July 4 2009 
STORIES OF THE WORLD 
Cuban TV airs its own CSI 

Specialists from "Tras la Huella" (Follow the Clue) can uncover a murderer from a lash left at the crime scene, or imprison a butcher after finding a cow sacrificed without permission in his back room.

By Fernando García | Havana. Correspondent
A CubaNews translation by Giselle Gil
Edited by Walter Lippmann


04/07/2009
Updated at 00:35h  

Casi real. Una imagen promocional de la serie Tras la huella, que dramatiza casos reales investigados por los grupos especiales de criminalística del Ministerio del InteriorMasseurs with important patients sell information wheedled from them under the heat of the rubs to the CIA. Workers of a state cement plant manage to steal tons of material carrying off small quantities at a time. A jinetera (hooker) and her mother plan the murder of her boyfriend to keep the house and solve their housing problem. These are real cases investigated by special Criminal Investigation Groups of the Ministry of the Interior and then dramatized and faithfully reproduced in 'Tras la Huella (Follow the Clue)’, the successful CSI of the Cuban television. 
 
The formula of the series and the investigation methods of the police seem copied after the American series 'Crime Scene Investigation'. But, the likeness ends here and the particularities of the edifying and hiper-realistic revolutionary island serial begin.  
 
The specialists of 'Tras la huella (Follow the clue)’ can discover a murderer because of a lash left behind at a crime scene, and they can just as easily imprison a butcher when finding the skeleton of a cow sacrificed without permission in his back room. This is what happened in two Sundays ago. One of  the men of lieutenant colonel Raul, head of the Special Group of the series, set down part of a bovine skeleton on the table of the suspicious butcher as proof of his implication in a crime strongly pursued in Cuba: "unauthorized livestock sacrifice", punishable with up to 10 years in jail. In the same episode, the special unit caught those responsible for several "State resources deviations", like cement, medicines and agro-market produce,. They also deal with cases of "illicit economic activity" (illegal businesses) and cases of "weight alterations in commercial establishments". These crimes are very common in Cuba today.

Other ‘Tras la huella’ episodes have shown operations against the mafias that live off the balseros or against nets of corrupt managers. At the end of each episode, the sanctions imposed on the criminals, unfailingly caught and convicted, are shown.  
 
Everything one sees in ‘Tras la huella’ is true, except for the names of policemen and criminals. No wonder, the serial is produced by the Ministry of the Interior; whose headquarter facade with the silhouette of Che is the final image of each episode. What looks like science fiction are the sophisticated means the Special Group has.    
  
Object of frequent critics, both in favor and against, 'Tras la huella” is a popular series. Some surveys give it a 90% audience rate. Maybe its success has to do with the fact that the series compensates for the absence in the means of what we call here "the red chronicle": a gender forbidden in Castro's Cuba. 


http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20090703/53738295086/la-tele-cubana-emite-su-propio-csi-estado-cia-castro-raul-che.html
   
   

HISTORIAS DEL MUNDO

La tele cubana emite su propio CSI

Los especialistas de 'Tras la huella' pueden descubrir a un asesino porque perdió una pestaña en la escena del crimen o encarcelar a un charcutero al hallar en su trastienda una vaca sacrificada sin permiso

Fernando García | La Habana. Corresponsal | 04/07/2009 | Actualizada a las 00:35h | Internacional
Casi real. Una imagen promocional de la serie Tras la huella, que dramatiza casos reales investigados por los grupos especiales de criminalística del Ministerio del Interior /   CITMATEL

Masajistas con pacientes importantes venden a la CIA información sonsacada al calor de las frotaciones. Trabajadores de una cementera estatal se las apañan para robar toneladas de material a base de pequeñas sisas. Una jinetera y su madre se confabulan para matar a la pareja de ésta a fin de quedarse con la casa y resolverse el problema de la vivienda. Son casos reales investigados por los grupos especiales de criminalística del Ministerio del Interior y luego dramatizados pero fielmente reproducidos en 'Tras la huella', el exitoso CSI de la tele cubana.

La fórmula de la teleserie y los métodos indagatorios de los policías parecen calcados de la propia 'Crime Scene Investigation' norteamericana. Y ahí se terminan las semejanzas y empiezan las particularidades del ejemplarizante, hiperrealista y siempre revolucionario serial isleño.

Los especialistas de 'Tras la huella' pueden descubrir a un asesino porque perdió una pestaña en la escena del crimen, pero tan normal como eso es que enchironen a un charcutero al hallar en su trastienda una osamenta de vaca sacrificada sin permiso. Así ocurrió en el capítulo de hace dos domingos. Uno de los hombres del teniente coronel Raúl, jefe del Grupo Especial de la serie, plantaba un pedazo de esqueleto bovino en la mesa del chacinero sospechoso como prueba de su implicación en un delito fuertemente perseguido en Cuba: "sacrificio de ganado mayor", castigado con hasta 10 años de cárcel. En el mismo episodio, la unidad especial atrapaba a los responsables de varios "desvíos de recursos" del Estado, como cemento, medicinas y alimentos del agromercado, así como de casos de "actividad económica ilícita" (negocio ilegales) y de "alteraciones de pesos en establecimientos comerciales": delitos muy comunes hoy día en Cuba.

Otros capítulos de 'Tras la huella' han mostrado operaciones contra las mafias que viven de los balseros o contra redes de directivos corruptos. Tras relatarse el desenlace de cada caso, la pantalla muestra la condena que le fue impuesta al culpable, indefectiblemente atrapado y condenado.

Todo lo que se ve en 'Tras la huella' es cierto, salvo los nombres de policías y delincuentes. No en vano la serie está producida por el Ministerio del Interior, cuya sede con la fachada cubierta por la silueta del Che es la imagen final de cada episodio. Lo que parece de ciencia ficción son los sofisticados medios con las que cuenta el Grupo Especial.

Objeto de frecuentes críticas a favor y en contra, 'Tras la Huella' es una serie popular. Algunos sondeos sitúan su tasa de audiencia en torno al 90%. Puede que su éxito tenga que ver con el hecho de que la serie compensa la ausencia en los medios de lo que aquí se llama "crónica roja" o de sucesos: un género proscrito en la Cuba de los Castro.