March 20, 2009

A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.

From the foreign press

“Plan Colombia needs to end”

VP Francisco Santos says

BOGOTA.— He makes no bones about saying that the treatment Colombia has received on the part of sectors of American civil society and the U.S. Congress is “unfair” and, like so many Colombians, he has felt “humiliated".

Colombian vice president Francisco Santos. 

What’s your opinion about Plan Colombia?

It has already fulfilled its purpose.

What does that mean?

That it is not necessary now. I know that this goes against what the President [Álvaro Uribe] and the Minister of Defense say, but I believe that it is time that we measure the political cost along with its effectiveness.

What is Plan Colombia, really?

It is 550 million dollars of aid of which the third part goes to contractors. 400 million are left to us. Fifty percent goes to social projects, which we could take over ourselves, and the other half, some 200 million, does go to Plan Colombia. A large part of this money is spent on gasoline and transportation.

Popular sectors oppose Plan Colombia

I’ll be sincere: Plan Colombia has helped us a lot and was very important at a critical moment, from the political to the police and military against narco-trafficking. Now, it is not needed. Because of it our country has to pay too big a price in terms of dignity.

What do you mean?

“The treatment that we have received on the part of sectors of American civil society and on the part of sectors of the Congress of that country is unfair to Colombia. And I’ll say something more: it is despicable. Look: like so many Colombians, I have felt humiliated in scenarios where they have mistreated us.

But what relation exists between the mistreatment you denounce and Plan Colombia?

It’s that a small political sector that has dominated with a negative vision of Colombia in Congress asks us to submit silently to the outrage and to bow down reverentially or, if not, they threaten not to give Plan Colombia.

Will its termination not affect the eradication of coca crops?

We are eradicating with our own money. Manual eradication, which has been proved to be more effective than fumigation, reached 90 thousand hectares last year.

And ending Plan Colombia won’t mean a fight with the United States?

By no means. For what I have said I will surely have my ears pulled by the foreign minister, but I believe that it is the moment for our relations to evolve to where there is no Plan Colombia, and to design a different policy with the United States; to seek a rethinking that brings us to where we are allies with common interests, allies with common objectives, common values because we have the same democratic values, but allied not with the asymmetry that there is today, but looking face to face, country to country. With mutual respect.

(Excerpts from an interview published in El Tiempo)

original EL TIEMPO interview:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3359075


March 20, 2009

Disagreement over the statements

The statements fueled debate in Colombia. While the opposition cheered and called them proof that Alvaro Uribe’s government admits to the failure of the anti-drug program Washington designed for Colombia, supporters of the government disagreed with Francisco Santos’s words.

"The Vice President told a truth that neither Uribe nor his Foreign and Defense Ministers can make public: that the anti-drug strategy failed. Drug trafficking cannot be fought solely with bullets and smart bombs", the opposition Senator Gustavo Petro pointed out to AFP.

In turn, former Colombian police director Luis Ernesto Gilibert rebuffed Santos’s idea, saying that, should Plan Colombia be called off, “it must be a strategy decided in common agreement with the U.S. government taking into account its obvious achievements".

For the last two years, the U.S. Congress has cut down on Plan Colombia, signed by presidents William Clinton (1993-2001) and Andrés Pastrana (1998-2002) and extended by George W. Bush to the fight against the rebel forces.

The presence of U.S. military personnel in Colombia is a cause for concern and strain with neighboring countries. Both the Pentagon and the CIA are held to have provided cover and support to the Colombian army’s raid on a FARC’s camp on Ecuadorian soil a year ago which led to growing tension in the region and a break in bilateral relations.

According to the annual report of the United Nations International Narcotics Control Board (INCB), last February, coca-plant cultivation (whose leaves contain the raw material to make cocaine) has increased in Colombia, the world’s leading producer of this alkaloid. INCB data on 2008 have it that the amount of country’s coca-sown land went up 27%.

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La Habana, viernes 20 de marzo de 2009. Año 13 / Número 79

http://www.granma.cubaweb.cu/2009/03/20/interna/artic04.html
De la prensa extrangera

Acabar con el Plan Colombia

Propone vicepresidente Francisco Santos

BOGOTÁ.— Dice sin tapujos ni rebozos que el tratamiento que le dan algunos sectores de la sociedad y del Congreso de Estados Unidos a nuestro país "es indigno" y que muchas veces, como tantos colombianos, "se ha sentido atropellado y humillado".

 

El vicepresidente Francisco Santos.

¿Qué opinión tiene del Plan Colombia?

Yo creo que el Plan Colombia cumplió ya su función.

¿Qué quiere decir eso?

