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Homoerotismo, al duro
2013/01/17
por
Yuris Nórido
Se lo advertimos: Si tiene algún prejuicio con el
sexo, mejor no vaya en los próximos días a La Acacia. ¿O sí? La galería
habanera presenta desde este viernes una muestra que se acerca sin
prejuicios a la sexualidad del sujeto homosexual. Su curador, Piter
Ortega, pretende provocarlo, hacerlo discutir. Está convencido de que
esta exposición va a ser una bomba. “Se trata de una selección de obras
bastante explícitas, que hablan sin medias tintas de un tema siempre
escabroso: la sexualidad del homosexual, en todas sus variantes. Algunas
de las piezas son bastante fuertes, otras son más sutiles. Pero unas
cuantas bordean ese límite entre lo que entendemos por erótico y la
pornografía. Al final me interesa ponerle a la gente delante una
realidad, sin ningún tipo de didactismo, para que entre en contacto con
ella, para que se pronuncie. Quizás no la acepte, pero por lo menos
sabrá de su existencia. Parto de la necesidad de respetar las
diferencias y establecer una cultura del diálogo”.
—Dices que es una exposición fuerte, que explora los límites
entre lo erótico y lo pornográfico. ¿Es que se pueden establecer bien
esos límites? ¿Alguien los trasciende?
—El arte suele pactar con lo pornográfico. Muchos artistas insisten en
el famoso límite entre lo erótico y lo porno. Yo digo que la sexualidad
es una sola, lo demás es la representación que de ella se haga. Algunas
de estas obras pudieran ser consideradas pornográficas por alguna gente.
Pero es indudable que son también obras de arte, porque hay una metáfora,
un discurso, una vocación representativa. No están vacías de
significaciones, dicen cosas, comunican. No son pura provocación. De
cualquier forma, siempre será polémico decir esto es erótico y esto es
puramente pornográfico. Creo que esta distinción muchas veces ha tenido
un trasfondo político, incluso discriminatorio.
—Si mal no recuerdo, esta será la primera vez que se exponen
tantas obras sobre ese tema en Cuba…
—Creo que sí. En Cuba siempre ha habido reservas con el tema. Siempre se
ha tratado con mucha sutileza. Muy pocas veces he visto expuesta una
obra de fuerte carácter homoerótico. Por eso me interesa compulsar al
espectador, darle incluso una bofetada. No quiero acercarme al tema
desde el didactismo ni la promoción de salud… para eso está el CENESEX
(Centro Nacional de Educación Sexual), que hace un buen trabajo. Aquí
las reglas son otras: las del arte. Que la gente saque sus propias
conclusiones.
—¿Pero solo se habla de homoerotismo?
—Bueno, ese es el tema base. Pero algunos artistas fueron más allá de
los límites e hicieron planteamientos sociológicos, psicológicos,
históricos, políticos... Es normal, el arte es polisémico y cada uno de
los creadores tiene constantes, intereses muy particulares. Cada vez que
se hace una exposición con alguna temática gay, lo normal es que
participen artistas gay. He querido romper un poco con eso. He reunido a
creadores heterosexuales y homosexuales. No me gustan los guetos. Lo
interesante es el resultado de la propuesta, las visiones diferentes
sobre un mismo asunto. Algunos lo ven desde dentro, y otros desde los
márgenes. El arte es plural por definición. Es significativo que algunos
de los participantes heterosexuales hicieran obras muy fuertes, que
incluso a mí me sorprendieron, porque no esperaba eso de ellos. Eso
habla del desprejuicio de esos artistas.
—Eres un curador muy activo…
—Por supuesto. Me interesa la curaduría que plantea un tema, que
“provoca” a los artistas, que traza caminos. Es la que más retos
propone. Uno mismo no sabe muy bien qué recibirás. Pienso que es
importante para el curador participar incluso en el proceso de creación,
establecer un diálogo con los artistas y con la institución.
—¿Por qué siempre incursionas en temas tan polémicos?
—Porque la polémica es fundamental. Es la garantía del desarrollo. Hace
falta que la gente hable. Bien o mal, pero que hable. Con respeto al
criterio ajeno, pero defendiendo el propio. En Cuba tenemos muy poca
cultura del debate. Sobre este tema en particular se sigue hablando
desde el temor, o el paternalismo. Esos acercamientos, muchas veces,
solo promueven la lástima. Es importante que mucha gente acabe de asumir
el universo sexual erótico de los homosexuales como algo normal. Te
puede gustar o no, pero existe, está ahí, hay que hablar sobre eso. Mi
propuesta es hacerlo al duro, sin temores. Yo nunca me autocensuro. Yo
tenso el límite, pruebo fuerzas. Estoy convencido de que la discusión a
la larga siempre será provechosa. Si se arma un pequeño escándalo, pues
te digo que no le temo, es más, hasta me gusta. Hago las cosas con
visión de futuro. Quiero hacer cosas diferentes, ni siquiera digo que
sean buenas o malas, pero lo que no soporto es la indiferencia. Quiero
que dentro de algunos años, se hable de esta exposición como algo que
hizo algún aporte. Es cierto que las instituciones han abierto mucho el
espectro, pero a mí me gusta pugnar, vencer obstáculos. Mi profesor Rufo
Caballero decía que el arte no puede tener términos medios, yo estoy
plenamente de acuerdo. Quiero que vaya a ver la exposición gente que no
quiera saber del tema, que le haga rechazo… A lo mejor no les gusta,
pero se van a ir con una nueva experiencia para su casa, se quedarán
pensando. Que hablen, te repito, que hablen bien o mal, pero que hablen.
http://www.oncubamagazine.com/content/homoerotismo-al-duro
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