En la capital

Parqueos y parqueadores

Ante la polémica desatada por las cartas que sobre este tema publicó nuestro diario, y de la respuesta ofrecida por la Empresa Provincial de Aseguramiento a los Servicios en la capital, un equipo de Granma investigó acerca de otros aspectos no tratados

Gabriel Dávalos
gdavalos@granma.cip.cu

El parqueador estatal resuelve un problema: no hay robos. Pero las irregularidades, indisciplinas, y las cosas que no funcionan bien con ellos requieren un análisis.

Foto: YAIMÍ RAVELOUna señal que prohíbe el parqueo tiene escrito manualmente un supuesto horario; en frente, una señalización de zona restringida: ambos son violados por los parqueadores que trabajan al costado del hotel Habana Libre.

Basta un ejemplo: después de un recorrido por no pocos parqueos de la ciudad, en diferentes horarios, resultó evidente el incumplimiento en la entrega de los tickets que la Empresa Provincial de Aseguramiento a los Servicios refiere en su respuesta. Consultamos entonces al ingeniero Alexis Canetti, vicedirector de esa entidad.

Al día siguiente de la entrevista, un equipo de este diario vio por vez primera los comprobantes en el parqueo del agromercado 17 y K, en el Vedado habanero.

Es correcto que los directivos actúen siempre al encontrar problemas a su paso o al recibir quejas. Pero lo óptimo es que el cuerpo de inspectores funcione todos los días: que hagan lo que tienen que hacer.

Los parqueos y parqueadores son chequeados por un sistema integral de inspectores del Estado que abarca esta y otras actividades económicas. La Empresa ha dispuesto también un grupo de especialistas propios para comprobar su funcionamiento. Pero la gestión que realizan unos y otros resulta insuficiente.

Hay que exigir que en el ticket aparezca, además de la tarifa, la hora de entrada al parqueo para luego efectuar el cobro como está indicado. De lo contrario, el papel sería simple burocracia, y es lo que explica que muchas veces cobre de más.

Foto: RAÚL LÓPEZFoto: RAÚL LÓPEZ
El patio de la escuela secundaria Simón Bolívar, en el Municipio de 10 de octubre, es uno de los tantos lugares utilizados como parqueo nocturno.

Otra irregularidad son los parqueos existentes en las llamadas Zonas Oficiales: por ejemplo, en la calle 12 entre 23 y 25, en el Vedado, o en 25 entre L y M, a un costado del hotel Habana Libre, de las cuales se apropian indebidamente los parqueadores.

Hasta que un día la policía impuso multas a los choferes que habitualmente se estacionaban en esas áreas restringidas.

Hay manifiesto engaño a los consumidores. El equipo de reporteros detectó, además, que en varios parqueos se ofrece el servicio de lavado del auto. Lo negativo es que aun cuando utilizan como único recurso el agua, tomada de alguna empresa o casa particular cercana, han impuesto ilícitamente precios de hasta dos pesos convertibles (CUC). Incluso, a veces, bloquean el espacio de parqueo con sus cubos para reservárselo a los que quieran fregar.

Quienes así actúan deben tener un convenio de fregador con la Empresa y el precio es de un peso (CUP), informó el vicedirector Alexis Canetti.

Por otro lado, decenas de áreas libres en empresas y centros de todo tipo, son utilizadas de forma ilegal como parqueo nocturno. La ganancia que los cuidadores llevan a sus bolsillos cada noche oscila como promedio entre diez y 25 pesos por carro.

Foto: YAIMÍ RAVELOEn la calle 1ra., frente a La Puntilla, no se respeta el doble sentido de circulación al parquear; tampoco se define claramente hasta dónde es el área para estacionar.

¿Pero quién puede pagar 300 al mes por guardar el auto? No se trata tampoco de cerrar esas áreas y punto. Si las entidades no tienen inconvenientes que perjudiquen la seguridad de sus recursos o de la misión social que cumplen, pudieran oficializar el parqueo a través de un convenio con la Empresa Provincial de Aseguramiento a los Servicios. Se le haría un contrato de abonado a los interesados, con una tarifa estatal.

Canetti comentó que trabajan para eliminar los parqueos ilícitos malamente construidos en zonas públicas o del Estado, como los de Alamar. En la actualidad analizan las posibles áreas donde se harán parqueos estatales para responder a la demanda.

