It’s not paradise, but it’s Cuba
By Andrés Gómez

September 3, 2009

A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.

Miami.- Summer has been remarkably hot on the Island this year, not to say the hottest in living memory, according to most Cubans. They put it down to the world environmental crisis, much as the unbearable temperatures last July were reported by the local media to be barely a match for those reached in July 1941. So go figure…

However, given that the overwhelming majority of Cubans had not even been born in 1941, and those who are 68 or older have probably forgotten how hot it was then, the above assertions are right on the mark.

I spent several weeks in Havana recently, and while there I kept up to date through the Internet –out of professional obligation and, I must admit, a certain degree of masochism– with the deranged, terrifying description made by the Miami media of what life is like in Cuba, totally “detached from reality”, like the dictionary says.


It’s a false image, albeit one with a clear-cut purpose: discredit the Cuban people, their government’s undeniable attempts to build, in spite of everything and with the support of the vast majority, a better society, something quite different from what can be accomplished here [i.e., in Miami, ed.]

This summer in Havana has gone by normally, with most people on vacation since mid-July, as is the custom in Cuba. Others had to keep (roughly) working against their best wishes and instincts, while the youngest ones –of whom there are loads–have been up to their old tricks in streets and parks. And again I say, because it’s been scorching hot, we’ve all sweated buckets.


Those in charge of running errands at home have kept dropping by markets, groceries and bakeries as usual. In the farmers’ markets, state-owned or otherwise, produce bins are brim-full of rice, corn, beans, onion, garlic, root and garden vegetables and fruit –which are in season– at affordable prices set by the state. Oh, and plantain, long out of the picture after the two terrible hurricanes a year ago, is really great these days, much like the big, sweet and extremely tasty mangoes you can buy anywhere.

Thanks mainly to the new ovens installed, there’s been no shortage of bread, crackers, breadsticks and pastries, now better than ever. Pork and mutton are available, although their price is still beyond most people’s reach.

You can buy only so many eggs through the rationing system, but as many as you want in public markets and some hard currency stores. You get some chicken with your ration book too, and also in hard currency markets or “por la izquierda”[1]. See? Even that is done “on the left” there and not on “the right”…

Certain goods usually for sale in hard currency have become scarce, none critically important, even if toilet paper and tooth paste have been in short supply in most stores. Beef, generally available at a very high price -as befits a luxury impossible to place within most people’s means– has been hard to find even in the convertible peso market, but who would get wise of such fact, anyway?

Despite restrictions on fuel consumption, the rising temperatures and the higher number of people using public transportation these days, the bus service has been up to par, particularly the beach routes. Both the beaches and every coastal stretch in the capital city, including the seawall avenue, have been crammed with swimmers bent on enjoying these lovely warm waters.

And how am I going to end this article here in Miami without mentioning “the concert”? A ludicrous scandal, if a dangerous one, made up by the Miami-based counterrevolutionary right-wing and its press, which reveals once again their reactionary, aggressive and obscene nature, as well as their political impotence and shortcomings.

In Cuba, Juanes is just another singer whose decision to perform in Havana together with other musicians is a sign of both their good feelings for the Cuban people and their personal and professional courage. And Cubans are a grateful people who appreciate integrity and bravery. Nonetheless, be it in Havana or elsewhere in the Island, the public will have the last word about this concert on the basis of how well they will sing and play, a challenge in itself, for we in Cuba have known for ever and ever what good music is all about.

 

[1] Literally, on the left, meaning the black market or other means which are equally “not right”. (T.N.).


http://www.cubadebate.cu/opinion/2009/09/03/no-es-el-paraiso-pero-es-cuba/

   
   


No es el paraíso pero es Cuba


3 Septiembre 2009

Miami.-  Este verano en Cuba ha sido tremendamente caluroso, de acuerdo a la mayoría de los cubanos, el más caluroso que recuerdan.  Éstos lo achacan a la crisis ambiental mundial aunque en semanas recientes a través de la prensa nacional se supo que las insoportables temperaturas en la Isla durante el mes de julio pasado sólo empataron las sufridas durante el mes de julio de 1941. Así que vaya usted a ver…

No obstante, dado que la inmensa mayoría de la población cubana no había nacido en 1941, hace 68 años, y los que tienen 68 años de edad o más no deben recordarse del calor sufrido durante aquel lejano verano, los cubanos no se equivocan en su apreciación que este es el verano más caluroso jamás.

