Personas trans: 10 años por la
inclusión social
Por Marta María Ramírez (www.cenesexualidad.sld.cu)
Galería de fotos de la celebración por el 10mo aniversario
del grupo Trans
Cuentan que Madonna, una travesti
fallecida como consecuencia del síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (sida), preguntó qué tenía que
ver la orientación sexual con la política.
Corría el año 2001, cuando el Centro Nacional de Educación
Sexual (CENESEX) dio voz a más de 20 personas trans para
escuchar sus testimonios y sus demandas.
El CENESEX buscó respuestas a la interrogante de Madonna e
incluyó, además, a las identidades de género en un debate
que se ha extendido a toda la sociedad cubana.
Paralelamente, ha investigado y propuesto soluciones, con
incidencia en las políticas públicas, a favor del respeto a
la libre orientación sexual e identidad de género.
El primer escalón fue formar a personas trans en la
prevención de las infecciones de transmisión sexual (ITS),
entre ellas el virus de la inmunodeficiencia humana,
causante del sida.
En Cuba, la epidemia se concentra en hombres que tiene sexo
con hombres (HSH), una categoría epidemiológica entre la que
se encuentran invisibilizadas las personas transgénero.
“Recuerdo que los primeros encuentros fueron en mi casa”, me
confirma Cindy Palacios, desde Ecuador, vía Facebook.
Hace unos años me contó cómo, en su pequeño apartamento en
el Barrio Chino, de La Habana, se reunían cerca de 10
personas trans para aprender las herramientas para la
prevención de salud, en clases impartidas por la psicóloga
Mayra Rodríguez.
Cindy confiesa que al principio asistían “por convicción y
por la necesidad de reunirnos para aprender sobre nuestras
realidades de las que solo sabíamos lo que vivíamos”.
“Un buen día amanecimos con la noticia de que no podía haber
travestis en nuestras calles, por lo que el grupo se
convirtió también en un amparo ante la transfobia social”,
cuenta Cindy.
El 12 de agosto de 2001, las reuniones comenzaron a sesionar
en un espacio facilitado por el CENESEX, coordinado por
Rodríguez y que dos años después tuvo el apoyo de un
proyecto del Fondo Mundial de Lucha contra el sida, la
tuberculosis y la malaria para la formación de personas
promotoras de salud, con énfasis en las ITS/VIH/sida.
Aunque en los inicios solo participaban personas que se
identificaban a sí mismas como travestis, el grupo se
perfilaba como un sitio de enriquecimiento mutuo de todas
las identidades de género y de la institución estatal que
los acogía, como parte de su misión en la sociedad cubana.
“Cuando nadie nos escuchaba este fue nuestro espacio.
Nuestras opiniones fueron aquí válidas por primera vez y
vimos que buscaban alternativas para soluciones a nuestras
necesidades puntuales”, rememora Malú Cano, facilitadora
nacional del grupo TransCuba, desde 2005.
Según Malú, pronto se dieron cuenta de que podía haber
unidad en el grupo si se incluía a personas transexuales y a
artistas transformistas.
“Antes era impensable que compartiéramos el mismo espacio
porque había diversidad de intereses. Pero funcionó y
funciona”, asegura Malú.
“Compartíamos las tristezas, las alegrías, las emociones”,
repasa Yamel, que llegó a La Habana desde Puerto Padre, a
630 kilómetros al oeste de la capital, a los 15 años
buscando solución para la angustia que vivía como mujer
transexual.
Yamel, que accedió en 2011 a la cirugía de adecuación
genital, encontró en TransCuba un espacio para “dar y
recibir aliento”.
“Aunque cada cual tiene su mundo, he aprendido a entender
todas las realidades porque en las calles todos somos
iguales”, reflexionó.
“Hace 10 años no nos pasaba por la mente que las cosas iban
a mejorar y que el Ministerio del Salud Pública (MINSAP)
dictaría la resolución por la que pudimos acceder a la
cirugía de adecuación genital”, dijo.
El 4 de junio de 2008, el MINSAP aprobó la resolución 126
que regula las cirugías de adecuación genital en Cuba.
