Por Marta María Ramírez
Conversar con Esther Perel es un privilegio. Su historia personal, como hija de judíos polacos, sobrevivientes del Holocausto, refugiados en Bélgica, podría ser la trama de una novela o una película.
Pero hoy hablamos de la pareja,
tras el taller Los dilemas del deseo e el trabajo
clínico con parejas, que ofreció a especialistas, en la
habanera Casa de la Amistad, el sábado 21 de enero.
Perel impartirá el lunes 23 de enero el Taller
Inteligencia emocional, inteligencia erótica: nuevas
conversaciones acerca de la sexualidad de la vida en
parejas.
¿Qué es el cuerpo para
Esther?
Es la casa en la cual vivimos. Algunos de nosotros
vivimos bien porque es una casa, que han respetado, han
acariciado, que han cuidado y que cuidamos.
Otros lo vemos como el lugar central de nuestras
inhibiciones, restricciones y resulta una cárcel. Pero
el cuerpo es la fundación: si no estás dentro de tu
cuerpo, no estás presente y para tener un sexo de deseo
o satisfactorio, tienes que estar presente y tu pareja
también.
Si el cuerpo está disociado, no estás. Si el cuerpo no
es un lugar al que quieres invitar a alguien, en que vas
a entrar, porque no se entra solo en un orificio, se
entra en una persona, en un mundo, en un espacio.
Para mí, el cuerpo que disfruta, que se siente bien, es
una base. Al mismo tiempo, el órgano sexual más
importante es la mente.
Entonces, ¿las imágenes de
mujeres “ideales” que nos presentan los medios de
comunicación masiva, es una tortura también para
nuestras sexualidades?
Es una tortura de mujeres que se va expandiendo
también a los hombres, en las sociedades de consumo, en
las que se puede comprar juventud y belleza.
Desde siempre, en cada civilización, el cuerpo ha sido
adorado, decorado… Esto no es nuevo. Pero la idea es que
si no eres el modelo ideal, tienes que sentirte menos,
disminuida, porque no lo logras; es una esclavitud.
Esta es una manera de controlar y cada sociedad controla
la sexualidad, la abstinencia y la licencia. Ya no
podemos controlar tanto lo que la gente hace sexualmente,
entonces hemos empezado a controlar el cuerpo, cómo se
viste, cómo se cuida, cómo se embellece.
¿Cómo ve Esther el placer
sexual? Para usted, ¿es un derecho sexual?
Nunca pensé en el placer como un derecho. Pero
me interesa este punto de vista. Me parece lógico.
Veo el placer más como una necesidad fundamental en la
vida. No solamente el placer sexual, tener placer,
disfrutar, sentirse vivo.
El placer es el antídoto de la ansiedad. Es jugar.
Cuando vemos un niño que no juega, decimos que está
deprimido, que está ansioso y que no vive bien. Los
adultos también necesitan poder jugar y tener placer.
El placer sexual es una parte de la sexualidad, una
sexualidad de deseo, no de reproducción o de obligación.
Entonces, el deseo viene con el placer.
¿Por qué solemos privarnos
del placer, aún cuando nuestra sexualidad, después de la
aparición de la píldora anticonceptiva, ya no es para la
reproducción?
Somos las primeras generaciones que tenemos y
queremos un sexo duradero. Pensamos que se puede lograr
con una sola persona, a partir del modelo de pareja
moderna, que es romántico. Queremos sexo anclado en el
deseo y este es, fundamentalmente, una expresión de la
libertad individual.
Como consecuencia, no se puede forzar el placer; sí, el
sexo. No hay placer sin libertad. No puedes sentir
placer cuando estás ansiosa, cuando tienes miedo, cuando
estás forzada o controlada.
¿Se discute mucho sobre la
monogamia y la infidelidad? ¿Qué opina usted?
La monogamia va a ser el tema principal de la
pareja de ahora en adelante. La próxima frontera será la
exclusividad sexual y desarrollar otras maneras de
pensar la monogamia. Quizás una monogamia no vista como
exclusividad sexual, de la misma manera que no podíamos
conceptualizar el sexo prematrimonial, con más de una
persona en la vida o la homosexualidad no patologizada.
La infidelidad es uno de los motivos principales de
divorcio porque rompe el contrato romántico.
¿Ha dicho que tener que
encargarse de la otra persona de la pareja es lo más
antiafrodisíaco? ¿Por qué?
El amor cuida, tiene responsabilidad,
mutualidad, reciprocidad. Pero la necesidad no da deseo.
El deseo da deseo, la invitación da deseo, el querer da
deseo; la necesidad, no. Cuando la gente habla de
situaciones de deseo no se siente responsable por nadie.
No hay un elemento más exitoso que la independencia del
otro. Cuando preguntas a hombres y mujeres qué te excita
más, responden que personas autosuficientes e
independientes. La mujer totalmente sexualizada es una
mujer libre que no necesita un hombre; igual con los
hombres competentes. No hay dependencia en el deseo.
Esta es una contradicción
con el modelo de feminidad impuesto por el Patriarcado...
La mujer sumisa, con un doble estándar por el
hombre privilegiado, que él puede ser infiel o puede
tener pasión porque ella no, es un modelo está
fracasando, aún cuando siga.
¿Por qué hay una crisis de
la pareja? ¿Es cierta?
Es cierto que hay una crisis de la pareja. Pero
no sé si la pareja antes era tan buena. Si sé que las
expectativas cambiaron. Hoy queremos que una persona nos
de lo que antes hacía toda una comunidad: pertenencia,
continuidad, estabilidad, independencia y quiero que al
mismo tiempo quiero que seas mi mejor amigo, mi amante
apasionado y hasta mi confidente. Nunca antes habíamos
tratado que la misma persona nos diera continuidad y
novedad, sorpresa y estabilidad…
También hoy queremos ser felices hoy. Antes era algo
para después de la muerte, no del aquí y del ahora. No
solo queremos ser felices, sino que somos infelices de
no ser felices. La felicidad es un mandato.
Entonces, la crisis de la pareja es porque hemos llevado
dentro de una unidad cantidad de necesidades que tal vez
son demasiadas.
¿Cuál es el significado de
la cama en los tiempos actuales?
Las parejas hablan de sus problemas y de sus
problemas eróticos en la cama. Muchas peleas se
localizan ahí porque tenemos una cama.
La cama de hoy la queremos sensual, apasionante,
cariñosa, afectuosa y cuando no sucede así, hay un vacío,
una angustia, una añoranza… La cama se vuelve un lugar
de intimidad y no solo para ir a descansar.
¿Por qué Cuba, después de
dos años?
Hoy la familia se mantiene solamente si la
pareja está feliz. Hoy el enfoque ya no es: nos quedamos
juntos por los niños, la comunidad… Pienso que estamos
todos con los desafíos de la terapia de pareja, que
pienso es la más difícil. Soy parte de una conversación
mundial y vine a tenerla con compañeros cubanos.