Periódico 7 Días (Santo Domingo) February 2, 2013

Senator Bob and the “visitadoras”*
by Alfredo Prieto

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.


Sex is attached to politics like moss to ivy. Last year, within the context of the Cartagena Summit, the greatest scandal in the history of the US Secret Service took place as twelve of its agents were out of the game due to “conduct unbecoming”. This is a category that describes a history of night-partying, Jack Daniels excesses, whore-riding in a local hotel and unfulfilled payment promises.

Later, in November, a case of marrital infidelity cost CIA boss, retired general David Petraeus, his job. He had been engaged in collateral practices with his biographer, Paula Broadwell, a Harvard Kennedy School graduate with wide international experience as an intelligence officer – a detail not too publicized in the midst of a pretty murky story. They say that in politics the truth is what you don’t see.


Vertical smiles and “visitadoras” have now a written a new chapter for Senator Bob Menéndez and Dominican[-born] ophthalmologist Salomón Melgen against whom the FBI orchestrated an operation in his clinic in West Palm Beach, where he owns a 3 million dollar house, in search of income tax fraud and evidence of sex adventures. The doctor’s practice includes not only his patient’s eyes, but also the noble task of contributing with his humble donations to the campaigns of politicians from both parties –even when he has obvious preferences for the Democrats.

Among these is the Senator for New Jersey with whom he has shared moments of his free time and travelled in his private plane to his mansion in Casa de Campo, southeast of Quisqueya, to enjoy the Tropics and have paid sex with underage prostitutes. This information, published in November 2012 by The Daily Caller and sent to Carrie Levine, Research Director for the Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (CREW), strongly smells of the promiscuous fetish orgies of two guys bordering the third age.


The news, as most, has its own story and intricacies, among them the fact that the FBI sent one of its special hounds to Miami to track down/interview in the city one of the Dominican sexual workers implied at the time. He showed her a photo of Bob Menéndez and, upon his insistence that she should look at the photo again, the girl -now 19- answered, “I don’t need to look at it again. I’m absolutely sure that this is Bob Menéndez, the friend of Salomón Melgen, with whom I had sex several times and whose face I cannot forget. He was introduced as Bob, but I knew he was US Senator Bob Menéndez”.


In the end there’s very little new under the sun. Bobbie would do what many Americans do when descending to Third World “sex paradises”, a behavior by definition typical of a colonizing, male chauvinistic and sexist imagination. Actions like this are also performed by ordinary tourists everywhere in spite of the Protect Act, a 2003 law that defines as a Federal crime, having sexual relations with minors under 18 even outside US territory, regardless of whether prostitution is legal or not in the visited countries or the age accepted there for consensual sex.

And they also make the same mistakes they made, like not paying for the service. A Secret Service agent wanted to pay for the other service an insulting 30 dollars instead of the agreed 800, according to Dania Londoño Suárez, the 24 year-old Colombian prostitute who lent her very slim body to the pages of The New York Times and US television. The Anglo press grapevine says Bob had promised the Dominican girls 500 dollars and only paid 100 each and sent them back home.  


However, over the head of the illustrious Menéndez hangs as a Damocles’ sword an additional issue as a US Senator. And this is the specific ethical regulation of Congress that forbids its members to be involved in illegal activities and behaviors that can make them targets for blackmail.

If proven, the fact that they were involved disqualifies them from occupying their office. Therefore Bob and his team of close associates will do whatever it takes and more in damage control, so he can peacefully enjoy his new status as Chair of the Senate Foreign Affairs Committee, formalized on January 29th to replace John Kerry.

If the allegations are true, there should be at least two actions in the making: first, reducing the legitimacy of the information offered by The Daily Caller by conferring them political motivations; second, affirming that he [Menendez] paid for the trips in Melgen’s CL-60 from his personal account. And we must not rule out a third: having the “visitadoras” disappear from the scene in exchange for a generous cash donation.  

This is another national scandal. The media, investigative reporting and leaks have (one more time) the floor.



*(Translator’s Note) Euphemism for prostitutes. Probable allusion to the term used by Peruvian writer Mario Vargas Llosa in his novel Pantaleón y las Visitadoras.

 

   
    02/03/13 - Cuba-L Analysis (Albuquerque) -

Bob y las visitadoras
Alfredo Prieto

El sexo está imbricado en la política como el musguito en la hiedra. El año pasado, en el contexto de la Cumbre de Cartagena, se produjo el escándalo más sonado en la historia del Servicio Secreto de los Estados Unidos cuando doce de sus agentes fueron sacados del juego por "conducta impropia", una categoría que designa una historia de francachelas nocturnas, excesos de Jack Daniels, encabalgamientos con prostitutas en un hotel local y hasta retribuciones monetarias prometidas y no pagadas. Después, en noviembre, un caso de infidelidad matrimonial le costó la jefatura de la CIA al general retirado David Petraeus, metido en ejercicios colaterales con su biógrafa Paula Broadwell, una graduada de la Kennedy School de Harvard y de amplia experiencia internacional como oficial de inteligencia, un dato poco socializado en medio de una historia bastante turbia. Dicen que en política lo real es lo que no se ve.