Desde 1988 hasta la fecha, se han realizado 16
intervenciones y 3 cambios completos en los documentos de
identidad de estas personas.
TransCuba por los derechos
sexuales
Es común escuchar hoy entre las 595
personas formadas como promotoras de salud sexual, que en
TransCuba han aprendido a defender sus derechos desde la
perspectiva de los derechos sexuales, vistos como derechos
humanos.
“Las personas, por desconocimiento, nos quitaban el derecho
a estudiar y trabajar porque no queríamos vestirnos como la
sociedad determinó que correspondía nuestro género”, aseguró
Malú.
El CENESEX no solo les ha dado las herramientas para
defenderse, sino que las “ha acompañado en la lucha por sus
derechos”, reafirmó.
El grupo se caracteriza por el abandono escolar antes de
concluir la enseñanza preuniversitaria, debido a la
transfobia que persiste en el sistema nacional de educación.
“A veces tenemos miedo a incorporarnos a las aulas, al
trabajo… por la discriminación”, comentó Yamel, que ha
logrado el reconocimiento como peluquera.
Como consecuencia, las personas trans acceden a puestos de
trabajo menos remunerados y algunas se dedican al sexo
transaccional o actividades económicas informales.
“Muchas personas que se dedicaban al sexo transaccional se
incorporaron a oficios como la peluquería o han terminado
sus cursos de superación integral para terminar el
preuniversitario”, afirmó Malú.
Sólo en la capital cubana, TransCuba ha conquistado la
incorporación al estudio y trabajo de más de una veintena de
personas, entre las que figura Malú, que emigró a la capital
también a los 15 años, pero procedente de Cienfuegos, unos
226 kilómetros al oeste de La Habana.
La facilitadora nacional termina el último año de la
enseñanza media y sueña con ser psicóloga para ayudar a
poblaciones de lesbianas, gay, bisexuales y transgénero (LGBT).
“En la actualidad, existen integrantes del grupo que cursan
estudios universitarios de enfermería, arquitectura,
medicina y otras carreras”, expuso orgullosa Malú.
Durante una década, el Centro ha propiciado la capacitación
en imagen social, violencia de género, educación popular y
comunicación social, entre otros temas.
Las personas trans formadas han sido, además, interlocutoras
con las personas heterosexuales y homosexuales, en temas de
prevención, de salud sexual y de derechos.
“Hemos sido profesores de personas heterosexuales como
novios, vecinos y amigos, incluso hasta de profesionales de
la medicina que desconocen muchos de estos asuntos”, apuntó
Cindy.
Aportes a la visibilización de
personas trans
Malú reconoce los resultados de la Campana por el respeto a
la libre orientación sexual e identidad de género y la
Jornada cubana contra la homofobia, impulsadas por el
CENESEX desde 2007.
“Ambas han aportado mucho en términos de políticas públicas
porque muchas personas e instituciones se han unido a
nuestro trabajo. Esto es un logro del activismo y del
trabajo de especialistas del Centro”, opina. E insiste en
reconocer que el CENESEX “ha sido fundamental en la lucha de
las personas LGBT en Cuba”.
Cindy coincide con que uno de los logros más importantes es
que “la sociedad nos haya visibilizado y muchas personas se
hayan sensibilizado con nuestra causa”.
“Funcionarios del gobierno, como el presidente del
parlamento cubano, Ricardo Alarcón, y personalidades de la
cultura, como la vedette de Cuba, Rosa Fornés, nos apoyan y
visitan nuestras actividades”, resalta.
Ella
apunta entre las conquistas los cambios al interior de las
familias. “Nos miran con otros ojos”, acota.
Y Yamel la secunda: “A veces te aceptan como hija, hermana,
como tía. Pero solo como familia, sin entender qué es lo que
pasa ni cómo ayudarte. La familia necesita reunirse,
conversar, aprender y en estos grupos eso se logra”.
En su caso, los grupos de familia le permitieron que su mamá
no solo la aceptara, sino que estuviera tranquila durante la
cirugía de adecuación genital y su recuperación.
TransCuba ha integrado también a las parejas de las personas
transgénero en talleres que trabajan la violencia de género
y otras vulnerabilidades ante el VIH/sida, en estas
poblaciones.