Que ya no es necesario. Sé que esto va en contravía de lo que dicen el presidente (Álvaro Uribe) y el ministro de Defensa (Juan Manuel Santos), pero creo que es hora de que midamos el costo político con su efectividad.

¿Qué es, realmente, el Plan Colombia?

Es una ayuda de 550 millones de dólares de los cuales la tercera parte se va para los operadores. Nos quedan 400 millones. El 50% va a proyectos sociales, que podríamos asumir nosotros, y la otra mitad, unos 200 millones, sí va al Plan Colombia. Gran parte de esta plata se gasta en gasolina y transporte.

Sectores populares se oponen al Plan Colombia.

Le soy sincero, el Plan Colombia, que nos ayudó mucho y fue muy importante en un momento crítico, desde lo político hasta lo policivo y militar contra el narcotráfico, ya no se necesita (¼ ) el costo para la dignidad del país es demasiado grande.

¿Qué quiere usted decir?

El trato que hemos recibido por parte de sectores de la sociedad civil estadounidense y por parte de sectores del Parlamento de ese país es injusto con Colombia. Y le voy a decir algo más: es indigno. Mire: como tantos y tantos colombianos yo me he sentido humillado en escenarios donde nos maltratan.

¿Pero qué relación existe entre el maltrato que denuncia y el Plan Colombia?

Es que un pequeño sector político que ha dominado con una imagen negativa la visión de Colombia en el Congreso nos pide sometimiento silencioso al atropello e inclinación reverencial o, si no, amenazan con no dar el Plan Colombia.

¿Acabarlo no afectará la erradicación de cultivos de coca?

Nosotros estamos erradicando con plata propia. La erradicación manual, que se ha demostrado es mucho más efectiva que la fumigación, llegó el año pasado a 90 000 hectáreas.

¿Y terminar el Plan Colombia no significa pelear con Estados Unidos?

De ninguna manera. Por lo que he dicho seguramente me jalará también las orejas el Canciller, pero creo que es el momento de evolucionar nuestras relaciones, donde el Plan Colombia ya no esté, y diseñar una política distinta con Estados Unidos; buscar un replanteamiento que lleve a que seamos aliados de intereses comunes, aliados de objetivos comunes, aliados de valores comunes porque tenemos los mismos valores democráticos, pero aliados no con la asimetría que hay hoy en día, sino mirándonos de frente de país a país. Con respeto mutuo. (Fragmentos de una entrevista publicada en El Tiempo)

original interview:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3359075


La Habana, viernes 20 de marzo de 2009. Año 13 / Número 79
Polémica por declaraciones

Las declaraciones generaron polémica en Colombia. Mientras sectores de oposición las destacaron y calificaron como el reconocimiento del gobierno de Álvaro Uribe de que la política antidrogas diseñada por Washington en Colombia fracasó, sectores afectos al gobierno descalificaron al Vicepresidente.

"El señor Vicepresidente dijo una verdad que no puede hacer pública ni Uribe, ni su Canciller ni el ministro de Defensa. Esa estrategia antidrogas fracasó. No se puede combatir el narcotráfico solo a punta de balas y bombas teledirigidas", aseguró a la AFP el senador opositor Gustavo Petro.

A su vez, el ex director de la policía colombiana Luis Ernesto Gilibert, rechazó la idea de Santos y dijo que de desmontarse el Plan Colombia "debe ser una estrategia coordinada de común acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, pues los logros de ella son evidentes".

Desde hace dos años el Congreso de Estados Unidos viene recortando recursos para el Plan Colombia, acordado por los presidentes William Clinton (1993-2001) y Andrés Pastrana (1998-2002) para la lucha antidrogas, y ampliado por George W. Bush al combate a la insurgencia.

Estados Unidos tiene personal militar destacado en Colombia, lo cual es motivo de preocupación y tensión con los países fronterizos. Según diversas denuncias, el Pentágono y la CIA dieron cobertura y apoyo al ataque, hace un año, del ejército colombiano a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, lo cual elevó la tensión en la región y provocó la ruptura de las relaciones bilaterales.

Según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU presentado en febrero pasado, el aumento de los cultivos (de arbustos de coca, del cual se extrae la materia prima para la cocaína) fue más importante en Colombia, el principal productor mundial del alcaloide, en donde, según las cifras recogidas por la JIFE en el 2008, el área sembrada aumentó un 27%.

http://www.granma.cubaweb.cu/2009/03/20/interna/artic05.html

 

ElTIEMPO.COM

Archivo

Acabar Con El Plan Colombia Propone Francisco Santos

Acabar con el Plan Colombia por su “alto costo político para la dignidad del país” y buscar un replanteamiento con Estados Unidos, “mirándonos de frente, de país a país, con mutuo respeto”, propone en la siguiente entrevista el vicepresidente de la República, Francisco Santos.

