Condilomas

Credenciales del Papiloma

En las últimas décadas, la incidencia de verrugas genitales aumentó rápidamente en la población sexualmente más vulnerable

La vida puede cambiar, pero no los recuerdos.
Manuel Cofiño

Uno de los temas más pedidos a Sexo Sentido en este año es el del condiloma, enfermedad vírica de la piel que se manifiesta a través de verrugas en los genitales y la región perianal del paciente, ya sea hombre o mujer.

En las últimas décadas, la incidencia de verrugas genitales aumentó sobre todo en la población más vulnerable sexualmente.
En las últimas décadas, la incidencia de verrugas genitales aumentó sobre todo en la población más vulnerable sexualmente.
En las últimas décadas, la incidencia de verrugas genitales aumentó rápidamente, sobre todo en la población sexualmente más vulnerable: jóvenes que inician relaciones muy temprano o cambian frecuentemente de compañía sexual, parejas que no se protegen y hombres que tienen sexo con otros hombres.

Pero el condiloma es un síntoma y como tal puede aparecer o desaparecer, mientras que la causa que lo origina es el Virus del Papiloma Humano, PVH, considerado como la segunda Infección de Transmisión Sexual (ITS) en peligrosidad después del VIH.

Los científicos reportan entre 60 y 100 tipos diferentes de PVH, de los cuales unos 40 atacan a los seres humanos. La mayoría son cepas benignas que producen verrugas en manos, boca y pies, pero otras 15 cepas son muy agresivas, (como la PVH16 y la PVH18, indiscutiblemente asociadas al cáncer de cuello uterino y al cáncer de próstata) y se ven con mayor frecuencia en África y América Latina.

La mitad de las adolescentes y adultas jóvenes adquieren el PVH en el primer lustro de su vida sexual activa. Otros reportes señalan que el 70 por ciento de los casos se infectan durante el primer contacto sexual con la persona portadora del virus.

Lamentablemente, también crece en el mundo la cifra de menores con PVH transmitido sexualmente, señal del aumento del abuso sexual infantil con fines comerciales, pero también en el marco familiar o de las amistades adultas.

Enemigo sin reposo

El virus pasa a la pareja a través de heridas microscópicas o desgarros causados durante el coito. Si hay verrugas, la carga viral es más alta y es más probable el contagio, pero también puede ocurrir durante el estado latente, por lo que el portador debe protegerse todo el tiempo.

A las lesiones abultadas y reconocibles a simple vista se les conoce como condilomas acuminados o cresta de gallo. Estas son coloreadas, duras, y aparecen solas o en racimos. Crecen en áreas húmedas de la piel, cerca de las mucosas.

La mayoría de los pacientes no refieren molestias y las verrugas crecen rápidamente sin atenderse, sin embargo, es frecuente que el PVH se asocie a otras ITS que sí producen síntomas como flujo, ardor, prurito, calor y coitalgia (dolor durante el coito).

Por lo general, los condilomas en el hombre aparecen en la uretra, próstata, vesícula seminal, uréteres y vejiga. En el tallo del pene y el glande tienden a ser más pequeños y menos ásperos que los detectados en genitales femeninos y en la región perianal de ambos sexos.

En casos excepcionales crecen hasta cubrir toda la zona genital y perianal, como el condiloma gigante.

También existen condilomas planos, no detectables a simple vista, que crecen silenciosamente en el interior de la vagina y el cuello del útero, por lo que se necesitan procedimientos especiales para detectarlos. De ahí que toda mujer debe chequearse sistemáticamente, y en caso de dar positivo el estudio, chequear también a su pareja sexual.

Como parte del Programa Nacional de Prevención del Cáncer Cervicouterino, en Cuba se le facilita la realización de la prueba citológica o Papanicolau cada tres años a todas las mujeres entre 25 y 59 años de edad; pero si hay conducta de riesgo, se puede indicar fuera de ese rango de edades o antes del plazo establecido. Para confirmar diagnóstico se acude a técnicas más precisas como la colposcopia y la RCP (Reacción en Cadena de la Polimerasa).

Un asunto de dos

Varios países tratan de desarrollar vacunas profilácticas (para prevenir) y terapéuticas (para curar) contra el PVH. Estados Unidos comercializa un prototipo en algunos países desarrollados, pero es muy cara para las regiones que más lo necesitan. También Cuba incursiona en tal dirección, pero el rigor de los ensayos clínicos demorará aún en varios años cualquier buena noticia en ese sentido.

De momento, la solución es atacar las lesiones según la peligrosidad de la cepa y el grado de avance de la infección. El tratamiento va desde aplicaciones tópicas de diversos productos hasta procederes más radicales como la crioterapia con nitrógeno líquido, electrocauterización, terapia con láser o escisión quirúrgica.

Es bueno aclarar que en cualquier caso se eliminan las verrugas, pero el virus que las provoca continúa circulando en la sangre, por lo que pueden aparecer nuevas lesiones a corto o largo plazos, en dependencia del sistema inmunológico del individuo. A veces el organismo logra desembarazarse por sí solo de la infección y no transmitirla, pero es imposible predecir con exactitud a quien o por qué le sucederá.

