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UN JONRÓN CON VOZ DE MUJER

Por Antonio López Sánchez

Foto: Boris Muriedas

 

Hace quizás un año y tanto o dos, mientras entrevistaba a Julia Osendi, la estelar periodista deportiva menciona un nombre femenino y la identifica como su relevo. Así, me propuse seguir la pista de Dayli Sánchez y descubrir por qué despertaba tan alto elogio. Salgo a buscarla, cuestionario en ristre a indagar sobre la que tal vez sea la más joven entre los periodistas de la Redacción Deportiva y con serias posibilidades de avanzar a terrenos profesionales donde las mujeres en Cuba todavía no han plantado banderas: la narración deportiva en televisión.

 

Muy agradable interlocutora, locuaz entrevistada, inteligente y reflexiva, se le escapa un brillo de los ojos cada vez que habla del deporte, de sus ejemplos, o cuando evoca un futuro que pudiera convertirla en una de nuestras mujeres narradoras deportivas.

 

Primeramente, le hago un centro al frente de la portería: ¿Periodismo deportivo? Y aparece el primer gol de su respuesta.

 

«Me hice periodista por el deporte. Y al deporte llego por mi abuelo: el papá de mi mamá, que fue quien me crió. Mi abuelo me sentaba a ver con él la programación deportiva, sobre todo la pelota, y  desde entonces, aunque es algo que uno puede llevar hasta en la sangre, ese mundo me atrajo mucho. Además, siempre quise trabajar en algo dinámico, que no tuviera que estar sentada en una oficina, que siempre cambiara. Por eso me gustó el periodismo y en especial el periodismo deportivo.»

 

Bajo fuerte gardeo, le paso el balón, para hablar sobre su presencia en un medio masculino por hábito, entre periodistas y atletas, y mi entrevistada lanza desde fuera del área: Canasta, vale tres.

 

«Llego a la Redacción Deportiva y me encuentro con la buena acogida de todas las personas y qué bueno y bienvenida y esas cosas. En realidad, rodeada de hombres y yo joven y recién llegada, soy un poco la niña linda de la Redacción, la que todos quieren cuidar y   ayudar. Y todo el mundo me ayuda mucho, en verdad. Con los deportistas es diferente porque ellos conocen a toda la redacción y de pronto una llega nueva y a veces me negaron entrevistas porque no me conocían. Al principio es difícil, pero con el tiempo las cosas han cambiado. Por ejemplo, la misma Julita me dice, vamos para el estadio y ella va conmigo y soy yo quien está en el micrófono y la acompaño a las entrevistas o entrevisto yo misma. Ya después esos mismos atletas te conocen y es más fácil entonces trabajar con ellos.»

 

En la pista, dando ya la segunda vuelta al óvalo de la entrevista, le digo que mire hacia adelante y busque algún modelo a seguir para su carrera, y me contesta sonriente  mientras se acerca veloz a la meta.

 

«Sin duda alguna: Julia Osendi. Siempre me dice, y es mucha verdad, que yo no he pasado ni la mitad de las cosas que a ella le tocó enfrentar. Ella fue la que empezó a hacer el camino en la televisión, que es un medio muy complicado. Y ya hay un camino. Todas las muchachas a las que nos gusta el deporte decimos: Como Julita Osendi, por ser mujer y porque cubre el deporte nacional: la pelota. Además de su labor como realizadora de documentales y todo su trabajo periodístico.

 

«Y en el periodismo en general, mi otro modelo es Guillermo Cabrera Álvarez. En el año que tuve en suerte conocerlo me cambió la vida. Como profesional y como persona, me reafirmó cosas, me reencontré otras y me ayudó mucho. Estar a su lado era aprender.» En la palanqueta quedan un par de preguntas más. La primera, sobre su preparación profesional en un campo tan difícil y especializado como el periodismo deportivo. La otra: ¿Habrá más muchachas en las redacciones deportivas? Dayli levanta en peso y sin visibles dificultades ambos argumentos.

 

«Lo primero vino por parte de mi abuelo. Después, cuando eres un profesional de este trabajo tienes que tomártelo muy en serio. Hay deportes que a mí no me gustan pero igual hay que aprenderse los nombres, las marcas, todo. Es llegar, hacer lo que te corresponde en el día y sentarte a leer páginas deportivas de todo el mundo. Y un consejo que me han dado y que es muy válido: Tener tu archivo personal, recopilarlo todo, terminar un evento y anotar todos los datos importantes. Cuando pasa el tiempo y necesitas cualquier información ahí la tienes. Eso es de una ayuda infinita.

 

«Sobre las muchachas te puedo dar una respuesta en positivo. En el Canal Habana hay una muchacha que se llama Glenda Torres. Ella está estudiando Comunicación Social y en la televisión hace otros trabajos, pero lo que en verdad le interesa mucho es el deporte. En la Facultad de Periodismo, todavía estudiando, también están Dalia González y Rosy Amaro, que igual le interesa el deporte. Ya somos más, como puedes notar. Más alguna otra que quizá no conozca, o sea, de provincias...»

 

Desde el montículo, noveno inning del diálogo, dos outs, y le envío la última pelota entre signos de interrogación. Una recta al centro de la goma, a la velocidad de las cien millas del futuro.

 

¿Cuándo te escucharemos narrar un juego de béisbol en la televisión cubana?

 

«Eso es muy difícil. Yo pasé el curso de narrador comentarista. En ese mismo curso, con el propio béisbol, que es de lo que una más sabe, me pasó, sin embargo, que me fue muy difícil el examen a la hora de narrar. Porque es un deporte muy lento, porque no se narra igual que en la radio, donde puedes describirlo todo. La televisión es diferente, tiene otro ritmo, tienes que comentar y saber mucho. Además, ahora mismo todos los patrones son masculinos. Cuando se comienza a narrar, una tiene algún estilo que sigue, que imita, y luego se va encontrando el propio modo de hacerlo: ¡Imagínate imitar la voz de Héctor Rodríguez y narrar un jonrón con ese modelo! Te digo que he practicado, que me estoy esforzando. Quiero hacerlo, pero todavía no logro que me quede como le debe quedar a una mujer narradora. Todavía es un sueño pero creo que pudiera lograrlo.»

 

De todas maneras, ante el batazo enorme que constituye su respuesta, y ya que hablamos de sueños posibles, podemos decir que la bola se va alejando, se eleva, se va, se va, ¡y se fue de jonrón! Pero esta vez, que sea un jonrón dicho con voz de mujer.

 

 http://www.mujeres.cubaweb.cu/muchacha/html/Te%20presentamos%20a13.html