Alarcón: liberar a héroes cubanos, reto para Obama
Ninguna prueba de que ellos hayan espiado a Washington, manifiesta
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea
Popular de Cuba, dijo que Obama tiene que decidir
"
Obama,
ante la oportunidad de marcar distancia con Bush"
El residente de la Casa Blanca ganó la presidencia, no el poder,
afirma
Protagonista por décadas de los contactos extraoficiales entra La
Habana y Washington, Alarcón tiene puntos de vista privilegiados de
los procesos legales a los llamados Cinco Héroes, que fueron
detenidos bajo el cargo de espiar al gobierno estadunidense
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Lunes 10 de octubre de 2011, p. 10
Se acerca el día de Acción de Gracias y, siguiendo una vieja
tradición estadunidense, el presidente Barack Obama podría decidir
liberar a los cuatro cubanos acusados de espionaje que siguen en
distintas cárceles estadunidenses, utilizando los argumentos que
constan en los documentos de la Corte de Apelaciones y en el
Departamento de Justicia, que en su momento concluyeron que no hay
pruebas de que los detenidos hayan espiado al gobierno y que las
sentencias del tribunal de Miami fueron ilegales y desproporcionadas.
Si el jefe de la Casa Blanca echara mano a esa facultad
constitucional que tiene, “y que es tan estadunidense como el
apple pie”, habría al fin marcado un claro deslinde con las
políticas del ex presidente George Bush, quien siempre optó por
proteger a los grupos terroristas y a las figuras que defienden el
uso de la violencia contra Cuba. Es el presidente de la Asamblea
Nacional del Poder Popular de Cuba, Ricardo Alarcón, quien lanza el
reto a Obama, en entrevista con La Jornada.
“Ése es el desafío que tiene hoy Obama. Tiene que decidir si la
república de Miami es parte de la Unión Americana o un estado
secesionista”.
El pasado viernes, René González Sehwerert, originario de Chicago
pero integrante de la seguridad del Estado cubano, salió de prisión
luego de cumplir 13 años, acusado de conspiración para cometer
espionaje. Siguen presos Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando
González Llort, sobre quienes está pendiente de resolución un juicio
de habeas corpus. Y Gerardo Hernández Nordelo, quien enfrenta
la situación jurídica más complicada, ya que carga con dos
sentencias de cadena perpetua más 15 años adicionales, al ser
declarado culpable de asesinato en primer grado de cuatro pilotos
estadunidenses que volaban avionetas militares sobre Cuba y fueron
derribados por la Fuerza Aérea de la isla.
–¿Qué figura legal tiene Obama para decidir la liberación de los
cuatro cubanos que quedan en prisión?
–Cualquier figura y en cualquier momento. Puede ser indulto, perdón,
amnistía, retiro de cargos. Los presidentes de Estados Unidos suelen
hacerlo sobre todo cuando se acercan fechas como Acción de Gracias o
Navidad. Obama ya lo ha hecho antes.
–¿Incluso en el caso de Hernández Nordelo, que tiene dos condenas
de por vida?
–Incluso en ese caso. No hay que olvidar que consta en los
documentos de la Corte de Apelaciones que la Fiscalía fracasó en
demostrar su culpabilidad en el caso de los cuatro pilotos muertos.
Ese documento es de vital importancia, ya que concluye que el
análisis de las pruebas debe conducir a la absolución del acusado.
El líder de los legisladores cubanos, de 74 años, es uno de los
funcionarios del gobierno de Cuba que mejor conoce los entretelones
de la vida política y legal estadunidense y los entresijos de la
relación bilateral, ya que por décadas ha representado a su gobierno
en negociaciones extraoficiales frente a Washington. Desde el
encarcelamiento de los cinco agentes, ha sido uno de los principales
abanderados en demanda de su liberación. En sus alegatos contra los
juicios de los Cinco Héroes, como les llaman oficialmente en Cuba,
Alarcón suele recomendar: Lean los documentos del proceso judicial,
ya que ahí suelen estar los alegatos más sólidos en favor de los
acusados.
