Entrevista a Leonardo Padura II: revolucionar la Revolución admin / marzo 20, 2012

Tomado de la La Joven Cuba, por  Harold Cárdenas Lema

"Existe una conciencia de la importancia de Internet, pero a la vez hay un desprecio extremo a la importancia de Internet para los ciudadanos"

"Existe una conciencia de la importancia de Internet, pero a la vez hay un desprecio extremo a la importancia de Internet para los ciudadanos". Foto: Raquel Pérez

El término revolución se refiere a procesos de cambio o transformación respecto al pasado, aun así, existe la noción de que durante años el país se cambió o transformó muy poco a sí mismo. Leonardo, ¿hasta qué punto seguimos siendo una revolución?

Esa es una pregunta muy difícil de responder porque es un término que se ha viciado con una retórica y con una realidad demasiado prolongada. Creo que la revolución es un momento en el que se producen grandes cambios y partir de estos se trata de generar un tipo de sociedad diferente y esta tiene que tener otro calificativo distinto al de revolución, porque incluso en términos marxistas cubanos, en este país no creemos en la “Revolución Permanente” de Trotsky.

El hecho de la revolución es importante en la medida en que haya actitudes revolucionarias, en el sentido en que las cosas sigan cambiando, se sigan perfeccionando y exista el espacio para poder darle la acepción principal de la palabra: darle vueltas a las cosas. Pero precisamente esa intención de mover las cosas, cuando no se hace desde arriba, en Cuba se ha considerado incluso como contrarrevolucionaria, porque a veces no corresponde con determinados cánones y maneras de pensar a las que hoy se les llama ortodoxias: y si no se corresponde con ciertas ortodoxias, es muy atacada.

Yo pienso que la sociedad cubana necesita seguir revolucionándose, y que los individuos revolucionarios son los que están a favor del cambio, no en el sentido de cambiar un sistema por otro, sino de mover la sociedad en el sentido del progreso. La imagen de la historia como una espiral en ascenso, en progreso, solo puede lograrse a través de una revolucionarización de la sociedad de manera general, en lo político, económico y social.

Hubo un punto en Cuba, después del primer impacto del Período Especial, en que se generó más el inmovilismo que la revolución. Por eso siempre he dicho que con independencia de lo profundo que sean los cambios y lo radicales o no que estos puedan ser, me siento mucho más identificado con una política de cambios que con una de inmovilidad, y aunque a veces me perjudiquen, tienen mi simpatía, porque siento que la sociedad cubana se ha vuelto a poner en movimiento, ha vuelto a poner en marcha sus revoluciones.”

“Me siento mucho más identificado con una política de cambios que con una de inmovilidad”

Como especular sobre el futuro del país no me parece una actividad estéril sino que nos puede dar una medida de las perspectivas del país, me atrevo a preguntar algo muy arriesgado, por mucho tiempo se habló sobre cómo sería Cuba sin Fidel en la dirección, ahora ya sabemos la respuesta, la pregunta sería entonces: ¿después de Raúl qué…?

“Realmente no lo sé, y ciertamente es arriesgado especular en ese sentido, porque incluso, todavía no sé “con Raúl qué…” y solo se sabrá en la medida en que pueda desarrollar su programa económico, que tiene inmediatas consecuencias sociales y que va a tener consecuencias políticas. Es un programa que está prácticamente comenzando, como ellos mismos reconocen y como la realidad lo está diciendo.

Creo que lo que para muchos de nosotros es una lentitud en los cambios, ha tenido que ver con un problema fundamental y es la falta del control económico, yo lo llamaría la falta de perspectiva económica que existía en el Estado y el Gobierno cubanos. Las decisiones que se tomaban en Cuba eran todas políticas, las buenas, malas y regulares.

En el año 1992 se decidió todos los días dar un pan a cada ciudadano de Cuba. Esto fue una medida política y no económica, pues la economía decía que no había pan pero políticamente se decidió que había que darles un pan a cada una de las personas. Esto fue los que nos salvó, pero también nos perjudicó pues permitió que las cosas no cambiaran mucho antes, aun cuando ya era evidente que había elementos del modelo, sobre todo a nivel económico, que no funcionaban.

Lo primero que se ha tenido que hacer es recuperar ese control económico y crear una perspectiva económica para pretender cambiar ciertas cosas, porque si tú no sabes cuánto gana un país, difícilmente puedas hacer ninguna planificación económica. Eso explica que los cambios fueran primeramente tan lentos y mayormente en la superestructura, cambios que se podían decidir con el dedo: “los cubanos pueden ir a los hoteles, pueden tener celular, pueden comprar casa, pueden comprar carros”, medidas de carácter administrativo o decisiones de carácter político.

En el caso de los teléfonos, por ejemplo, es una medida de carácter político aunque tenga una razón económica muy evidente, porque durante 40 años la única manera de tener un teléfono en Cuba, era si el Estado te otorgaba la posibilidad de tener un teléfono, y ahora por primera vez el ciudadano puede ir libremente a una tienda y sacar 60 CUC, comprar un teléfono y una línea. Eso es un gran cambio aunque parezca una cosa intrascendente desde una perspectiva no cubana.

