|
||||
La Habana, viernes 5 de febrero de 2010. Año 14 / Número 36 Telefonía pública ¿A quién perjudica el vandalismo? Lianet Arias Sosa Los hechos hablan. Las pérdidas¼ también. Más de 250 acciones atentaron contra la telefonía pública el año pasado. Solo en el caso de las redes, donde ascendieron a 92, representaron daños valorados en unos 46 000 pesos. Imágenes como estas son lamentables Si el perjuicio económico importa, pesa más el costo social. En Cuba, donde la densidad telefónica es baja, los servicios públicos resultan imprescindibles. El director de Telefonía Pública de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), Armando Arango, destaca que suman 53 000 los servicios de este tipo en el país. Existen los centros agentes y comunitarios, mientras un total de 35 000 teléfonos están expuestos y constituyen los blancos más fáciles para el maltrato. Averías en los microteléfonos, en los displays, así como robos de los teléfonos monederos y las cápsulas, son algunas de las acciones más recurrentes. Villa Clara y Granma encabezaron en el 2009 a las provincias con mayor cantidad de hechos. En Ciudad de La Habana los municipios de Diez de Octubre y Arroyo Naranjo lideran el triste indicador. Pocos años atrás, las acciones de este tipo llegaban a mil. Fue entonces cuando ETECSA decidió implementar campañas de comunicación pública que informaran y orientaran a la población sobre lo que estaba sucediendo. El programa incluyó a diversas organizaciones. Los CDR se responsabilizaron con el cuidado de los teléfonos públicos, mientras los trabajadores de la Unión de Empresas de Materias Primas fueron capacitados para detectar un posible hurto cuando llegaran a ellos cables o dispositivos propios de las redes. La Policía resultó eslabón esencial. Las patrullas de carreteras, sobre todo, se han encargado de evitar robos en la también llamada planta exterior. Gracias a las soluciones adoptadas y al concurso de organizaciones y entidades, los hechos esclarecidos han aumentado. El histórico 9% ascendió a 14% en el 2009. También se elevó el número de personas detenidas. Aun así, parece que las medidas son insuficientes, sobre todo cuando los testigos de estos hechos vandálicos optan por dar la espalda a un asunto que, en realidad, concierne a todos. Quién atente contra esa o cualquier otra propiedad social debe pagar por los daños físicos y los que repercuten en la sociedad al afectar el servicio. El peso de la ley ha de caer con severidad sobre los infractores. La venta de la tarjeta Propia resulta bastante inestable. ETECSA alude a problemas técnicos, pero lo cierto es que, por ello, los teléfonos monederos siguen jugando un papel esencial. ¿Cuánto cuesta el más barato?: unos 800 dólares. "El teléfono monedero es complicado, costoso en las operaciones. Tiene piezas que no llevan otros. Nuestras monedas no tienen la calidad requerida y muchas veces el validador de monedas no funciona adecuadamente", señala Arango, para luego agregar que hoy, el 62% de los teléfonos monederos, tiene más de 10 años de explotación. La existencia de unos 15 modelos de terminales públicos también dificulta la labor de los técnicos. Brechas en la preparación del personal y la diversidad de las piezas, hacen de la rotura un problema mayor. Por otra parte los directivos admiten que otra de las causas que generan actitudes poco reprochables hacia el teléfono público, reside en una avería que el operador encargado no haya detectado aún. El teléfono se traga dos monedas y el usuario entonces, la emprende con la máquina. No se justifica la actitud del hombre, pero resta a ETECSA garantizar que esas roturas duren el menor tiempo posible. Para minimizar los daños, la empresa de Telecomunicaciones opta por consolidar los sistemas de seguridad, pero también por comprar equipos más fuertes. Sin embargo, el respeto y la ayuda de los cubanos seguirá siendo columna vertebral. Perjuicios o bondades de la telefonía pública dependerán de ello. http://www.granma.cubaweb.cu/2010/02/05/nacional/artic07.html |