A DIFFERENT CUBAN TOURIST PARADISE
By Manuel E. Yepe

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.

By a tiny margin, Cuba in 2012 failed to achieve the goal of receiving 2, 900,000 visitors, but its Minister for Tourism said that in 2013 the country would be hosting three million foreigners.

When the neocolonial Cuban republic was born in 1902, following the U.S. military occupation, two opposing trends in the U.S. determined the incipient development of tourism to the Island: one that wanted a decent neighbor and another that wanted Cuba to serve as a place for pleasure offering everything that was forbidden in the United States under a campaign against vice, violence and corruption that lasted until 1932.

The combined effects of the Great Depression of the 30’s, the end of "prohibition" in the United States, and World War II hindered the growth of the Cuban tourist industry.

During World War II, tourism in Cuba was limited to the sons of wealthy families who served their military duties in the quiet military bases in Cuba, far from the battlefields.

After the war, the criminal organizations of the United States, which had used Cuba as a springboard to supply the black market in liquor in the U.S. during "prohibition" controlled the gambling and tourist industries in Cuba.

During the 50s, 1.7 million Americans visited Havana where there were no restrictions on alcohol consumption, gambling and other amusements that were not legal or socially accepted at home.

In the last months of 1958, American tourism in Cuba decreased almost completely because of the existing war-like situation: guerrillas in the countryside and shootouts between police and underground forces in the cities.

After the victory of the popular uprising of January 1st, 1959, the Revolutionary government ordered full compliance with the laws that had been broken by the prevailing corruption. Places associated with prostitution, drug trafficking and gambling were closed which ended Cuba's image as a paradise of pleasure.

American tourism in Cuba declined for this reason and then disappeared altogether when, in January 1961, the State Department stated that tourism to Cuba was contrary to U.S. national interests and foreign policy. The "travel ban", still in effect, prohibited travelling to Cuba for all U.S. citizens.

Cuban families applauded the disappearance of foreign tourism and considered this an achievement of the Revolution.

Cuban hotels, clubs and resorts were available for domestic tourism, but these facilities could not receive the essential investment resources necessary for their maintenance and development mainly because of the situation resulting from the economic blockade decreed by Washington.

Few foreign tourists arrived in Cuba in last century’s 60's, 70's and 80's; only sympathizers of the Revolution on solidarity visits and a small but growing number of Eastern European travelers. It was not until 1989 that the number of tourists matched the figures previous
to 1959.

In 1991, following the collapse of the USSR, Cuba lost nearly 85 percent of its imports and exports, while the United States decided to tighten the blockade against the island with the same initial purpose: to bring the Cuban Government back to obedience.

The crisis precipitated the urgent need to find new ways earning national income and the plan of action adopted by Cuba prioritized the development of tourism, with policies to encourage the growing tourism markets in Canada and Europe.

In the mid-90’s, tourism surpassed sugar production as the main source of foreign currency and by the turn of the century it was already the "heart of the economy", the second major source of foreign currency income in Cuba and an important provider of jobs.

According to estimates, during the existence of the "travel ban", between 20,000 and 30,000 Americans traveled to Cuba each year with special permits or illegally, for an insignificant one percent of the total visitors. Those who took the risk of traveling without permits to enjoy a sun and beach holiday in Cuba had the advantage that Cuban immigration authorities did not stamp their passports.

For geographical and historical reasons, the United States should be the main source of visitors to the island.  Cuba bets on it, but now it would be welcoming them to a different tourist paradise: a safe place of peace and health, of culture and protection of the environment.

February 2013.

 

 
   
    UN PARAÍSO TURÍSTICO CUBANO DIFERENTE

Por Manuel E. Yepe

Por margen casi mínimo, Cuba no pudo lograr en 2012 la meta de recibir 2 millones 900 mil visitantes, pero su Ministro de Turismo aseguró que en 2013 el país acogerá a tres millones de foráneos.

Cuando nació la República neocolonial cubana en 1902, a raíz de la ocupación militar estadounidense, dos tendencias excluyentes en EEUU determinaron el desarrollo incipiente del turismo hacia la Isla: una que quería un vecino decente y otra que quería que Cuba sirviera como lugar de placer que ofreciera todo aquello que estaba vedado en Estados Unidos por una campaña contra los vicios, la violencia y la corrupción que duró hasta 1932.

