Havana, Tuesday August 26, 2008. Year 12 / Number 238

In Guantánamo Province

A summer without forest fires

By Jorge Luis Terencio Cautín

A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.

Millions of Cubans take a break from work or school in the summer. To many others, however, it marks the beginning of an arduous undertaking to make sure people can enjoy their vacation and preserve the country’s resources.

Jorge leads the morning briefing of the Monte Llano Brigade.

For instance, far from being temporarily discharged from duty, our forest rangers maintain and even step up security and their preventive and educational efforts these months, when the rate of occurrence is at its peak.

The reason is that people take the opportunity to go camping or swimming by the thousands, and usually travel through forest roads where a bonfire or a cigarette badly put out, not to mention many other careless actions, is enough to set the forest on fire.

If you decide right now to go to Yateras, one of our most densely forested municipalities, you will see that the Forest Ranger Corps and other enlisted forces are ready around the clock to prevent and fight any forest fire.

People here have enough reasons to be overprotective of their forests: eight spotless years make their zeal a national reference for a mission with such an important economic and environmental impact.

To Jorge Eiver Gallardo, head of the local Forest Rangers, their deed results from their joint efforts with the Government, organizations, workers, primary school students and inhabitants of Yateras, all of whom cooperate with the task of prevention and surveillance.

No less important is our work to raise awareness among our mountain dwellers, who have learned to use fire carefully and reduce to almost zero the burning and felling of trees and give no respite to poachers who come looking for parrots, jutías, wild boar and other endangered species and cause fires in the process, Gallardo said.

Wílmer Tamayo Hechavarría, a fire management expert in Guantánamo province, assures that such a long time without a forest fire in Yateras is all the more commendable if we keep in mind that there are over 45,000 hectares of wooded areas in this municipality and the fact that most of them have highly vulnerable and flammable trees.

The Mounted Brigades count on tried-and-tested
tools to control and fight any forest fire.

 

An example of that are the conifers growing naturally on limy soils and the sub-montane rain forest areas along the Jiguaní River basin, not as flammable as the former but much more valuable since they are unique in the West Indies.

Having preserved that rich forest patrimony, located in world-famous sites like the Cuchillas del Toa Biosphere Reserve, the Alexander von Humboldt National Park and the Toa River Watershed, is the greatest achievement made by the 42 men and women who form the Yateras Forest Ranger Corps and their supporting forces, chief Tamayo assures.

A UNIQUE EXPERIENCE

Spearheading disaster prevention efforts in the municipality are the 24 members –including 3 women– of its two Professional Mounted Brigades who, according to Wílmer and Jorge, are the only ones in Cuba, together with two other groups in this province, to do their beat on mules, which allows them to cover great distances without detriment to their combat readiness, provided with highly effective firefighting tools such as backpack water pumps, various types of rakes, axes, trickle torches and shovels, to name a few.

The deployment of one brigade in Monte Llano –at the municipal border– and another in Riíto –on the opposite side– makes it possible to help put out fires in nearby municipalities like Sagua de Tánamo and Moa (in Holguín province) and Baracoa, San Antonio del Sur, Manuel Tames and Guantánamo, where they have successfully extinguished eight fires, Jorge points out.

FAO sources have it that forest fires account for the destruction of 12 million hectares of woods around the world every year.




La Habana, martes 26 de agosto de 2008. Año 12 / Número 238
http://www.granma.cubaweb.cu/2008/08/26/nacional/artic01.html

En Guantánamo

Un verano sin incendios forestales

JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN

El verano constituye un período de reposo laboral o docente para millones de cubanos. Para no pocos, sin embargo, representa una etapa de trabajo arduo destinado a asegurar el disfrute de los vacacionistas o a preservar los recursos del país.

Jorge imparte las orientaciones a la Brigada de Monte Llano.

Los guardabosques, por ejemplo, lejos de desmovilizarse ante el término, donde comienza el periodo crítico de ocurrencia de fuegos, sostienen y hasta redoblan en estos meses la vigilancia y su labor preventiva y educativa.

La razón estriba en que durante el verano adicionalmente miles de personas asisten al campismo, al río; transitan por carreteras y caminos, recurren al bosque y, al hacer fuego, depositar un cigarro encendido o por cualquier otra negligencia, pueden ocasionar un incendio en la floresta.

