Granma Daily
November 19, 2005
International Drug Traffickers Convicted
by Alexis Rojas Aguilera

A CubaNews Translation
Edited by Walter Lippmann

HOLGUÍN.—Harsh prison sentences were dictated last Friday September 16 by the 5th People’s Tribunal Criminal Court, in Holguín province, to Jamaican citizens Rudolph Allem Block, Malson Cambell and Robert Wallace on charges of international trafficking in hallucinogenic substances.

the drug scourge calls for far and wide nonstop, flat-out confrontation because of its harmful impact on society.

 

As it was publicly announced, the court sentenced Mason Cambell to 20 years in prison, Rudolph Allem Block to 18 years and Robert Wallace to 17 years.

At the preliminary hearing during the preparatory stage of case 243 of 2004, the Prosecution proved that on November 9, 2004 the accused entered Cuban territorial waters near Burro Key, in Frank País municipality, transporting an undetermined consignment of Cannabis Sativa Indica (a.k.a. marijuana), of which a total amount of 610,8 kilograms were seized, confiscated and destroyed a few months ago in Las Tunas province, an action witnessed by both national and foreign journalists accredited to Cuba.

With purposes of personal profit, the accused departed from Salt Gut Boy St. Anes, Jamaica, at 2:05 a.m. on November 6 last year (according to the sophisticated GPS device and other communication and navigation equipment they had), on board of ‘Nuff Respect’, an Oceanic-type, 7.10-meter-long and 2.34-meter-wide speedboat provided with two powerful Yamaha outboard engines, apparently headed for the Bahamas.

Warned by Jamaican Defense Forces about the departure of a boat suspected of carrying drugs and their interest in catching the crew, all of whom had a criminal background, Cuba’s Border Patrol undertook actions to search for them in an operation that ended in the abovementioned date.

When captured, the boat had run out of fuel and was adrift and empty of any cargo, because the three crew members –who carried no identification whatsoever– had thrown the bales overboard and cleaned up their vessel either after they were sighted by U.S. Coast Guards who GI’d it, albeit perfunctorily; or in view of a likely encounter with Cuban coast guard officers.

Once the boat was seized and its crew placed in preventive custody, a multi-skilled team of investigators was set up in Holguín who, after a thorough probing of the vessel and a number of laboratory tests using various techniques –including sniff dogs–, ascertained the presence of narcotic residues in various spots (on both the portside and starboard edges as well as by one cover on deck) and inside a green backpack owned by Malson Cambell that was found in the bow cabin.

Some garments kept in Cambell’s backpack were found to have hashish seeds and vegetable particles in their pockets, namely in a pair of shorts, a trouser and a shirt.

Particles were also discovered on deck, under the bridge and astern, in addition to a roll of adhesive tape and a length of plastic cord confirmed by the criminal investigation laboratory as not only similar but identical to the ones used to bind the marijuana bales, by then run aground or recovered from the sea by Cuban officials.

Furthermore, sniff dogs detected the presence of such abusive drug inside a yellow bag in the life raft located under the bridge.

Laboratory analyses also verified that there were traces of marijuana in Malson Cambell’s and Robert Wallace’s bodily fluids.

Nearby the spot where ‘Nuff Respect’ was caught, Cuban Coastguard Troops vessels, together with other coastal boats and patrols, seized up to 24 white sacks or containers and 27 loose packages, enough to make 40 million doses of this narcotic.

Prosecutors presented all this and other evidence to prove that the accused had intentionally cut the fuel pump hose to alibi the stopping of the speedboat (and therefore the throwing of its cargo into the sea) or the fact that the seized volume perfectly fit in the vessel, and counted upon depositions by over ten witnesses and experts summoned to the preliminary hearing to, on the whole, testify to the seriousness of these facts, their social and economic implications, and the potential damage inherent to the dreadful shipment, and went on to point out Cuba’s firmness and determination in fighting this scourge of humanity.

Held with all respect to due process, the trial for this crime referred to as international drug trafficking heard the prosecution’s charge, the defense attorney’s plea and the defendants’ statement.

 

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Granma Diario
19 de diciembre 2005
Sancionan a traficantes internacionales de drogas
http://www.granma.cubaweb.cu/2005/11/19/nacional/artic01.html
 

Alexis Rojas Aguilera

HOLGUÍN.—Fuertes sanciones de privación de libertad fueron aplicadas contra los ciudadanos jamaicanos Rudolph Allem Block, Malson Cambell y Robert Wallace, por el delito de tráfico internacional de drogas alucinógenas, como resultado del juicio seguido el viernes 16 de septiembre último, en la Sala V de lo Penal del Tribunal Popular de la provincia de Holguín.

El flagelo de la droga requiere, en todas partes, de un enfrentamiento constante y enérgico por el daño que causa a la sociedad.