Sonrisas verticales y visitadoras tienen ahora un nuevo capítulo con el senador Bob Menéndez y el oftalmólogo dominicano Salomón Melgen, a quien el FBI le acaba de montar un operativo en su consultorio de West Palm Beach, donde tiene una casa valorada en 3 millones de dólares, en búsqueda de fraudes impositivos al Tío Sam y restos de humedad. El doctor no solo se dedica a lidiar con ojos ajenos, sino también a la noble labor de contribuir con su modestísimo óbolo a las campañas de políticos de ambos partidos -aunque evidentemente tenga sus propias preferencias demócratas. Entre estas se encuentra la del senador por New Jersey, con quien además ha compartido momentos de su tiempo libre, tales como emprender varios viajes en su avión privado a su mansión en Casa de Campo, en el sureste quisqueyano, para disfrutar por un rato del Trópico y tener sexo rentado con prostitutas menores de edad, una información dada a conocer en noviembre de 2012 por The Daily Caller, hecha llegar a Carrie Levine, director de investigaciones del Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (CREW) y que huele fuertemente a festines fetichistas y promiscuos de dos tíos a las puertas de la tercera edad.

La noticia tiene, como todas, su propia historia y sus madejas, entre ellas que el FBI envió a uno de sus sabuesos especiales a Miami para rastrear/entrevistar a una de las trabajadoras sexuales dominicanas implicadas, por entonces en la ciudad. Este le mostró una foto de Bob Menéndez y ante la insistencia de que la volviera a ver, la muchacha, ya de 19 años, respondió: "No necesito mirarla otra vez. Estoy completamente segura de que este es Bob Menéndez, el amigo de Salomón Melgen con quien tuve sexo en distintas ocasiones, y no puedo olvidar su cara. Me lo presentaron como Bob, pero yo sabía que era el senador de los Estados Unidos Bob Menéndez".

Al final, no hay casi nada nuevo bajo el sol. Bobbie habría hecho lo que muchos norteamericanos al descender a los "paraísos sexuales" del Tercer Mundo, un constructo típico de un imaginario por definición colonizador, machista y sexista. Hechos como este los protagonizan también turistas ordinarios en todas partes a pesar de la Protect Act, una legislación del año 2003 que define como un crimen federal tener relaciones sexuales con menores de 18 años incluso fuera del territorio norteamericano, con independencia de que la prostitución sea legal o no en los países que visitan o de la edad en estos aceptada para el sexo consentido. Y también ha cometido los mismos errores que ellos, como ese de tomar chocolate y no pagar lo que se debe. Un agente del Servicio Secreto quiso abonar por el otro servicio unos insultantes 30 dólares en vez de los 800 pactados, según Dania Londoño Suárez, la prostituta colombiana de 24 años que puso a lucir su esbeltísima figura en las páginas del New York Times y en la televisión norteamericana. Dicen las malas lenguas de la prensa anglo que Bob les prometió a las dominicanas 500 dólares, pero solo les pagó 100 a cada una y las mandó de regreso a sus casas.

Sin embargo, sobre la cabeza del inefable Menéndez pende, cual espada de Damocles, una peculiaridad adicional como senador de los Estados Unidos. Y es la acción de regulaciones éticas específicas del Congreso prohibiendo a sus miembros involucrarse en actividades y conductas ilegales debido a la posibilidad de chantaje. De demostrarse, incurrir en ellas los inhabilita de cuajo para el desempeño de sus cargos. De ahí que Bob y su equipo de estrategas y colaboradores cercanos harán lo inimaginable, y más, por manejar el "control de daños" de manera que pueda disfrutar plácidamente de su nuevo estatus de Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, formalizado el 29 de enero último en sustitución de John Kerry. De ser ciertas esas alegaciones, ya habrían llevado a cabo, al menos, dos maniobras: la primera restar legitimidad a la información brindada por The Daily Caller al atribuirle motivaciones políticas; la segunda, afirmar que pagó por los viajes en el CL-60 de Melgen con fondos de su cuenta personal. Y no es descartable una tercera: desaparecer a las visitadoras de la escena a cambio de una generosa donación en metálico.

Ya es otro escándalo nacional. Los medios de difusión, el periodismo investigativo y las filtraciones tienen (también de nuevo) la palabra.

Periódico 7 Días (Santo Domingo) 2 de febrero de 2013