Los efectos combinados de la gran depresión de los años 30, el fin de la “prohibición” en Estados Unidos y la II Guerra Mundial frenaron el crecimiento a la industria turística de Cuba.

Durante la II Guerra Mundial, el turismo en Cuba se limitó a los hijos de familias adineradas que servían sus deberes militares en las tranquilas bases militares en Cuba, lejos de los campos de batalla.

Al término de la guerra, las organizaciones criminales de Estados Unidos, que habían utilizado a Cuba como trampolín para abastecer el mercado negro de alcohol en EE.UU. durante la “prohibición”, controlaron las industrias del juego y el turismo en Cuba.

Durante la década de los 50, 1.7 millones de estadounidenses visitaron La Habana donde no había limitaciones para el consumo de alcohol, los juegos de azar, y otros divertimentos no aceptadas legal o socialmente en casa.

En los últimos meses de 1958, el turismo estadounidense en Cuba disminuyó hasta casi desaparecer por la situación de guerra que se vivía: guerrillas en el campo y tiroteos entre la policía y las fuerzas clandestinas en las ciudades.

Tras la victoria de la insurrección popular el 1º de enero de 1959, el gobierno de la revolución dispuso el cabal cumplimiento de las leyes que eran violadas por la corrupción imperante. Se cerraron los locales asociados con la prostitución, el tráfico de drogas y los juegos de azar, lo que puso fin a la imagen de Cuba como paraíso de placer.

El turismo estadounidense en Cuba disminuyó por este motivo y luego desapareció cuando, en enero de 1961, el Departamento de Estado declaró que el turismo a Cuba era contrario la política exterior y al interés nacional. El “travel ban”, aún vigente, prohibió los viajes a Cuba para todos los ciudadanos estadounidenses.

Las familias cubanas aplaudían la desaparición del turismo extranjero y lo consideraban un logro de la revolución.

Cuba puso al servicio del turismo interno los hoteles, clubes y balnearios disponibles, pero no pudo dedicar a éste los recursos de inversión imprescindibles para su sostenimiento, dada la situación derivada del bloqueo económico decretado por Washington.

Pocos turistas extranjeros llegaban a Cuba en los años 60, 70 y 80 del pasado siglo; solo simpatizantes con la revolución en viajes de solidaridad y un pequeño número, aunque creciente, de Europa oriental. Fue apenas en 1989 que se igualaron las cifras de turistas anteriores a 1959.

En 1991, tras el colapso de la URSS, Cuba perdió casi 85 por ciento de sus importaciones y exportaciones, en tanto que Estados Unidos decidió intensificar el bloqueo contra la Isla con el mismo propósito inicial de hacer volver a la obediencia al gobierno cubano.

La crisis precipitó la necesidad urgente de encontrar nuevas vías de ingreso nacional y el plan de medidas que adoptó Cuba privilegió el desarrollo del turismo, con políticas para incentivar los crecientes mercados turísticos de Canadá y Europa.

A mediados de los años 90 el turismo superó al azúcar como la principal fuente de divisas y al comienzo del nuevo siglo éste era ya el "corazón de la economía", la segunda mayor vía de ingreso de divisas de Cuba y un importante proveedor de empleos.

Según estimaciones, a lo largo de la vigencia del “travel ban”, entre

20. 000 y 30.000 estadounidenses viajaron a Cuba cada año con permisos especiales o ilegalmente, para un insignificante uno porciento del total de visitantes. Quienes se arriesgaron a viajar “furtivamente” para disfrutar de vacaciones de sol y playa en Cuba contaron con la ventaja de que las autoridades migratorias cubanas no les acuñaron sus pasaportes.

Por razones geográficas e históricas, Estados Unidos debía ser la principal fuente emisora de los visitantes en la Isla. Cuba apuesta a ello, solo que ahora sería para darles la bienvenida a un paraíso turístico diferente: con un turismo de paz y de salud; culto, ambientalista y seguro.

Febrero de 2013.