Capitalism is an antonym of democracy
By Manuel E. Yepe (March 2008)

The capitalist socioeconomic order is a synonym for freedom always if you accept that the first freedom is the enjoyment of capital and that money can be free to buy everything.

When the capacity of money is restricted to buy goods which sustain society or whichprevents these being simply another merchandise which can be bought and sold, then capitalism is restricted.

That is why it is so important for capitalism to have a citizenry that has been manipulated by the system on the idea that capitalism equals democracy and any attack against the freedom of money to buy any earthly goods and the morals of man is an aggression against democracy.

Can you imagine what would become of your country or this planet if doctors, educators, courts, governments, means of production and services, information, cultural expressions and even conditions to make love if they were all equal in a society where money cannot determine the difference between quality and urgent needs?

How terribly distorted the precarious asymmetric equilibrium of almost all national societies that capitalism needs for its ideas of continue to be on the sidelines of citizen desires.

Because it would be terrible that if a persons with loads of economic resources is condemned to lead the same quality of life and equal treatment and possibilities of cures, in case of illness, than those who do not have enough money.

Because it would not be logical to think that descendents of wealthy persons must share the same classrooms and quality of education of poor families.

Because it would not make sense that poor and rich be taken to court, in the case of committing a crime, and tried with the same standards, nor that they should educated and corrupt millionaires with the rough and hungry common criminals.

Because presidents elected should not have to give up donations made by rich, influential leaders of nations who, in the future they’re required to protect the security of corporate capital and the most important and powerful sectors of society.

Because the press is only free if allowed by private capital that buys radio and television stations, newspapers, magazines, news agencies or any other mainstream media to efficiently publish what serves their own purposes and that are the determinant factors in the complex of society.

Because they need the best art available and national and international culture that can be exhibited and in their own very important case, for the enjoyment of the educated elite of society that can pay, through publicity, the costs implied.

Because it is a good idea to have society structured in such away that the main attraction for relations between genders is money and economic position, to stimulate competitiveness and a struggle to earn more as the driving force of progress in any level.

When any of these conditions are missing or are threatened by incomprehension it is a part of capitalism that is the same as democracy and must be acted upon rapidly and without mercy.

That is what modern capitalism has done against Cuba, for almost half a century, by the United States government that, today is upsetting it.

A fierce campaign for demonizing the purposes and actions of the Cuban government began even before the victory over power in 1959.

It has been a sustained and unending campaign, initially under the aegis of the US secret services of subversion and later, publicly and officially, through millionaire programs guided without discretion and shamelessly by prominent officials of the Administration.

It has had to be a campaign complemented by the prohibition of the US citizens to visit the Island in search of their own individual evaluations.

For a brief period the United States promoted another regulation against the island, the policy of “from people to people” that authorized a certain kinds of academicians and professors in general to visit Cuba aiming to influence the Cubans. The opposite happened and President Bush cancelled this offensive because it was counterproductive, like a boomerang.

The Cuban revolutionary and socialist project does not impose anti-capitalism in other countries but demands respect for its experiments, assays and studies that the island takes on to create a social and economic alternative to capitalism, more just and much better for the Cuban people.

If any or all the Cuban experiences are of interest to other nations it is up to their peoples to decide, without interference of third parties.

The capitalist order has demonstrated that its model does not satisfy the aspirations of humanity, particularly those of the third world who wish to live under a more equal and less cruel system for all.

United States erratic hegemonic action certainly has contributed to the loss of prestige of the capitalist way of life.

The small and mid level bourgeoisie will surely survive a process of economic and social changes that will have different characteristics in different countries and regions but unquestionably it is a cycle that is winning and, sooner than later, requires substitution.

Because democracy and capitalism, regardless of trying to impose criteria, is not the same thing, rather they are opposites.

CAPITALISMO ES ANTÓNIMO DE DEMOCRACIA
Por Manuel E. Yepe

El orden socioeconómico capitalista es sinónimo de libertad, siempre que usted acepte que la primera de las libertades la disfrute el capital, y el dinero pueda ser libre para comprarlo todo.

Cuando se restringe la capacidad del dinero para adquirir los bienes que sustentan la vida en sociedad o se impide que estos se comporten a la manera de una mercancía más, susceptible de ser comprada y vendida, se restringe al capitalismo.

Por eso es tan importante para el capitalismo que la conciencia ciudadana haya sido manipulada por el sistema para la idea de que capitalismo es igual a democracia y que cualquier atentado contra la libertad del dinero para adquirir cualquiera de los bienes terrenales y morales del hombre es una agresión contra la democracia.