El fallo del tribunal, dado a conocer aquí, señala para Malson Cambell la imposición de 20 años, 18 para Rudolph Allem Block y 17 para Robert Wallace.

Durante la vista oral del expediente de fase preparatoria 243 del 2004, el Ministerio Fiscal evidenció que los encartados penetraron en aguas cubanas a la altura de cayo Burro, municipio de Frank País, el 9 de noviembre del 2004, con un alijo indeterminado de Cannabis Sativa Indica (conocida por marihuana), del cual fue ocupado, incautado y destruido un total de 610,8 kilogramos, acto este último realizado en la provincia de Las Tunas, en presencia de la prensa nacional e internacional acreditada en el país, hace breves meses.

Con ánimo de lucro personal, los acusados partieron de Salt Gut Boy St. Anes, Jamaica, a las 2:05 horas del 6 de noviembre del pasado año (según refiere el sofisticado equipo GPS de posicionamiento global que portaban, entre otros medios de comunicación y navegación), a bordo de la lancha rápida modelo Oceanic, denominada Nuff Respect, de 7:18 metros de eslora (largo) y 2:34 de manga (ancho), equipada con dos potentes motores Yamaha fuera de borda, al parecer en ruta hacia Bahamas.

Alertadas las Tropas Guardafronteras cubanas, por las Fuerzas de Defensa de Jamaica, sobre la partida de la lancha sospechosa de conducir drogas y el interés por la captura de sus tripulantes, todos con antecedentes en su país de origen, se iniciaron las acciones para la búsqueda de la embarcación, operación culminada en la fecha mencionada.

Al momento de ser apresada, la embarcación estaba al pairo por falta de combustible, con sus tres tripulantes —que no portaban identificación alguna—, en tanto el estupefaciente no se encontraba a bordo, pues lo habían arrojado al mar y limpiado la lancha tiempo antes, por la proximidad de un Guardacostas de los Estados Unidos que los inspeccionó sin empleo de técnicas profundas; o ante la certeza de un encuentro con unidades de las TGF de Cuba.

Después de la captura de la embarcación y la detención preventiva de sus ocupantes, en Holguín fue creado un equipo investigador multidisciplinario para la ejecución de un minucioso sondeo en la lancha e investigaciones de laboratorio con el empleo de diversas técnicas —la canina incluida— que logró establecer la presencia de residuos del estupefaciente señalado en varios sitios de la lancha (bordes de babor y estribor, y sobre una tapa de la cubierta) y en una mochila verde propiedad de Malson Cambell, encontrada en el camarote de proa.

Entre las prendas de vestir contenidas en la mochila de Cambell fueron localizadas semillas y partículas vegetales de marihuana en bolsillos de un short, un pantalón y una camisa.

También se encontraron partículas en la cubierta, debajo del puente de mando y en la popa de la embarcación y, además, un rollo de cinta adhesiva plástica de características similares a la empleada en los alijos y un trozo de soga de nylon idéntico al empleado en amarrar esos paquetes, para entonces detectados y recuperados en el mar o como recalos en la costa, por las autoridades cubanas.

El laboratorio de criminalística comprobó que los elementos encontrados no solo eran similares, sino iguales que los utilizados en el embalaje de la marihuana encontrada.

Por igual, en la balsa salvavidas localizada debajo del puente de mando que contenía un maletín amarillo, la aplicación de la técnica canina estableció la presencia de esa droga de abuso.

Los análisis de laboratorio comprobaron, asimismo, la presencia de trazas de marihuana en los fluidos corporales de Malson Cambell y Robert Wallace.

En el área próxima a donde fue capturada la Nuff Respect, se ocuparon por unidades de superficie de las TGF, otras embarcaciones y patrullas costeras, un total de 24 sacos blancos o contenedores y 27 paquetes sueltos, material suficiente para confeccionar 40 millones de dosis de este estupefaciente.

Todas esas evidencias y otras pruebas, como el corte intencional de las mangueras de combustible para la alimentación de los motores a fin de justificar la paralización de la nave (y por tanto el arrojamiento de la carga al mar) o el hecho de que el volumen de drogas ocupado cabía perfectamente en la lancha, fueron aportadas por la fiscalía.

Y también por más de una decena de testigos y peritos que expusieron en el acto oral, todo lo que, de conjunto, mostró la gravedad de estos hechos y sus implicaciones sociales y económicas, y los daños que hubiera generado la fatídica carga. Asimismo la firmeza y verticalidad de Cuba en el combate contra tal flagelo que azota a la humanidad.

El juicio por este delito calificado de tráfico internacional de drogas, realizado con todas las garantías del debido proceso, permitió escuchar la acusación de la fiscalía, el alegato del letrado de la defensa y las declaraciones de los acusados.