Si hoy mismo usted decide viajar a Yateras, uno de los municipios con mayor cobertura boscosa en el país, encontrará activado, durante las 24 horas del día, al Cuerpo de Guardabosques y demás fuerzas alistadas para la prevención y el combate de los incendios forestales.

A los yateranos les asisten argumentos para ser celosos con la protección del bosque. Sus ocho años sin la ocurrencia de un fuego forestal los convierten en referentes nacionales en una tarea de tanto impacto económico y ambiental.

Para Jorge Eiver Gallardo, jefe del circuito de guardabosques en Yateras, el sostén de esos resultados está en la labor mancomunada con el Gobierno, organismos, empresas y demás colectivos laborales del territorio, junto a los pioneros y la comunidad, dirigida a la previsión y la vigilancia.

Ha sido determinante también, reconoce Gallardo, el trabajo educativo con los montañeses, quienes han aprendido a usar el fuego de manera racional, limitando casi a cero la quema y la tala indiscriminada y a combatir sin tregua a los cazadores furtivos de pericos, jutías, puercos jíbaros y otras especies endémicas en peligro de extinción, acciones todas conducentes, de una manera u otra, a la ocurrencia de deflagraciones.

Wílmer Tamayo Hechavarría, especialista en manejo del fuego del Cuerpo de Guardabosques en la provincia de Guantánamo, asegura que el largo período de los yateranos sin un incendio forestal es más meritorio en tanto se conoce el amplio patrimonio boscoso del municipio, extendido por más de 45 000 hectáreas, y el hecho de poseer formaciones de árboles altamente vulnerables y peligrosas para la ocurrencia de candela.

Las Brigadas Montadas están equipadas con herramientas de mano de probada eficacia en el control y combate de los incendios forestales.

Ejemplifica con las coníferas establecidas de forma natural sobre suelo calizo, y los bosques de pluvisilva submontana de la cuenca del río Jaguaní, que si bien no tan sensibles al fuego como aquéllas, exceden su valor natural por ser únicos en las Antillas.

Haber preservado ese rico patrimonio forestal, emplazado en sitios reconocidos mundialmente como las Reservas de la Biosfera Cuchillas del Toa, el Parque Nacional Alejandro de Humboldt y la Cuenca Hidrográfica del Toa, es el mérito mayor de los 42 hombres y mujeres que integran el Cuerpo de Guardabosques en Yateras y de sus fuerzas de apoyo.

EXPERIENCIA ÚNICA EN EL PAÍS

Protagonistas principales en la prevención de esos desastres en el municipio son los 24 integrantes (incluyendo tres mujeres) de sus dos Brigadas Profesionales Montadas.

Esos colectivos, según Wílmer y Jorge, tienen la peculiaridad de ser los únicos del país, junto a otros dos existentes en Guantánamo, que cumplen su misión en mulos, lo que les proporciona gran capacidad de desplazamiento en la montaña y alta disposición combativa.

Están dotados de herramientas manuales de reconocida eficacia en el control y combate de los fuegos del bosque, como bombas de espalda, diferentes tipos de rastrillos, azahacha, antorcha de goteo y palas, entre otras.

La ubicación de una de estas brigadas en Monte Llano (al comienzo del territorio yaterano) y otra hacia el final, en Riíto, permite asistir en labores de sofocación de incendios a municipios cercanos como Sagua de Tánamo y Moa (en la provincia de Holguín) y Baracoa, San Antonio del Sur, Manuel Tames y Guantánamo.

Gracias a esa asistencia la brigada ha intervenido exitosamente en la extinción de ocho deflagraciones, todas fuera de su municipio, aclara Jorge.

Como resultado de los incendios forestales, en el mundo se queman anualmente 12 millones de hectáreas de bosques, según fuentes de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Cuba, si bien no está exenta de tan dañinos hechos, desarrolla un serio programa para prevenirlos o minimizar su ocurrencia y efectos. En Yateras tiene nuestro país un ejemplo a seguir para evitar estas catástrofes ecológicas, que tanto perjuicio causan a la flora, la fauna, al suelo y a la vida en su conjunto, incluyendo la del hombre.