Dice sin tapujos ni rebozos que el tratamiento que le dan algunos sectores de la sociedad y del Congreso de Estados Unidos a nuestro país “es indigno” y que muchas veces, como tantos colombianos, “se ha sentido atropellado y humillado”.

Embate, además, contra un sector de la Corte Suprema de Justicia, contra la oposición y contra las que llama “minorías sindicales infiltradas por la guerrilla”.

En el campo puramente técnico, expone la necesidad de contratar dos satélites para Colombia: uno de comunicaciones y otro de observación.

¿En qué está comprometida hoy la Vicepresidencia? Estoy al frente de muchísimas cosas que el Presidente me ha delegado: lucha contra la corrupción, protección de derechos humanos, acción contra las minas antipersona; ‘Colombia Joven’, un programa que va a desaparecer en el corto plazo.

Presido, además, la Comisión Colombiana del Espacio y la Comisión del Océano; estamos trabajando en un plan de inversiones sin precedentes para La Guajira; trabajo de la mano con la Cancillería y con Proexport para presentar a Colombia como buen destino de inversión, y representó al país donde el Presidente me indique. En los próximos días, por ejemplo, asistiré en Doha, Qatar, a una cumbre de naciones latinoamericanas con países árabes.

¿Es decir que desapareció el alejamiento que en algún momento pareció existir entre el Presidente y usted? Nunca hubo alejamiento; mi relación con el Presidente está basada en la lealtad y la confianza. Tenemos una relación muy cercana y hacia él sólo siento inmensa admiración y agradecimiento por todo el bien que le ha hecho a ésta nación.

Pero, durante un tiempo, hubo una sensación de cierta frialdad...

No la sentí y nunca la he sentido por parte del Presidente.

¿Y de todas estas tareas cuál atrae más su empeño en este momento? Dos: El tema de derechos humanos y la Comisión del Espacio. En éste último, hay que pensar que la soberanía no sólo es territorial y marítima, también está en el espacio y hay que trabajar en poder ejercerla. Fue una lástima haber perdido la opción de colocar en nuestra órbita geoestacionaria un satélite de comunicaciones. Ese es un club exclusivo en el que uno tiene que estar. Y tenemos que colocar dos satélites: uno, de comunicaciones, que ya está avanzado, y otro, de observación de la tierra. Un satélite con órbita polar nos permitirá observar nuestra tierra todo el día para saber cuando vienen heladas y cuando sequía. Necesitamos observación para prevención de desastres, de posibles deslizamientos, aumento de caudales, represamientos, e incluso planeación de operaciones militares.

¿Vamos a contratar su lanzamiento? Estamos haciendo todos los estudios. Ya le pedimos a 14 países las respectivas ofertas. Hay un grupo del Gobierno trabajando en este proceso.

Los dos satélites hay que lanzarlos y dejar de pensar como país chiquito.

¿Y sobre el tema de derechos humanos? Primero, me parece aterrador que sean nuestros propios parlamentarios y un pequeño sector de magistrados quienes presenten en el exterior a nuestra nación como un estado sin garantías, de gobernantes desalmados, de instituciones sanguinarias y con una sociedad mafiosa, cuando los resultados demuestran todo lo contrario. Y si tienen opiniones distintas al Gobierno, no tiene sentido que hablen en el exterior sobre asuntos que deberían ser debatidos internamente.

¿De qué parlamentarios y de qué magistrados habla? Un ejemplo de muchos. El senador (Juan Fernando) Cristo presentó un proyecto de ley sobre reparación a las víctimas de la violencia. Se fue para Washington y Nueva York a presentar su ley y a decir, equivocada y sesgadamente, que el Gobierno se opone a ella, cuando está en discusión en el Congreso y cuando no hay en el mundo un proyecto integral de reparación administrativa de víctimas más importante como el que ya hay y que le va a costar al país la bicoca de 3.500 millones de dólares.

Pero el asunto es que el senador Cristo, propone que el Estado repare no sólo a quienes han sido víctimas de grupos ilegales, sino también víctimas del Estado...

El Presidente es flexible en ese tema. Con límites, obviamente. Nuestra diferencia está en el plano fiscal. Nada sacamos con una ley perfecta que no se cumpla. Somos sensibles y a la vez realistas. Reparar a las víctimas de 50 años de conflicto que vivió este país, si no se hace con juicio, puede reventar nuestras finanzas.