¿Usted se imagina qué sería su país, y este planeta, si los médicos, los educadores, los tribunales, los gobiernos, los medios de producción y de servicios, los de información, las expresiones culturales y hasta las condiciones para hacer el amor estuvieran al servicio de todos por igual en una sociedad en la que el dinero no pueda determinar diferencias en la calidad y urgencia de las prestaciones?

Como eso distorsionaría horriblemente el precario equilibrio asimétrico de casi todas las sociedades nacionales, el capitalismo necesita que tales ideas continúen al margen de las aspiraciones ciudadanas.

Porque sería terrible que una persona con muchos recursos económicos se vea condenada a la misma calidad de vida e iguales condiciones de tratamiento y posibilidades de curación, en casos de enfermedad, que los que carecen de dinero suficiente.

Porque no sería lógico que los descendientes de las personas adineradas tengan que compartir las mismas aulas y calidad de educación con los hijos e hijas de las familias pobres.

Porque no parece racional que pobres y ricos sean juzgados, en casos de delinquir, con el mismo rasero, ni que compartan galeras en prisión cultos millonarios corruptos con rústicos y hambrientos delincuentes comunes.

Porque no debe ocurrir que gobernantes electos prescindan, en sus campañas por los cargos, de las donaciones que les hagan las personas más ricas, influyentes y responsables de las naciones, a fin de que, en su futuro desempeño como dirigentes, se consideren obligados a proteger la seguridad de los capitales corporativos y los del segmento más importante y poderoso de la sociedad.

Porque solo es libre la prensa si es permitido al capital privado comprar emisoras de radio y de televisión, periódicos, revistas, agencias de noticias o cualquier otro medio para que así cuiden con eficiencia que lo que se publique sirva a sus intereses propios, que son los determinantes en el conjunto de la sociedad.

Porque se necesita que lo mejor del arte y la cultura nacional e internacional pueda exhibirse, y en su caso importarse, para el disfrute de la élite culta de la sociedad que es capaz de sufragar, por medio de la publicidad, los gastos que ello implica.

Porque es saludable que todo esté estructurado en la sociedad de modo que el atractivo principal para la relación de géneros sea el dinero y la posición económica, a fin de estimular la competitividad y la lucha por la ganancia como motor del progreso en cualquier nivel.

Donde falte cualquiera de estas condiciones, o se encuentren amenazadas por la incomprensión de que ellas son consustanciales al capitalismo, que es lo mismo que a la democracia, hay que actuar con premura y sin clemencia.

Así lo ha hecho a lo largo de casi medio siglo contra Cuba, el capitalismo moderno, por intermedio del gobierno de los Estados Unidos, que es hoy su Ceca y su Meca.

Una feroz campaña para la demonización de los propósitos y las acciones de la revolución cubana comenzó a desarrollarse antes incluso de su triunfo y toma del poder en enero de 1959.

Ha sido una campaña sostenida e incesante, inicialmente a cargo de los servicios secretos de subversión estadounidenses y posteriormente de manera pública y oficial, con multimillonarios programas orientados sin discreción ni vergüenza por prominentes funcionarios de la Administración.

Ha tenido que ser una campaña complementada con la prohibición de que los ciudadanos estadounidenses visiten la isla en busca de sus propias valoraciones individuales.

Durante el breve espacio de tiempo en que Estados Unidos puso en vigor, como un recurso más contra la Isla, la política de "pueblo a pueblo" que autorizaba la visita a Cuba de cierta categoría de individuos de la academia y las universidades en general, con vistas a que los visitantes influyeran sobre los cubanos, ocurrió todo lo contrario y el presidente Bush canceló esa forma de ofensiva porque resultó tan contraproducente como un boomerang.

El proyecto revolucionario socialista cubano no impone a otros países condiciones anticapitalistas pero si exige de otras naciones respeto por los experimentos, ensayos y estudios que emprende la nación isleña en aras de la creación de un orden social y económico alternativo al capitalismo, más justo y mejor para el pueblo cubano.

Si alguna o todas las experiencias cubanas provocaran interés en otras naciones debe ser asunto de sus pueblos decidir acerca de su aprovechamiento, sin intervención de terceros.

El orden capitalista ha demostrado que su modelo no se aviene a las aspiraciones de la humanidad, especialmente en los países del tercer mundo, de vivir en un sistema menos cruel y más equitativo para todos.

La errática actuación hegemónica de Estados Unidos ciertamente ha contribuido mucho en años recientes al desprestigio del modo de vida capitalista.

La burguesía, especialmente la pequeña y la mediana, seguramente sobrevivirán a todo lo largo de un proceso de cambios económicos y sociales que tendrá características distintas en diferentes países y regiones, pero es incuestionable que su ciclo está vencido y, más temprano que tarde, requiere reemplazo.

Porque democracia y capitalismo, por mucho que se trate de imponer el criterio, no son la misma cosa, sino más bien contrarios.