Sostiene: Obama tiene al menos dos argumentos absolutamente limpios
para resolver la libertad de los cuatro. Uno, una declaración del ex
procurador de Bush, Alberto Gonzales, quien en 2006 tuvo que
reconocer que las condenas, como fueron emitidas en una primera
instancia (con tres de ellos sentenciados de por vida), fueron
desproporcionadas, incluso ilegales. Dos, los fallos que emitió el
panel de la Corte de Apelaciones que presidió el juez William Pryor,
símbolo de la ultraderecha, y que obligaron a la juez de Miami Joan
Lenard a reponer todo el procedimiento y a reclasificar las
sentencias. Eso lo puede hacer Obama, y él lo sabe mejor que yo,
porque es muy buen abogado.
Ricardo
Alarcón considera que Obama puede iniciar una nueva etapa en su
régimen si decide liberar a los cuatro cubanos encarcelados y
permitir que René González vuelva a casa
Foto Roberto García Ortiz
Alarcón insiste en que esta salida jurídica “la hemos planteado
nosotros y lo seguiremos haciendo ad infinitum. Pero no sólo
nosotros: nos consta que también se lo han sugerido otros jefes de
Estado muy amigos de Estados Unidos. Según Wikileaks, se lo
propuso el ex primer ministro británico Gordon Brown en su momento,
y el Vaticano”.
Un sentimiento agridulce
Alarcón reconoce que recibió la noticia de la liberación de René
González con un sentimiento agridulce, por la prohibición impuesta
por la juez para que el excarcelado regrese a Cuba en los próximos
tres años de libertad supervisada. Pero agrega que esta restricción
constituye, además, una prueba de que actualmente, aun bajo el
mandato de Obama, hay regiones donde los grupos terroristas
anticastristas siguen activos y gozando de la protección del Estado.
Saca del inseparable portafolio un documento en el que ha subrayado
una frase. Se trata de la respuesta de la juez Lenard a la apelación
que presentó la defensa de González Sehwerert contra las
restricciones de su libertad condicionada, con fecha marzo de 2011.
Además de las medidas usuales, se agrega al liberado una prohibición
de visitar los lugares frecuentados por individuos o grupos
terroristas, miembros de organizaciones que alientan el uso de la
violencia y figuras del crimen organizado.
Añade: Luego entonces, ¿las autoridades saben dónde se reúnen los
terroristas y no van tras ellos, sino que impiden que quien los
infiltró se acerque a ellos? Estas dos líneas deberían ser un
escándalo, porque demuestran la falsedad del discurso antiterrorista
de Estados Unidos.
–¿Cree que estos grupos preparados para atentar contra Cuba siguen
activos en Florida?
–Sí. Lo que no puedo afirmar es que Obama está detrás de ellos. Pero
tiene un reto muy concreto. René hoy está en un lugar seguro en el
sur de la Florida con sus hijas, su hermano, su padre. Pero está
vigilado. ¿Para protegerlo, para atentar contra él, o para evitar
que él haga algo contra los terroristas? Y ya no son Bush y el ex
procurador Alberto Gonzales quienes tienen que responder. Los
responsables son ahora Obama y Eric Holden, el procurador actual.
Obama tiene que escoger ahora si sigue esta política que en su
momento Bush le dictó a la juez Lenard –según ella misma lo admitió–
o toma otro camino. Para él, la vía más discreta y práctica es dejar
que René se vaya.
–¿Cree que pueda tomar esa decisión? Él ha dejado de cumplir
muchos de sus objetivos de cambio más significativos.
–El dilema de Obama es que su elección se dio en el marco de unas
expectativas muy altas. Su principal problema es que para mucha
gente no ha habido diferencia entre él y sus antecesores. Si quiere
ser relecto tiene que diferenciarse un poco. Su problema es que él
ganó la presidencia, no el poder. Por lo tanto, no es tan fácil para
un presidente cambiar las cosas de la noche a la mañana. Pero ¿tiene
realmente interés en que sus seguidores, que hoy están frustrados
por la falta de realizaciones de cambio, se sientan motivadas para
votar? Ése es su dilema. Y puede empezar por aquí, liberando a los
cuatro y dejando que René se vaya para su casa.
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