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La Habana, martes 29 de mayo de 2012. Año 16 / Número 147
0Sistema bancario cubano
Trayectoria
de dificultades… y soluciones
Un 28 de mayo, hace ya 15 años, el Consejo de Estado, mediante
el Decreto-Ley No. 172, dispuso la creación del Banco Central de
Cuba. Osvaldo Fuentes Torres, fundador de este y de la entidad
que lo precedió, comenta sobre las misiones pasadas y presentes
de tan importante institución
O. FONTICOBA GENER
El
proceso de actualización del modelo económico cubano ha
demandado un mayor protagonismo de las entidades bancarias —representadas
en la autoridad del Banco Central de Cuba (BCC)— en la actividad
financiera interna del país, cuestión que halló su inicio en la
instrumentación de la actual política crediticia para personas
naturales y otros servicios bancarios, en vigor desde el pasado
20 de diciembre.
Sin embargo, la puesta en marcha de esas disposiciones, así como
su impacto positivo, no han dependido únicamente de la eficacia
u organicidad con que han sido asumidas; su adecuada ejecución
se debe, además, al sentido del deber y de pertenencia que ha
caracterizado tradicionalmente a los trabajadores bancarios.
Conviene entonces, en un periodo en que el Banco se consolida,
reorganiza y coloca a su nueva generación de trabajadores a la
puntera de los cambios introducidos en ese sector, regresar a
los orígenes.
Con ese propósito, Granma entrevistó a Osvaldo Fuentes
Torres, quien ha permanecido liado a la familia bancaria cubana
por más de 60 años, y en cuyo historial destaca haber
contribuido a la reorganización de ese sistema desde su posición
como vicepresidente primero del Banco Nacional de Cuba (institución
que precedió al BCC) por 22 años, y luego como vicepresidente
del Banco de Crédito y Comercio.
TIEMPO DE LABOR... TIEMPO DE VIDA
"Era el año 1976, decisivo para el futuro del Banco y la
economía nacional. Con los acuerdos del I Congreso del Partido,
el papel del sistema bancario fue elevado a un nivel superior,
para lo cual necesitaba revitalizarse. Y esa fue la tarea a la
que nos enfrentamos, una de las más difíciles".
Así rememora Fuentes Torres su ingreso como vicepresidente
primero a las Oficinas Centrales del Banco Nacional de Cuba,
institución que en aquel entonces regía ese sector en la Isla.
Sin embargo, no fueron esos sus primeros pasos en la esfera
bancaria.
"Mi entrada la hice como mozo de limpieza en un banco de
propiedad española en San Cristóbal, Pinar del Río —señala—.
Había que empezar por las tareas de menor remuneración. Ganaba
ocho pesos al mes.
"Después fui oficinista, cajero, contador... Todo eso mirando lo
que hacían los demás y aprendiendo de ellos. Cuando alguien
faltaba al trabajo, pedía permiso para ocupar sus funciones. De
ese modo comenzó mi labor en el banco: aprendí haciendo".
—En su persona podría resumirse la historia de la banca
revolucionaria. A su juicio, ¿cuáles han sido los momentos más
críticos y florecientes de ese sector en el país?
"Uno de los más significativos, considero, fue el canje de
la moneda, en 1961. Ahí los bancarios desempeñaron un papel muy
importante, aunque no exclusivo. En su ejecución intervinieron
muchísimos compañeros de otros sectores, por ejemplo, cuando se
crearon centros de canje en las montañas para que todos pudieran
acceder a ese servicio. Ahí no había bancarios y, sin embargo,
la labor se llevó a cabo.
"El canje de la moneda fue un ‘macetazo’ al imperialismo. Con
ello se evitó que se continuara extrayendo moneda nacional del
país que, junto a la que se habían llevado, se utilizaba para
pagar a las bandas contrarrevolucionarias. Ese dinero se les
convirtió en papel común.
"Fue una etapa corta en su ejecución pero prolongada en su
organización; además, fue una labor que se realizó con estricto
carácter secreto, desde el diseño de los billetes hasta su
impresión en la antigua Checoslovaquia.
"Otro momento importante fue la nacionalización de la banca y el
gran esfuerzo que significó integrar en un solo cuerpo todo el
sistema bancario. Tuvo que diseñarse un solo sistema contable,
uno estadístico, recuperar información sobre la circulación
monetaria...
"Después de la celebración del I Congreso del PCC, en 1975,
comenzó una etapa de auge en el sector. Se restableció el
sistema de cobros y pagos entre empresas, la concesión de
créditos a estas, la evaluación de la eficiencia empresarial,
entre otras actividades.
"Otros momentos provechosos para el sistema bancario fueron la
creación del Banco Central de Cuba, en 1997, y la introducción
del sector en la ‘era digital’, ese mismo año.
"Y ahora, después de los acuerdos del Sexto Congreso partidista,
considero que los bancarios cubanos estamos entrando a una etapa
de mayores exigencias. Con la actual política de concesión de
créditos a personas naturales, por ejemplo... esta es una labor
prácticamente nueva, pues no solo se trata de prepararse en las
instrucciones, sino para el análisis de los casos que se
presentan, cada uno con características diferentes al otro".
—¿Qué consejos daría a las nuevas generaciones de
trabajadores bancarios?
"Que amen a la institución. El sistema bancario desempeña un
papel muy importante en la economía nacional. Debemos educar a
las nuevas generaciones en ese criterio.
"También deben prestar mucha atención a su preparación
profesional. En ese sentido el interés propio es fundamental.
Ellos poseen las herramientas teóricas, pero lo que más prepara
es el trabajo diario, ese es el aprendizaje que deben
profundizar".
— Para usted, ¿qué es lo más difícil y lo más complejo de la
labor bancaria?
"¿Lo más difícil?... Todo, pero tiene solución. Y lo más
complejo... no trabajar en el Banco. A él le he dedicado 60 años
de mi vida y, aunque estoy jubilado, nunca he dejado de laborar
en él... y aquí seguiré, hasta que pueda". |