¿Y cuáles son los magistrados que motivan su crítica? Yo me siento muy orgulloso de nuestra Corte Suprema y así lo pregono por todo el mundo como una de las fortalezas de nuestra democracia. Ningún país puede mostrar 60 parlamentarios en la cárcel por la acción valerosa y legal de la Corte. Pero la manera como el magistrado (Iván) Velásquez maltrata y enloda en el exterior la imagen de nuestro país, es inaceptable. Los magistrados deben hablar con sus sentencias, que ya de por sí son reconocidas.

Pero, la Corte lo que pide es respeto a su autonomía...

Autonomía e independencia que tiene y que se respeta. El mensaje que yo deseo enviar a la Corte y a los partidos de oposición es este: resolvamos nuestros problemas acá y no utilicemos el escenario internacional para hacer campañas que le hacen daño, no al Gobierno, que es lo que buscan, sino al país y a ellos mismos, porque el prestigio de nuestras cortes en el exterior es absolutamente abrumador y llena de orgullo a cualquier colombiano.

Sobre el tema de derechos humanos, ¿no le parece aterrador el número de sindicalistas asesinados? Esa es una verdad a medias y muchas cifras son producto de la manipulación.

Presentan todo como persecución cuando la gran masacre de sindicalistas se dio en Urabá, producto del enfrentamiento de dos sindicatos Sintrabanano y Sintagro, uno cercano a las Farc y el otro al Epl. Y la segunda masacre ocurrió cuando la Farc asesinaron a cientos de sindicalistas de Sintrainagro, luego de la desmovilización del Epl. Mire: en la audiencia en Estados Unidos de hace una semanas mostraron como parte de la masacre laboral dos casos. En el primero, una de las ‘víctimas’ murió de un infarto, y el segundo, era el de una maestra que realmente murió asesinada por su esposo, que luego se suicidó. Y eso lo presentan en el exterior como persecución sindical.

Pero al margen de episodios anecdóticos se afirma que han asesinado a más de 2.600 sindicalistas desde 1986 y que 482 de esos homicidios han ocurrido bajo el actual Gobierno...

Perdóneme, eso no es anecdótico . Es grave. Cada caso es muy grave. Pero lo cierto es que las cifras bajaron en más de un 70 por ciento desde el 2002; hay más justicia: 170 casos resueltos en los últimos años y cuantiosos millones de dólares que invertimos en su protección, funcionan. Lo que ellos no dicen, y tampoco quieren que se sepa, es cuántos (asesinatos) se dieron por su labor sindical y cuantos por la violencia que sufrimos todos.

¿Hay infiltración de la guerrilla o de los paramilitares en el sindicalismo? Claro que la hay. Infiltración de las Farc y del Eln. Es una ínfima minoría que le hace un grave daño al sindicalismo colombiano. La captura de un líder sindical con ‘el Negro Antonio’ es apenas la punta de ese pequeño iceberg.

¿Qué opinión tiene del Plan Colombia? Yo creo que el Plan Colombia cumplió ya su función.

¿Qué quiere decir eso? Que ya no es necesario. Sé que esto va en contravía de lo que dicen el Presidente y el Ministro de Defensa, pero creo que es hora de que midamos el costo político con su efectividad.

¿Qué es, realmente, el Plan Colombia? Es una ayuda de 550 millones de dólares de los cuales la tercera parte se va para los operadores. Nos quedan 400 millones. El 50 por ciento va a proyectos sociales, que podríamos asumir nosotros, y la otra mitad, unos 200 millones, sí va al Plan Colombia. Gran parte de esta plata se gasta en gasolina y transporte.

Le soy sincero, el Plan Colombia, que nos ayudó mucho y fue muy importante en un momento crítico, desde lo político hasta lo policivo y militar contra el narcotráfico, ya no se necesita. Sé que el Presidente y el Ministro de Defensa me van a jalar las orejas, pero el costo para la dignidad del país es demasiado grande.

¿Qué quiere usted decir? El trato que hemos recibido por parte de sectores de la sociedad civil estadounidense y por parte de sectores del parlamento de ese país es injusto con Colombia. Y le voy a decir algo más: es indigno. Mire: como tantos y tantos colombianos yo me he sentido humillado en escenarios donde nos maltratan. Precisamente, cuando somos no solo aliados y amigos, sino el único país de América Latina donde la imagen de los Estados Unidos es positiva. Sin embargo, nos maltratan, ¡y de qué manera! Ese es el costo que tenemos que evaluar frente a la efectividad de un Plan Colombia.

