Paquito el de Cuba en Holanda o Mi colaboración con Radio Nederland

No se asusten, que no tengo planes de aprovechar las nuevas leyes migratorias para emigrar, y por ahora ni siquiera para pasear, porque no tengo pasaporte y mucho menos dinero para obtenerlo y viajar. Solo quería contarles sobre la posibilidad que me acaban de brindar los colegas de Radio Nederland de empezar a colaborar como bloguero con esa emisora holandesa tan presente en América Latina.

Mejor noticia no podía darles, justo cuando solo faltan menos de 15 días para el tercer cumpleaños de esta bitácora, el próximo 4 de diciembre. En particular, a sus editores les pareció que puedo contribuir con el sitio Hablemos de amor, el cual definen como un “Portal de sexualidad y salud sexual elaborado por Radio Nederland Internacional desde una óptica holandesa”.

Según me explicaron los productores, esa empresa tiene entre sus prioridades abordar con respeto y sin prejuicios asuntos que interesan a la juventud latinoamericana, y también aspiran a diversificar los puntos de vista sobre Cuba.

Así, la primera solicitud fue la grabación del programa radial El Toque, con la participación de Karla Carrillo, activista lesbiana de Venezuela; la sexóloga Rinna Riesenfeld y el presentador Alejandro Pintamalli, para que debatiéramos algunos de los estereotipos que existen sobre la homosexualidad.

Al unísono, me publicaron un post que titularon El secreto del buen sexo (no sólo para homosexuales). Pero — ¿por qué siempre hay un pero?— por alguna extraña razón, el portal Hablemos de amor, que hasta hace unos días yo podía ver perfectamente, ahora está bloqueado en Cuba.

¿Será algún software o personaje maligno en el Ministerio de Informática y Comunicaciones que considera subversivo el amor y la sexualidad? Espero que no, que sean boberías mías, o un error de conexión circunstancial que pronto tenga solución…

Mientras tanto y por si acaso no soy el único con dificultades para acceder a ese sitio con título y contenidos tan peligrosos, les reproduzco también el texto —al cual pude acceder gracias a los benditos proxys—, sobre todo para que mis amistades en la Isla puedan leerlo.

Agradezco, pues, a Radio Nederland por esta oportunidad de compartir con otras personas en el mundo las vivencias de un simple cubano más. Lo asumo como un compromiso y un regalo que debo a mis amistades, lectores y comentaristas, a quienes les doy las gracias también por soportarme durante tres años.

Aquí les dejo ese primer post que por poco no puedo ver:

El secreto del buen sexo (no sólo para homosexuales)


Existe un falso estereotipo que supone que los varones homosexuales padecen un constante apetito sexual y una actitud depredadora inmanente. Nada más falso que ello.


*Por Francisco Rodríguez

Hace poco un comentarista de mi bitácora Paquito el de Cuba me decía casi con disgusto —y tal vez con algo de envidia y morbo— que solo me faltaba contar  “mis intimidades” con mi novio en el blog.

No creo que sea necesario tanto, pero tampoco es imposible hacerlo sin caer en el mal gusto o la sordidez. Porque la sexualidad y la satisfacción de la pareja no tienen que ser necesariamente algo oculto y vergonzoso, si tenemos suficiente confianza en nosotros mismos y en nuestra relación.

En este punto no puedo dejar de mencionar ese falso estereotipo que supone en nosotros, los varones homosexuales, un constante apetito sexual, una actitud depredadora inmanente, hasta casi caricaturizarnos como penes —o anos— andantes…

Ello es un mito, por supuesto, que alguna gente sostiene muchas veces para fundamentar posturas homofóbicas y discriminatorias. Conozco parejas gay bastante conservadoras en materia de sexo, como otras que experimentan todo tipo de novedades entre sí y con otras personas, tanto como las heterosexuales.

La intensidad y los requerimientos de cada individuo en materia de sexualidad son como ese tipo de invitación oficial que a veces nos llega con la siguiente advertencia: “personal e intransferible”.

Cada cual elabora sus fantasías y “locuras” de acuerdo con su imaginación y su tempo. Y lo mejor, en cualquier caso, es hablarlo con nuestra pareja. Al menos, es lo que me funciona a mí, en casi diez años de relación que llevo con mi novio —ya saben que no podemos casarnos ni establecer una relación jurídica formal porque las leyes cubanas aún no nos reconocen ese derecho.

Lo que sí me parece fatal, y puedo dar testimonio de que sucede, es el comportamiento de personas que hacen gala de timidez o pudor con su pareja, o no dicen exactamente lo que quisieran que él o ella les hicieran o les dejaran hacer, para luego salir a buscar en otras relaciones lo que no hallan en casa.

Y no resulta tan infrecuente. Nada más ridículo —y triste en el fondo— que ciertos hombres, por ejemplo, que acuden a sitios de encuentros ocasionales o zonas de ‘cruising’ gay, siendo ellos presuntamente heterosexuales y hasta homofóbicos, para poder pedir o satisfacer allí sus deseos inconfesables.“¡Si mi mujer me lo hiciera así, yo no estaría aquí!”, dicen en una mezcla de éxtasis y patetismo.

Otra leyenda son las rutinas sexuales. Es cierto que hasta el más rico manjar, nos repugna con la reiteración. Pero, les confieso que hay ciertas repeticiones que pueden llegar a ser muy excitantes, cuando ya la pareja lleva, como es mi caso, un tiempo prolongado de relación.

También lo previsible puede pasar a ser parte de los juegos eróticos previos o del acto sexual, donde las variaciones, calculadas o espontáneas, vienen a resultar —como en la música— un estímulo y un reto adicional para nuestra inquieta libido.

En fin, no me hagan mucho caso, ya saben que soy Escorpión, y quienes nacimos bajo este signo zodiacal, en materia de sexo  tenemos muy mala — ¿o será buena?— fama.

*Francisco Rodríguez Cruz es un bloguero cubano, escribe sobre sus experiencias personales. Es homosexual y padre de un niño.