OUTRAGED LATINOS IN THE UNITED STATES
By Manuel E. Yepe

Google translation. Edited by Walter Lippmann.

With more than 50 million people, according to the latest National Census, Latinos constitute the largest minority in the United States.

In a country of over 300 million people, one in six ethnically-identified themselves as Latino or Hispanic (a recent demographic term of American invention to identify those who speak Spanish, are born in Latin America, have relatives in that region, or whose legacy comes from the ancient Mexican cultural territories).

This great mass of Latinos is not only the largest minority in the U.S., but, if it were a country, this would be the largest in the Spanish-speaking world, however complex and diverse its identity would be.

However, its numerical representation doesn't have a political, administrative or financial equivalent.

Their numbers, however, can be seen in the growth performance of the workforce and is reflected in their  enrollment in the U.S. armed forces. Whether born abroad, at home of undocumented parents, or families of former Mexican cultural heritage, most share the condition of being poor.

Thus, for reasons of citizenship combined with poverty, for young Latinos "voluntary" military service becomes a way, apparently rapid, towards the achievement of basic goals such as education, --particularly in universities-- and for obtaining citizenship or permanent residence. Achieving a long-denied social recognition is usually also a motivation for some to join.

The inclusion of Latino soldiers in "The Wall", the huge black marble monument in Washington reminiscent of U.S. soldiers killed in Vietnam who are honored on Memorial Day, has revealed that nearly four thousand of those listed with Spanish surnames.

But more than the illusion of being heroes, what leads Latino youth to enlist in the military service of the United States (where the risk of death for Latinos is 20% higher than non-Latinos, probably due the type of tasks set out for them at the front), is the certainty that there is no alternative to their aspirations to live with dignity in the land where they were born to undocumented parents or where they lived since childhood.

The appearance in Spain of the “indignados” protest movement has spread worldwide and has impacted the United States with distinctive features. Some questions about what will be the extent of participation of Latinos and blacks in the American protest actions appealing to "Occupy Wall Street" are being raised.

The control of the media by the American oligarchy initially managed to maintain a low information profile on the Occupy Wall Street (OWS) movement until the arrest of 700 people in the Brooklyn Bridge in New York. That event, together with the participation of prominent personalities, such as filmmaker Michael Moore and actress Susan Sarandon, blew away the media's silence about such an extraordinary phenomenon that was happening in the heart of Manhattan.

What surprised some observers, however, was that in Zuccotti Park, center of the demonstrations after a solid barrier of police prevented access to Wall Street, was that the participation of Latinos was not representative of the mood in the community, a fact which lead the defenders of the status quo to argue that the motivations for the movement had little to do with Latinos.

Many observers considered it inexplicable that the Latino communities were not participating as a main protagonist in a protest against a crisis generated by the greed of banks and financial system deregulation that had Latinos and blacks as the first casualties, particularly with the loss of jobs, housing and social benefits.

Aware of this phenomenon, the OWS movement's leaders are now developing actions to promote more active participation of Latinos and blacks by identifying aspirations of other oppressed groups in American society with those of these communities.

And with that mass fully incorporated into the ranks of those who claim to represent the 99% of the population suffering from the everyday excesses and abuses by the wealthiest 1%, the correlation of forces in the struggle against the political and social system in force is clearly becoming more favorable to the true interests of the American people.

October 2011.

Google translation. Edited by Walter Lippmann.
   
    LOS LATINOS INDIGNADOS EN ESTADOS UNIDOS

Por Manuel E. Yepe

Con más de 50 millones de personas, según el último Censo Nacional, los latinos constituyen la minoría más importante de Estados Unidos.

En un país de más de 300 millones de habitantes, uno de cada seis se identifica étnicamente como latino o hispánico (término demográfico de reciente invención estadounidense para identificar a quienes hablan español, son nacidos en Latinoamérica, tienen familiares en esa región, o cuyo legado cultural proviene de los antiguos territorios mexicanos).

