bello ronquillo@juventudrebelde.cu
16 de Febrero del 2013 19:39:52 CDT

Como el guerrero Julio César en medio de su porfía conquistadora, la economía cubana parece estar frente a otro Rubicón. El 2013, según han anunciado los altos responsables de la actualización, debe marcar el inicio de la etapa más profunda de la radical transformación económica en marcha.

Pese a que no siempre se pueda percibir la fuerza del magma que está sacudiendo al país, algunos no vean con claridad los caminos abiertos, o las transformaciones no ofrezcan hasta hoy todos los beneficios esperados, lo que está ocurriendo es un verdadero volcán, que terminará por dejar una nueva geografía en la economía y en otros importantes aspectos.

No pocos analistas prestigiosos afirman que la magnitud de estas medidas trasciende el significado que tradicionalmente se le ha asignado a la palabra actualización, con la que se definieron las transformaciones aprobadas en el VI Congreso del Partido —sin concesiones hacia el capitalismo—, recogidas claramente en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Lo que sí es evidente es que nada parece estar a salvo del enorme proceso en marcha. Las interrogantes y los cambios van desde un tema tan definitorio y sensible como el papel del Estado y las formas en que se gestiona la propiedad, hasta cómo y a quién dirigir los subsidios, para mencionar solo dos extremos del vasto e inabarcable abanico de definiciones y cambios.

En el tablero de las transformaciones están en juego aspectos estructurales, funcionales, institucionales, jurisdiccionales y hasta políticos con derivaciones en lo económico y lo social, con un énfasis especial en la importancia de solidificar el proceso de institucionalización.

Basta para graficarlo la entrada en vigor, el pasado 14 de enero, de la nueva Ley Migratoria, que además de las implicaciones que se le derivan en el ámbito del derecho individual de las personas, acentúa las bases para la normalización de las relaciones entre la nación y su emigración. En el terreno político está la decisión de que las más importantes responsabilidades públicas solo puedan ser ostentadas por dos períodos no mayores de cinco años y la separación de las funciones entre quienes dirigen las asambleas populares y los gobiernos provinciales.

Uno de los vuelcos conceptuales y prácticos menos difundidos, aunque de los más significativos, es precisamente que se haya aceptado que una cosa es el Estado como propietario en nombre de la nación y del pueblo, y otra los diversos modelos en que puede gestionarse la propiedad.

Una aclaración de esa naturaleza es la que permitió avanzar hacia la ampliación del trabajo por cuenta propia o la pequeña propiedad personal o familiar, la apertura experimental de más de 200 cooperativas en el sector no agropecuario que debió comenzar a inicios de este año, la entrega de tierras ociosas en usufructo, el arrendamiento de locales estatales de servicios, y el ensayo para transformar raigalmente la empresa estatal socialista que también comienza en el año en curso, categorizada como el corazón de la economía y de la actualización.

El vuelco es tan sustancial, que se maneja que el trabajo no estatal pudiera llegar a aportar cerca de la mitad del producto interno bruto del país.

La actualización ha modificado el mapa de la propiedad y la gestión agraria nacional, dejando atrás la hegemonía estatal, a partir de la entrega de tierras en usufructo, las cooperativas de producción agropecuaria y las unidades básicas de producción cooperativa, beneficiadas con 17 medidas para liberarlas del tutelaje de la empresa estatal y ponerlas en igualdad de condiciones para producir.

Cuba salta la barrera de una economía y una sociedad fuertemente verticalizadas hacia otra más horizontal, se abre a formas más socializadas de gestión de la propiedad, y define en mayor medida las diferencias entre la propiedad estatal y la social, en beneficio de la segunda; todo lo cual debería contribuir a zanjar el arrastre de las experiencias socialistas con respecto a la enajenación de los trabajadores de los procesos productivos.

Lo cierto es que con las mencionadas transformaciones, y otras que no se mencionan en este trabajo, la economía del país apunta crecimientos, aunque sin lograr el despegue requerido.

La falta de créditos y financiamientos a consecuencia de errores internos y del bloqueo económico, las bajas tasas de inversión, y los incumplimientos de los planes en ese campo por más de 20 años, además de la obsolescencia tecnológica, entre otros problemas, están indicando un difícil remonte de la crisis, agravada por la que sacude al mundo. Todo ello cuando analistas apuntan que para superar con mayor rapidez la situación actual se requieren ritmos de crecimiento del PIB superiores al siete por ciento, y hoy están en alrededor del tres.

Por ello es tan desafiante el paso de la frontera de este 2013, y lo que espera en la orilla de este otro Rubicón.