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http://www.radio-miami.com/AUDIO.DIAS/DIA.16/REPLICA.mp3
Texto:
http://www.radio-miami.com/DIAS.TEXTOS/DIA.16/replica.html
Elián: Y
el niño se hizo hombre.
Nunca antes en la historia un pequeño niño de apenas cinco
años de edad llegó a ser tan famoso como él. Apareció sorpresivamente
en la escena para ganar notoriedad mundial, rodeado en el
misterio de una tragedia en el mar, en la que su madre
perdió la vida para ser rescatado él, de las aguas
turbulentas del estrecho de La Florida en lo que pareció
ser un hecho milagroso- así muchos lo quisieron creer- rodeado
de delfines protectores que lo guiaron y salvaron de una
muerte inexorable como antes tantas veces había ocurrido
con otros miles de cubanos que intentaron sin éxito,
desafiar las inclemencias del tiempo en las aguas traicioneras
de las 90 millas que separan a Cuba de
los Estados Unidos.
De
aquel memorable acontecimiento queda todavía vivo en el
recuerdo la batalla legal y moral de un padre amoroso y
ejemplar, Juan Miguel, un sencillo y humilde obrero cubano
de Cárdenas- la ciudad Bandera- dispuesto a luchar
hasta el fin por
el rescate de su pequeño
hijo, su tesoro filial, secuestrado por los mercaderes del
odio que en una locura de egoísmo aberrante convirtieron a
Miami en un verdadero Infierno, centro de la atención
mundial.
Miami por entonces pareció convertirse en circo. Y como
objeto principal del carnavalesco y a la vez trágico y
cruel espectáculo, un niño cautivo, Elían González, trofeo
de guerra de la batalla contra Cuba y su pueblo, que
exhibían aquí desvergonzadamente, ante las cámaras de
televisión y la prensa internacional, los inescrupulosos
parientes lejanos de la infeliz criatura, víctima de un
exilio intolerante, enfermo de odio y sediento de venganza
contra el pueblo cubano de la isla, que reclamaba la
devolución su padre del niño secuestrado en Miami.
Afortunadamente
aquel drama humano tuvo un final feliz.
El niño
regresó a Cuba con su padre, como tenía que ser- Y allí con
el cariño de los suyos y el amor de su pueblo, el dolor
de la tragedia fue quedando atrás. Elián González, el
niño de ayer de rostro de ángel y cautivadora sonrisa, es
hoy un adolescente de cuerpo grácil y carita de hombre, que
nos invita a pensar cuando lo vemos vistiendo su impecable
uniforme de joven estudiante de una escuela cubana en el
Congreso Nacional de la UJC .
¿
Que hubiera sido del niño Elián González si sus parientes
lejanos con la Mafia cubana que estaba detrás hubieran
logrado sus propósito malvado con sus influencias, dinero y
poder?
Imaginemos por unos instantes a un niño Elián separado de
su padre y su verdadera familia en Cuba, viviendo en Miami
bajo la tutela de sus parientes lejanos, ávidos de notoriedad
y fortuna, sin más amor para la criatura, que la codicia que
se deriva de la explotación y el abuso de su fama.
Los millones de dólares estaban acá, del otro lado de las
90 Millas.
Por eso y para eso, para explotar su inocencia, era que sus
lejanos parientes secuestradores, querían al niño Elián en
Miami.
Contrato
de la compañía de comidas rápidas McDonald, cinco millones
de dólares por derechos de usar su carita de ángel
comiendo “hamburgers”. Otros cinco millones por aparecer
Elián bebiendo Coca-Cola. Tres millones más por anunciar
zapatos tenis de la marca Nike. La Adiditas se quedaba atrás.
Otro millón por una visita a DisneyWorld junto al Pato
Donald y el Ratón Miguelito .
Dirían los anuncios publicitarios:”Elián compra sus juguetes
en “Toy ar Us”. Y por ese comercial en televisión, otro par
de millones más. ¿Que helados toma mi niño? De la marca
Borden que es el helado que prefiere Elián. Y así, un
millón detrás de otro millón, hasta llegar a una fabulosa
fortuna. Ese era el sueño- digo yo- que tenían en la
cabeza los parientes lejanos del niño Elián.¿ Que si no
eso?
Pero la historia no resulto como la imaginaron los del
lado de acá. Elián González tiene un padre que supo
luchar por él hasta la victoria con el apoyo de Cuba, de su
pueblo y la conciencia mundial. Prevaleció la cordura, la
justicia y la razón, dejando a un lado la locura insensata
de un Miami infernal.
Elián González es hoy en su patria, la de verdad, un joven
cubano más. Vive una vida feliz junto sus hermanos y su
verdadera familia, lejos de este Miami revuelto y brutal que
una vez quiso convertirlo en muñeco de trapo para explotar
su imagen de carita de ángel vendida al anunciante mejor
postor.
Elián González no tiene dinero. Pero Elián tiene
vergüenza, que vale más que el dinero. De su padre Juan Miguel
lo aprendió. Vergüenza contra dinero, que en Cuba siempre
habrá quien no se venda y sepa decir que no.
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