Esta gran masa de latinos no es solo la minoría más importante de Estados Unidos, sino que, si constituyera un país, éste sería el más numeroso del mundo de habla hispana, por muy compleja y diversa que habría de ser su identidad.

Sin embargo, a su representación numérica no le corresponde aún un poder político, administrativo o financiero equivalente.

Su número, en cambio, se aprecia en las cifras de crecimiento de la fuerza laboral y se refleja en las del enrolamiento en las fuerzas armadas estadounidenses porque, ya sean nacidos en el exterior, en el país con padres indocumentados, o de familias de antiguo legado cultural mexicano, la mayoría comparte la condición de ser pobres.

Así, por razones de ciudadanía combinadas con la pobreza, el servicio militar voluntario se convierte para los jóvenes latinos en un camino, aparentemente corto, hacia el logro de metas básicas: la educación —particularmente universitaria— y la obtención de la ciudadanía o un documento para poder vivir legalmente en el país. Lograr un reconocimiento social largamente denegado suele ser también una motivación para incorporarse.

La inclusión de soldados latinos en “The Wall” -la gigantesca pared de mármol negro que recuerda en Washington a los soldados estadounidenses muertos en Vietnam a quienes se rinde homenaje en el Día de los Caídos o Memorial Day- ha permitido observar que casi cuatro mil de ellos están inscritos allí con apellidos en español.

Pero, más que la ilusión de ser héroes, lo que lleva a los jóvenes latinos a enrolarse en el servicio militar de Estados Unidos —donde el riesgo de muerte para los latinos es un 20% más alto que para los no-latinos, probablemente debido al tipo de tareas encomendadas en los frentes— es la certeza de que no hay alternativa para sus aspiraciones de vivir con dignidad en la tierra donde nacieron de padres indocumentados o donde habitan desde pequeños.

Con la aparición en España del movimiento protesta de los indignados que se ha extendido por todo el mundo y en Estados Unido ha repercutido con características inusitadas al llamado a “¡Ocupar Wall Street!”, han surgido interrogantes acerca de cual será la extensión de la participación de los latinos y los negros en las acciones de protesta de los estadounidenses. El control de los medios de prensa por la oligarquía de Estados Unidos logró inicialmente mantener con un bajo perfil informativo al movimiento OWS hasta que el arresto de 700 personas en el Puente de Brooklyn de Nueva York, unido a la participación de personalidades destacadas, como el cineasta Michael Moore y la actriz Susan Sarandon, hicieron saltar del silencio a un fenómeno tan extraordinario que estaba ocurriendo en el corazón de Manhattan.

Sorprendió a algunos observadores, sin embargo, el hecho de que en el parque Zuccotti, centro de las manifestaciones luego que una sólida barrera policial impidió su acceso a Wall Street, la participación de latinos no era representativa del estado de ánimo en esa comunidad, hecho que sirvió para que los defensores del status-quo argumentaran que las motivaciones para el movimiento no tenían mucho que ver con los latinos.

Se señalaba como un hecho inexplicable que esa comunidad no participara protagónicamente en una protesta generada por la avaricia de los bancos y las desregulación del sistema financiero, cuando los latinos y los negros han sido los primeros perjudicados, particularmente con la perdida de empleos, viviendas y beneficios sociales.

Advertidos de este fenómeno, los líderes del movimiento OWS desarrollan acciones encaminadas a promover la participación más activa de los latinos y los negros identificando sus aspiraciones con las de los demás oprimidos de la sociedad estadounidense.

Y si esa gran masa se incorpora plenamente a las filas de los que dicen representar al 99% de la ciudadanía que sufre los desmanes y abusos cotidianos del 1% más opulento, la correlación de las fuerzas en lucha contra el sistema político y social imperante se hará más claramente favorable a los verdaderos intereses del pueblo norteamericano.

Octubre de 2011.