"Me siento mucho más identificado con una política de cambios que con una de inmovilidad"

"Me siento mucho más identificado con una política de cambios que con una de inmovilidad"

Los cambios de carácter económico que tienen que ver con esta tercera Reforma Agraria que se está haciendo, la posibilidad de comercialización de productos, de contratación de fuerza de trabajo(que empieza siendo muy elemental todavía en estos momentos pero que la tendencia parece ser a un incremento) sí va a provocar grandes movimientos económicos en Cuba, que van a generar cambios sociales y políticos.

Hay que ver hasta dónde Raúl, en el tiempo que tiene para gobernar, puede llevar adelante ese proyecto. ¿Qué va a pasar después? Es una gran incógnita. Porque puede ser tanto un cambio político radical como un retroceso político radical, y esa es la preocupación que tenemos muchas personas en Cuba, que sabemos los cambios son necesarios. En general pienso que la gente está por esa evolución, y la manera en que se produzca es lo que sigue siendo muy misterioso sobre los próximos años.”

Eso me recuerda un debate que tuvimos tiempo atrás con otro entrevistado, y le pregunto brevemente: ¿en Cuba existe una reforma o una actualización del modelo?

“No lo he pensado con esos términos pero creo que hay una reforma, están tocándose aspectos que antes se consideraban intocables. El otro día había un delegado en la Conferencia del Partido que se preguntaba ahora cuál era la relación de los individuos contratados por los empleadores privados con el principio constitucional de que no existe la explotación del hombre por el hombre en Cuba.

Él pobremente lo reducía a la pequeña empresa privada, decía que explotaba el trabajo de los individuos que contrata… pero es que muchas veces a esos individuos a los que contratan los particulares, estos les pagan 3 veces más de lo que paga el Estado. ¿Quién es más explotador, el pequeño empresario o el Estado que paga 3 veces menos? Y al momento dijeron que eso había que hablarlo de otra forma, que eso no es así, que si es de mutua conveniencia no hay explotación, en fin, se complicó y a la vez se disolvió la cosa.”

Hablamos entonces sobre el nivel de información y transparencia que necesita el proyecto socialista cubano y le comento que generalmente a la hora de los vacíos informativos o la falta de transparencia, se emplea el argumento de que muchos elementos se ocultan para que no sean utilizados a favor del bloqueo que se le hace al país. A mí personalmente me da la impresión de que los servicios de inteligencia extranjeros saben más de lo que ocurre en Cuba que los propios cubanos, y ese control de la información muchas veces nos perjudica más a nosotros de lo que nos podría ayudar… mi interlocutor me responde de inmediato.

“Yo creo que la transparencia en una sociedad siempre es beneficiosa. Por ejemplo, en los planes económicos que se están haciendo, si los ciudadanos tuvieran mejor conocimiento de hacia dónde se va y adónde quiere llegar el modelo económico cubano, la gente se sentiría más parte de ese proceso.

Si la prensa debatiera más los problemas esenciales de la sociedad cubana y no siguiera única y exclusivamente las políticas que se establecen a nivel de Estado y de Gobierno, creo que eso ayudaría mucho más a que entendiéramos los cubanos el país en que vivimos y a que tuviéramos mucho más sentido de la participación.

¿Por qué no tenemos derecho a saber qué pasó con el cable de fibra óptica de Internet? Esa es una de las muestras de la falta de transparencia que hay en Cuba. Posiblemente hay un proceso policial y judicial, del cuál no se dan nunca determinados detalles porque pueden afectar esas investigaciones. Pero nos tienen que decir que el cable no es operativo porque hubo un problema, porque dijeron que en junio del año pasado el cable sería operativo y estamos en febrero y nada…

“Siento que la sociedad cubana se ha vuelto a poner en movimiento”

Este es un tema esencial, porque el problema no es que yo tenga acceso a un Internet más o menos rápido, el problema es que el país no tenga ese acceso, porque un país que pretende actualizarse económicamente y funcionar económicamente, en estos momentos no lo puede hacer sin Internet, ya sea de uso individual como de uso colectivo, social e institucional. Por ejemplo, yo no sé cómo va a funcionar el puerto del Mariel sin Internet de alta velocidad, porque si allí mandas un correo de negocios y este se demora una hora en descargarse, se jode el negocio. Lo digo de una manera muy burda pero es así.

Creo que tenemos derecho a más transparencia y claridad informativa de la que tenemos actualmente (lo digo siempre dentro y fuera de Cuba porque nunca digo fuera de Cuba lo que no sería capaz de decir en Cuba). Por mi propia transparencia informativa creo que me he ahorrado muchos problemas, sobre todo evitando sospechas. Cuando empecé a escribir El hombre que amaba los perros lo dije a todo el mundo sobre qué estaba escribiendo, para que nadie creyera que lo hacía a escondidas, porque allí hago críticas sobre la realidad cubana y sobre la historia del socialismo… y porque sé que lo que digo toca algunos temas muy esenciales.

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

Próximamente: ¿Hasta qué punto asimilamos el estalinismo en Cuba? ¿Por qué fracasó el Socialismo del siglo XX? ¿Cuba está enmarcada en el modelo de Socialismo del siglo XX o del XXI? ¿Cuántas de las causas que provocaron el fracaso del Socialismo del siglo XX persisten en Cuba todavía?

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