BUEN CONSEJO AL PRÓXIMO PRESIDENTE DE EEUU

Por Manuel E. Yepe

Un grupo de expertos estadounidense convocados por el centro de estudios de relaciones internacionales más influyente del país, ha recomendado al nuevo presidente de esa nación que sea electo en noviembre próximo que se comprometa a trabajar de manera cooperativa con los países de América Latina e introduzca cambios en la política exterior de Washington hacia la región.

Así mismo, aboga por abrir canales de comunicación con Cuba, formales e informales. Valora, así mismo, que “Estados Unidos debería dar una serie de pasos con el objetivo de levantar el bloqueo contra Cuba”.

También recomienda mantener las relaciones con Venezuela, y abiertos los canales que se requieran para debatir en foros internacionales las respectivas políticas sobre todos los asuntos.

Las recomendaciones para la política estadounidense hacia la región instan al próximo inquilino de la Casa Blanca a que adopte políticas hacia la región que sean complemento de las iniciativas formuladas por los propios latinoamericanos en materias como la reducción de la pobreza, el mejoramiento de la seguridad pública y los relacionados con la energía.

El grupo de expertos que elaboró el informe lo presiden la Embajadora Charlene Barshefsky y el General en Retiro James T. Hill. Lo completan una veintena de personalidades que incluye ex legisladores, políticos, asesores y otros reconocidos especialistas, asesorados por Julia Sweig, directora del programa latinoamericano del Consejo de Relaciones Externas (Council on Foreign Relations, o CFR), con sede en Washington, DC.

La Embajadora Barshefsky se desempeñó como Representante Comercial del Gobierno de los EEUU (US Trade Representative) de 1997 a 2001, luego de haber sido Vicesecretaria de Estado para el Comercio de 1993 a 1996. Ha sido fuerte activista de la candidatura presidencial del partido demócrata para Hillary Clinton.

El General de Ejército en retiro James T. Hill fue comandante del Comando Sur, de 2002 a 2004, y antes lo había sido del Primer Cuerpo y el Fuerte Lewis, desde septiembre de 1999.

La historiadora Julia Sweig es autora del libro titulado “Dentro de la Revolución Cubana- Fidel Castro y la lucha clandestina urbana”, publicado por Harvard University Press.

El informe, que se titula “Relaciones Estados Unidos –América Latina: Una nueva dirección para una nueva realidad” y cuyos autores fueron convocados por el CFR, parte de la afirmación de que “la política estadounidense no debe seguir estando basada en la suposición de que Estados Unidos es el actor exterior más importante en América Latina”.

Argumenta el documento que la incapacidad de varios anteriores gobiernos en el cumplimiento de sus promesas de seguridad y prosperidad ha minado la fe en “la democracia representativa” y ha alentado “la prominencia de líderes que prometen amplios cambios políticos y sociales, como Chávez”.

Constata el informe el hecho significativo de que, al criticar a Washington, los líderes latinoamericanos logran apoyo de sus pueblos.

Reconoce que “por más de 150 años la Doctrina Monroe ofreció los principios que guiaban la política estadounidense hacia América Latina, afirmando la primacía de Estados Unidos en las relaciones exteriores de la región. Durante las últimas dos décadas estos principios se han vuelto cada vez más obsoletos”.

El problema ahora, añade, es que “el marco básico de la política en Washington no ha cambiado lo suficiente para reflejar esa nueva realidad”. Por lo tanto, sugiere que los diseñadores de políticas hacia la región tienen que cambiar la manera de pensar: “América Latina no pertenece a Washington para perderla; tampoco es propiedad de Washington para salvarla. El destino de América Latina está, en gran medida, en las manos de América Latina”.

Agrega que la globalización de América Latina implica también que la política estadounidense es ahora sólo uno de varios factores que compiten para influir en la región y varios países grandes del área ya han diversificado sus relaciones a un grado tal que hace que Estados Unidos no sea el determinante.

El informe estima que la percepción popular en la región es que el liderazgo global y hemisférico de los Estados Unidos ha caído a su nivel más bajo en la memoria reciente.

Advierte que, a pesar de la liberalización económica, casi 200 millones de latinoamericanos –37 por ciento- viven en la pobreza y eso, combinado con el problema de las desigualdades, genera “barreras” contrarias a los intereses estadounidenses, ya que nutren “polarización política y el agitación social (…) fomentando violencia, obstaculizando el crecimiento económico y minando a la vez el apoyo a la democracia”.

“Los ciudadanos latinoamericanos esperan correctamente que la democracia entregue más igualdad, justicia social y prosperidad, no sólo representación formal”, apunta el informe.

El informe califica de inadecuado el enfoque que ha venido dando la política de los Estados Unidos hacia Latinoamérica, concentrado en tres elementos: comercio, democracia y droga.

Recomienda que, en vez de ellos, se enfoque la política de los Estados Unidos en América Latina hacia estos otros cuatro elementos: migración, pobreza y desigualdad, seguridad energética y seguridad pública.

“Si alguna vez hubo una era de hegemonía de Estados Unidos en América Latina, ésta se acabó”, es la conclusión a que llega el informe sobre las relaciones de Washington con la región emitido el 14 de mayo de 2008.

Mayo, 2008

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