¿Pero qué relación existe entre el maltrato que denuncia y el Plan Colombia? Es que un pequeño sector político que ha dominado con una imagen negativa la visión de Colombia en el Congreso nos pide sometimiento silencioso al atropello e inclinación reverencial o, si no, amenazan con no dar el Plan Colombia.

¿Acabarlo no afectará la erradicación de cultivos de coca? Nosotros estamos erradicando con plata propia. La erradicación manual, que se ha demostrado es mucho más efectiva que la fumigación, llegó el año pasado a 90 mil hectáreas.

¿Y terminar el Plan Colombia no significa pelear con Estados Unidos? De ninguna manera. Por lo que he dicho seguramente me jalará también las orejas el Canciller, pero creo que es el momento de evolucionar nuestras relaciones, donde el Plan Colombia ya no esté, y diseñar una política distinta con Estados Unidos; buscar un replanteamiento que lleve a que seamos aliados de intereses comunes, aliados de objetivos comunes, aliados de valores comunes porque tenemos los mismos valores democráticos, pero aliados no con la asimetría que hay hoy en día, sino mirándonos de frente de país a país. Con respeto mutuo.

¿Nos tratan mejor en cualquier otro lugar del mundo? Hay muchos, incluso dentro de Estados Unidos, escenarios políticos sensatos, escenarios económicos donde la imagen de Colombia es impresionante. Nos ven como la niña bonita de América Latina por primera vez en los últimos 40 años. Yo estuve 3 días recorriendo esta nación con el Vicepresidente de China y su conclusión fue de asombro ante el gran país que encontró.

Estoy seguro de que quedamos en el radar de China, luego de que confirmaron que somos un país sólido, respetable, con una economía en crecimiento a pesar del derrumbe mundial.

Pero dirigentes como el precandidato presidencial Germán Vargas Lleras dicen que la seguridad va bien, pero la economía va mal...

Él ya empezó su campaña y obviamente quiere distanciarse del Gobierno. La opinión de todos los organismos internacionales es que nuestra economía está sufriendo, pero mucho menos que todas, y las medidas que está tomando el Presidente en materia de empleo van a empezar a dar resultados a corto plazo.

En algún momento se mencionó su nombre como eventual sucesor del Presidente Uribe. ¿Eso ya está descartado? En política uno nunca debe decir nunca, porque puede ocurrir lo contrario.

¿O es verdad que aspirará a la Alcaldía de Bogotá? Le falta mucho tiempo al actual alcalde. A propósito, quisiera hacerle una recomendación al señor alcalde Samuel Moreno. La ciudad necesita el tren de cercanías, así como necesita el metro.

Pero el Alcalde ha dicho que no tiene recursos para el tren de cercanías... Con voluntad todo se logra. Requirió mucho coraje político tomar la decisión del pico y placa prolongado y también haberlo mantenido después de la presión.

Pero la opinión parece estar en contra... No, yo siento que la gente está empezando a entender y está cambiando la manera de usar el carro. Hay empresas que están cambiando horarios, hay familias que usaban dos carros para irse a trabajar, ahora usan solo uno; usted no puede seguir utilizando 700 kilos de metal para transportar 60 kilos de huesos y de carne. En la medida en que usted genere eficiencia usted va a generar una ciudad con mayor calidad de vida.

¿A usted le gustaría ser alcalde de Bogotá? A quién no le gustaría ser alcalde de Bogotá, pero pensar en eso es prematuro.

¿Qué opina sobre las aparentes coqueterías del ex presidente Samper con el Polo? Lo primero es que, en Colombia no podemos olvidar el pasado. Lo segundo, es que el ex presidente Samper tiene dos objetivos claros: Uno, buscar un espacio político rarísimo y no definido entre el Polo y un sector del Partido Liberal. Y dos, tirarse a Juan Manuel Santos. Y lo que creo es que cada vez que el ex presidente diga algo contra el Ministro, eso debería volverlo Santos parte de su campaña,porque así como no hay nada que más daño haga que tener el apoyo de Samper, tampoco hay nada que más beneficie que tenerlo en contra.

Pregunta final: ¿usted apoyará al ministro Santos como candidato presidencial? No más. Hace rato no hacía un reportaje como el que le acabo de dar a usted.

''La manera como el magistrado (Iván) Velásquez maltrata y enloda en el exterior la imagen de nuestro país, es inaceptable. Los magistrados deben hablar con sus sentencias”.

“El senador Cristo presentó un proyecto sobre reparación a víctimas(...) y se fue a Washington y Nueva York a decir, equivo- cada y sesgadamen - te, que el Gobierno se opone a ella”