Recientemente, mientras estuve durante varias semanas en la Isla, principalmente en La Habana, me mantuve al tanto por internet - por obligación profesional aunque debo admitir un tanto de masoquismo- de la delirante visión de la prensa miamense a cerca de la realidad cubana.  Fantasmagórica es la visión que crea esa prensa miamense de la realidad de la Isla, completamente como indica el diccionario “desprovista de la realidad”. 

Falsa visión que sin embargo tiene como muy bien definida finalidad la de desprestigiar al pueblo cubano, a su gobierno, y a su innegable obra de hacer, con el apoyo de la inmensa mayoría y, a pesar de todos los pesares, una sociedad mejor. Algo muy diferente a lo que se puede lograr aquí.

En La Habana la vida este verano ha transcurrido normalmente. En toda la Isla la mayoría de la población ha estado de vacaciones desde mediados de julio, así es Cuba: desde mediados de julio; otros, a los que les ha tocado seguir trabajando, en contra de todos sus instintos y deseos, han tenido que trabajar (más o menos); y los más jóvenes -de los que hay un montón- han estado mataperreando en las calles y en los parques. Y repitiéndolo, porque ha sido de anjá, todos hemos sudado los calores.

Los que en sus casas se encargan de esas faenas han ido a los mercados, a la bodega y a la panadería a comprar los mandados. En los mercados agropecuarios, en los estatales y en los otros, el arroz, el maíz, los frijoles, la cebolla, el ajo, así como las viandas, las hortalizas, los vegetales y las frutas, que están en temporada, han estado abundantes y a precios controlados por el Estado. Ah, este verano los plátanos vianda que se habían desaparecido después de los dos terribles ciclones de hace un año, están hermosos, y los mangos han estado grandes y dulces, tremendamente sabrosos.

El pan, las galletas, los palitroques y los dulcecitos están siendo hechos más sabrosos -principalmente debido a la nuevas máquinas instaladas- y no han faltado.  La carne de cerdo y de carnero están disponibles y como de costumbre sus precios siguen por las nubes.

Los huevos de gallinas se consiguen por lo que queda de la libreta, por venta libre en establecimientos estatales y en algunos mercados en divisa. Y la carne de pollo se consigue, poquito, también por la libreta, además de en los mercados en divisa, y por la izquierda. Vieron: “por la izquierda”, hasta de esa manera, allá es “por la izquierda” y no por “la derecha”…

Han habido faltantes de ciertos productos normalmente disponibles en divisa aunque ninguno ha sido de importancia crítica.  Aunque en la mayoría de estos mercados ha faltado el papel higiénico y la pasta dental. Y la carne de res, normalmente disponible a altos precios -como lujo que es al no poder estar disponible a la gran mayoría de la población-  durante el verano ha faltado en estos mercados, pero, en este caso, ¿quién se ha dado cuenta? 

A pesar de las restricciones impuestas en el gasto del combustible el servicio de las guaguas ha estado satisfactorio, a pesar de ser verano y de haber un mayor número de personas requiriendo de transporte público; y ha estado bueno en el camino a las playas.  Playas que han estado repletas de gente, así como cualquier tramo de costa capitalina, incluyendo el Malecón, disfrutando de un mar con temperaturas exquisitas.

 ¿Y cómo voy a terminar este trabajo habiendo regresado a Miami sin hablar “del concierto”?   Ridículo, aunque peligroso, escándalo inventado por la derecha contrarrevolucionaria miamense y su prensa que demuestra, una vez más, su carácter retrógrado, agresivo y procaz, y su quiebra e impotencia política.

En Cuba, Juanes, es un cantante más, quien a través de esta decisión –él y los otros cantantes que lo acompañarán a La Habana– demuestran buena voluntad al pueblo cubano además de coraje personal y profesional. Y el pueblo cubano es un pueblo agradecido que estima la entereza y el valor. Aunque en La Habana y en toda la Isla, sin lugar a dudas, la última palabra del público sobre el concierto será basada en cuán bien canten y toquen, que es un reto, ya que en Cuba -por los siglos de los siglos- hemos estado acostumbrados a la buena música.