Sin embargo, Cindy asegura “haber entendido juntas que nos
deben valorar por lo que seamos capaces de hacer como
personas, independientemente de nuestra orientación sexual y
nuestra identidad de género”.
Transformando desde el arte
TransCuba ha aportado visibilidad
también a la Campaña por el respeto a la libre orientación
sexual e identidad de género desde espacios culturales
dedicados al arte del transformismo.
El grupo ha impuesto un sello al trabajo de prevención de
las ITS/VIH/sida en Cuba, al realizar acciones de prevención
desde los escenarios, devenido aporte también una
manifestación artística, ligada al teatro vernáculo.
Como resultado,
Riuber Alarcón y
Abraham Bueno, dos de los transformistas del grupo,
están siendo evaluados para su profesionalización como
artistas del Ministerio de Cultura (MINCULT), en un espacio
semanal abierto en el capitalino cabaret Las Vegas, el
pasado 9 de septiembre.
“La incorporación de los transformistas ha permitido
legitimar desde la cultura este arte que debe ser reconocido
en el país por el público y por los decisores”, dice Malú,
que colabora con la producción de los espectáculos en
teatros estatales y se encarga de la Peña Diferente, una
actividad comunitaria mensual del CENESEX.
“Anunciar a transformistas en espectáculos es sinónimo de
que se llene el lugar. Y ya las políticas públicas comienzan
a tenerlos en cuenta para que puedan tener una formación
académica que les permita la profesionalización”, declara.
Entre demandas y realidades
TransCuba
demanda hoy que se respeten todos sus derechos y se plantea,
como grupo, nuevos retos.
Un problema que persiste “es la incorporación de las
personas LGTBI al trabajo”, dice Malú.
Las promotoras —reunidas en el II Encuentro Nacional de
personas Trans que sesionó del 13 al 16 de julio en la
oriental provincia de Santiago de Cuba—, admitieron la
“falta de estabilidad del proyecto trans en algunas
provincias del país, de transparencia de algunos decisores,
y de espacios amigables”.
Para el grupo queda pendiente “incluir el trabajo con las
familias en la mayoría de las provincias y vencer la
transfobia hacia el interior de algunos grupos”.
Cindy acota la necesidad de perfeccionar los mensajes de
prevención del VIH. “Detener la epidemia está en las manos
de quienes asistimos a los encuentros, aunque a veces sea
difícil negociar el condón o no quieran llevar a la práctica
sus conocimientos”, sostiene.
“Hemos subido algunos escalones en busca del objetivo de que
se reconozcan nuestros derechos. Pero nos queda”, reconoce
Malú.
Y sueña con que una vez solucionada la necesidad de la
aceptación social, las personas trans puedan situar, entre
sus primeras demandas, la unión entre personas del mismo
sexo.
Las uniones entre personas del mismo sexo son promovidas
como parte de las reformas al Código de Familia que el
CENESEX impulsa junto al decreto ley de identidad de género
que reconoce los derechos de las personas transexuales, aún
cuando no deseen acceder a la cirugía de adecuación genital.
“Lo fundamental ahora es acceder al estudio y trabajo, luego
vendrán las otras demandas, promovidas por el mayor nivel
cultural y de vida”, dice.
TransCuba en cifras
Cantidad de promotor@s formad@s
por provincias hasta 2011
Provincias
|
Cantidad de
promotor@s formad@ |
La Habana |
389 |
Mayabeque |
7 |
Artemisa
|
4 |
Matanzas |
23 |
Cienfuegos |
12 |
Villa Clara |
9 |
Sancti
Spíritus |
8 |
Ciego de
Ávila |
11 |
Camagüey |
30 |
Holguín |
3 |
Las Tunas |
0 |
Granma |
80 |
Santiago de
Cuba |
16 |
Guantánamo |
Pendiente de
estructurar |
Isla de la
Juventud |
Pendiente de
estructurar |
Total |
595 |
Cantidad de personas
alcanzadas en las 4308 actividades realizadas por promotor@s
hasta 2011
Personas
alcanzadas |
Cantidad |
HSH |
24543 |
Hombres |
7986 |
Mujeres
|
9676 |
Total |
42405 |