Es positivo señalar que hayamos erradicado los delitos en los estacionamientos de muchos lugares de la ciudad, resaltó.

El caso de la agencia Fénix, entidad de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana que abarca el territorio del Centro Histórico, ha provocado numerosas llamadas a la Empresa Provincial. Las tarifas de parqueo en ese territorio no coinciden con la de los parqueos estatales; ellos, advierte Canetti, no están integrados al sistema. Hasta el momento no hay una directiva que indique que seamos la única empresa que desempeñe esta actividad.

Anunció también que ya trabajan en la confección de nuevas tablillas con las tarifas. En las próximas semanas deben ser colocadas en lugares visibles de los casi 500 parqueos de la capital.

Los ciudadanos también deben tomar parte en esta batalla, apuntó. Tienen que exigir su derecho a recibir el ticket y pagar por la tarifa establecida.

REGLAS PARA EL PARQUEO

Los parqueadores deben tener una imagen adecuada. No basta con usar un chaleco rojo para ser identificados; están en la obligación de lucir correctamente. Sin embargo, en ocasiones están vociferando, desarreglados, e incluso ingiriendo bebidas alcohólicas.

Foto: YAIMÍ RAVELOEn algunos lugares se ofrece el servicio de fregado de auto y no se muestran las tarifas establecidas para esta actividad; esto se presta para que aparezcan manifestaciones de ilegalidad.

El reglamento sobre su conducta en los estacionamientos estatales señala que el alcohol está prohibido en esas áreas y quien lo consuma puede ser separado inmediatamente del puesto de trabajo. Advierte también que es obligatorio hablar en voz baja, sin molestar con su actividad a quienes conviven o laboran en los alrededores.

Ante cualquier pérdida o deterioro en los vehículos, provocados por negligencia o descuido, el trabajador de turno deberá asumir la responsabilidad y pagar por los mismos al usuario, pues es garante de los bienes bajo su custodia.

Cada parqueo tendrá un área delimitada. En caso de que sea en la vía pública, deberá tener los contenes pintados. La selección de estas no es arbitraria ni queda a decisión de la voluntad de los empleados.

Los parqueos están asociados a centros comerciales, instituciones culturales, centros recreativos. No existen parqueos en cualquier calle sin motivo alguno apuntó Canetti. Tienen razón los ciudadanos que reclaman su derecho cuando recuerdan que pagan impuesto por circulación terrestre: el cobro no es por estacionarse en la vía pública, sino por el servicio de protección vinculado a un establecimiento determinado.

Foto: YAIMÍ RAVELOLos parqueadores se han apropiado indebidamente de áreas restringidas por la Policía Nacional Revolucionaria: las zonas oficiales.

Ese es el caso, por ejemplo, de la tienda La Puntilla, en el municipio de Playa. Como el espacio habilitado para aparcar es insuficiente, se autorizó a utilizar áreas de la calle frontal y las aledañas. Pero nada limita el parqueo; no se puede definir hasta dónde llega.

En los estacionamientos de la vía pública no se aplicará cobro alguno si alguna persona permanece en el auto.

Finalmente, nadie está autorizado a sustituir al parqueador cuando esté ausente, a menos que sea otro trabajador de la empresa.

Sin embargo, hemos recibido cartas de lectores y pudimos comprobar que no todos los trabajadores de los estacionamientos conocen su reglamento.

En resumen, cada cual tiene que hacer lo que le toca en este problema. La exigencia es la única solución para resolver las irregularidades. Lo que queda claro es que espontáneamente no se solucionan las deficiencias. La Empresa Provincial, y los inspectores deben de exigir y controlar.

Foto: YAIMÍ RAVELOA la izquierda, dos personas sin uniforme, al parecer ajenas al parqueo de la Puntilla, conversan sentados en la misma área donde se estacionan los vehículos.

La realización eficiente de esta actividad, como todas las estatales, no puede estar solamente basada en los controles externos para chequear el cumplimiento, o en las quejas oportunas de la población afectada. Las entidades responsabilizadas con cada tarea deben de garantizar no solo el funcionamiento, sino que este sea eficaz.

Indisciplinados, guillados, oportunistas... no pueden quedar impunes en nuestra sociedad.


http://www.granma.cubaweb.cu/2008/08/08/nacional/artic01.html