De la prensa extrangera
Acabar con el Plan Colombia
Propone vicepresidente Francisco
Santos
BOGOTÁ.— Dice sin tapujos ni rebozos que el
tratamiento que le dan algunos sectores de la sociedad y
del Congreso de Estados Unidos a nuestro país "es
indigno" y que muchas veces, como tantos colombianos,
"se ha sentido atropellado y humillado".
El
vicepresidente Francisco Santos.
¿Qué opinión tiene del
Plan Colombia?
Yo creo que el Plan
Colombia cumplió ya su función.
¿Qué quiere decir eso?
Que ya no es necesario.
Sé que esto va en contravía de lo que dicen el
presidente (Álvaro Uribe) y el ministro de Defensa (Juan
Manuel Santos), pero creo que es hora de que midamos el
costo político con su efectividad.
¿Qué es, realmente, el Plan Colombia?
Es una ayuda de 550
millones de dólares de los cuales la tercera parte se va
para los operadores. Nos quedan 400 millones. El 50% va
a proyectos sociales, que podríamos asumir nosotros, y
la otra mitad, unos 200 millones, sí va al Plan
Colombia. Gran parte de esta plata se gasta en gasolina
y transporte.
Sectores
populares se oponen al Plan Colombia.
Le soy sincero, el Plan
Colombia, que nos ayudó mucho y fue muy importante en un
momento crítico, desde lo político hasta lo policivo y
militar contra el narcotráfico, ya no se necesita (¼
) el costo para la dignidad del país es demasiado grande.
¿Qué quiere usted decir?
El trato que hemos
recibido por parte de sectores de la sociedad civil
estadounidense y por parte de sectores del Parlamento de
ese país es injusto con Colombia. Y le voy a decir algo
más: es indigno. Mire: como tantos y tantos colombianos
yo me he sentido humillado en escenarios donde nos
maltratan.
¿Pero qué relación
existe entre el maltrato que denuncia y el Plan
Colombia?
Es que un pequeño sector
político que ha dominado con una imagen negativa la
visión de Colombia en el Congreso nos pide sometimiento
silencioso al atropello e inclinación reverencial o, si
no, amenazan con no dar el Plan Colombia.
¿Acabarlo no afectará
la erradicación de cultivos de coca?
Nosotros estamos
erradicando con plata propia. La erradicación manual,
que se ha demostrado es mucho más efectiva que la
fumigación, llegó el año pasado a 90 000 hectáreas.
¿Y terminar el Plan Colombia no significa pelear con
Estados Unidos?
De ninguna manera. Por lo
que he dicho seguramente me jalará también las orejas el
Canciller, pero creo que es el momento de evolucionar
nuestras relaciones, donde el Plan Colombia ya no esté,
y diseñar una política distinta con Estados Unidos;
buscar un replanteamiento que lleve a que seamos aliados
de intereses comunes, aliados de objetivos comunes,
aliados de valores comunes porque tenemos los mismos
valores democráticos, pero aliados no con la asimetría
que hay hoy en día, sino mirándonos de frente de país a
país. Con respeto mutuo. (Fragmentos de una
entrevista publicada en El Tiempo) |