La Habana, viernes 4 de mayo de 2012. Año 16 / Número 122
Los “músculos” de la irresponsabilidad

La inyección de aceites comestibles en músculos ha devenido práctica lamentable en diversos lugares del país, sobre todo entre adolescentes y jóvenes

SHEYLA DELGADO GUERRA y MISLEYDIS GONZÁLEZ ÁVILA

La belleza física, convertida en desvelo u orgullo para unos y en trivialidad para otros, ha estado signada en el decursar del tiempo por patrones estereotipados. Lograr una imagen agradable con una musculatura "hercúlea" no constituye un problema, sino el cómo. Y es que en la búsqueda de esa supuesta perfección hay quienes deciden incrementar el volumen muscular, no con ejercicios, sino empleando numerosas sustancias, desde la conocida silicona hasta aceites.

foto: Misleydis GonzálezPACIENTE DE 16 AÑOS, INTERVENIDO QUIRÚRGICAMENTE CON ANTERIORIDAD POR INYECTARSE ACEITE EN SU BRAZO DERECHO, QUE DEBIÓ SER OPERADO NUEVAMENTE.

Por ejemplo, en diferentes naciones, se ha hecho muy popular el uso del Synthol, un producto compuesto por ácido graso, lidocaína y alcohol benzoico, empleado mayormente por deportistas para darle brillo a la piel antes de las competencias. Lo riesgoso está en que muchos físico-culturistas se lo administran directamente en el músculo, sin tener en cuenta que solo el 30 % del lípido es "deshecho" por el organismo humano, mientras que el restante 70 % puede tardar hasta cinco años en ser eliminado.

La relación entre el Synthol y los aceites comestibles (de soja, girasol, oliva, maní) está no solo en su composición grasa, sino en su efecto, al producir una inflamación que no debe confundirse con aumento de la masa muscular. El empleo de los "aceites mágicos" para ganar en volumen —si bien no es algo nuevo— ha experimentado en Cuba un crecimiento durante los últimos meses, siendo los llamados aceites comestibles los más usados. Téngase en cuenta que un frasco de 100 mililitros de Synthol cuesta entre 200 y 300 dólares en el mercado internacional.

¿En qué se basa esta peculiar técnica? ¿Qué incidencias tiene para la salud humana? En busca de explicaciones, conversamos con algunos especialistas. Según coincidieron, el procedimiento consiste en aplicar con una jeringuilla contentiva de aceite una inyección en aquella área del cuerpo en la que se desee aumentar su volumen.

Un joven tunero de 16 años, Adrián, comenta su experiencia: "Algunos muchachos se estaban inyectando y decidí seguir sus pasos. Cuando empecé a sentir dolor y aprecié la hinchazón del codo, se lo conté a mi mamá y acudimos al médico. Primeramente me mandaron antibióticos y no resolví, por lo que me operaron. Han transcurrido seis meses y aún no termina la pesadilla: ya me han llevado cuatro veces al salón".

A uno de los casos pioneros en el país, ocurrido en Matanzas, casi le cuesta la vida, cuando, jeringuilla en mano, buscó un músculo y encontró una vena...

RIESGOS: LA CARA OCULTA DE LA "BELLEZA"

Especialistas del Ministerio de Salud Pública explicaron que las consecuencias de esta práctica pueden ser nefastas: infecciones, intervenciones quirúrgicas... Y eso sin contar que el intercambio de jeringuillas abre el "circuito" a enfermedades transmisibles por esta vía como el VIH/sida, las hepatitis B y C, entre otras. Una simple inyección, por mal manejo o como resultado de la reacción a la sustancia introducida, puede incluso conducir a la muerte.

"Por desconocimiento de la anatomía, al inyectar la sustancia pueden comprimir un nervio, una vena o una arteria y causar serias complicaciones de estas estructuras. Además, el músculo afectado que haya que extirpar no vuelve a regenerarse y las secuelas son inevitables", explica el doctor Fernando Reyes Bauza, especialista de primer grado en Ortopedia y Traumatología.

Las reacciones más frecuentes son náuseas, dolores en las partes inyectadas, calambres, inflamaciones, aunque haya pacientes que demoren meses en mostrar las primeras señales de alarma.

Para los que prefieren exhibir músculos bien definidos, la solución no está en añadir producto alguno al organismo, que a la postre puede desencadenar secuelas infortunadas. La práctica sana de deportes junto con la realización sistemática y dosificada de ejercicios físicos...he ahí una fórmula infalible para "inyectarnos" vitalidad, más allá de la quimera fútil de la "perfección" física.

http://www.granma.cubaweb.cu/2012/05/04/nacional/artic04.html