El consejo de los expertos para las personas infectadas es llevar una vida equilibrada en cuanto a alimentación y reposo, y evitar el estrés. Lo más adecuado y responsable es que la pareja converse sobre esta situación y la necesidad de protegerse en sus prácticas sexuales, ya sean anales, vaginales u orales, además de chequearse ambos una o dos veces cada año con especialistas en dermatología, ginecología, urología o cirugía general.

Si está en los planes de la pareja tener descendencia, es vital asistir a una consulta de planificación familiar, estudiarse ambos rigurosamente y determinar el momento adecuado para intentar la concepción, tanto si el portador es la futura madre como el futuro padre.

Las verrugas pueden aparecer hasta diez años después de haber tenido una relación de riesgo, por lo que sería correcto —siempre que sea posible— informar del suceso a parejas anteriores y sugerirles que se estudien.

La revista peruana Protomédicos llama la atención sobre otro aspecto, y es la secuela psicológica que trae al paciente el diagnóstico positivo de una ITS. Las emociones van desde la sorpresa y la vergüenza hasta el enojo. Algunas personas se deprimen, baja su autoestima y se preocupan por las consecuencias que esto traerá no solo en su salud reproductiva sino también en su atractivo sexual.

Mucha gente se siente «marcada» socialmente, según comentan lectores que escriben a esta sección. Estas reacciones son más frecuentes en las féminas —las que más acuden al médico—, mientras que los hombres se preocupan mucho por su futuro desempeño sexual.

En cualquier caso, tales secuelas deben ser justipreciadas en la pareja y la familia, y si es necesario ser atendidas por un psicólogo, de modo que la presencia de condilomas y la condición de portador del PVH no constituya un factor de riesgo para futuros trastornos psicosexuales.

 

Pregunte sin pena

L.L: Tuve una pareja estable, pero nos separamos. Cuando decidí tener otra relación, no pude. A la hora del sexo lo tenía presente y era como si él estuviera en el cuarto. No me deja rehacer mi vida. No quiero forjar mi futuro con él. ¿Qué tengo que hacer?

Quizá debas pensar con mayor detenimiento lo que deseas en tu vida, así como el lugar de este «ex» en ella. No basta con lo que nos proponemos, nuestros proyectos deben basarse también en quiénes somos en realidad.

Esto no quiere decir que tienes que mantener un vínculo sin desearlo. Más bien, te sugiero que al elegir próximos romances tengas en cuenta las funciones que él cumplía, el deseo que movilizaba, el modo en que te proporcionaba satisfacción. Es necesario que el nuevo compañero también cumpla con tus requisitos de amor.

Eres tú quien lo tiene tan presente como si estuviera en el cuarto. De modo que suponemos que aunque hayan terminado, algo ha quedado inconcluso para ti.

Dices que no te deja rehacer tu vida, pero atribuimos a tu forma de tenerlo presente la causa de tu inmovilidad. No nos narras nada que haga suponer su interés de obstaculizar tu futuro, pues eres tú quien siente como si aún le pertenecieras.

Usualmente necesitamos un tiempo para recuperarnos hasta aceptar la separación. No es solo cuestión de decidir cambiar. Además debemos respetar nuestro ritmo psicológico para adaptarnos a la nueva situación. Cuando establecemos una pareja, son muchos los lazos subjetivos que se tejen entre uno y otro. No es cuestión de un día desarmarlos.

Por otra parte, te sugiero que valores cuánto deseabas la relación naciente. Pensaste en el otro en el momento de intimar con él. ¿Qué sucedió?

Solo nos narras una experiencia en la que no pudiste. Esto no significa que será así todo el tiempo. Pero si te sigue sucediendo, deberás reflexionar más, y no dudes en acudir a un psicólogo. Allí podrás explicar mejor tu situación y descubrir en tus palabras el meollo de tu problemática.

Mariela Rodríguez Méndez, Máster en Psicología Clínica, Consejera en ITS y VIH/sida. Psicoanalista


 

Sabías qué...

Millones de personas que padecen VIH/sida están en peligro de morir si los principales donantes de fondos para luchar contra la pandemia, que enfrentan una crisis financiera global, cortan la financiación, incluso solo seis meses, informaron fuentes de la agencia de sida de Naciones Unidas.

Los países pobres de África y Asia serían los más impactados debido a una reducción de la asistencia médica, pues la situación sanitaria en esta región es bastante compleja. Según indican varios reportes de prensa, los expertos y los donantes advirtieron que la crisis financiera global obligaría a los países ricos a recortar los gastos en asistencia sanitaria. En el 2007 unos 33 millones de personas estaban infectadas con VIH en todo el mundo, mientras solo cerca de tres millones de personas recibían medicamentos en las naciones de menos ingresos, situación que se agravaría en caso de ser suprimida la ayuda humanitaria.