http://www.granma.cubaweb.cu/2008/02/28/nacional/artic03.html
   
   

Cómo alcanzar la invulnerabilidad ideológica

Armando Hart Dávalos

El tema de cómo librar de manera eficaz el combate para alcanzar la invulnerabilidad ideológica está vinculado estrechamente, en primer lugar, a la ética, al derecho y a la política práctica y, desde luego, teniendo como fundamento una cultura general integral. Por ahí debemos empezar.

La experiencia histórica puede aportarnos algunas claves esenciales. Desde los tiempos forjadores de la nación cubana contamos con un patrimonio ético y jurídico que nos confiere una singularidad que debemos tomar muy en cuenta. Ella se fundamenta en sólidos principios éticos que nos vienen de una larga tradición y que podemos resumir en aquella frase memorable del fundador de la escuela cubana José de la Luz y Caballero:

Antes quisiera yo ver desplomadas, no digo las instituciones de los hombres, sino las estrellas todas del firmamento, que ver caer del pecho humano el sentimiento de la justicia, ese sol del mundo moral.

Nuestra República nace en Guáimaro, el 10 de abril de 1869 con una constitución que proclamó la igualdad de todos los ciudadanos dejando atrás la esclavitud. En el periodo neocolonial en que se produjeron movimientos sociales de gran envergadura fueron, precisamente, la prórroga de poderes de Machado en los finales de la década del 20 y principios del 30, y la dictadura de Batista instaurada en 1952 las que tuvieron como respuesta procesos revolucionarios.

El golpe de estado de Fulgencio Batista con el cual comenzó a gestarse nuestra Revolución, constituyó una violación ética y jurídica, es decir, la violación de la Constitución de la República perpetrada por Batista fue el detonante que abrió cauce a la revolución.

Esta claro que todos los gobiernos en la Cuba neocolonial cometieron ilegalidades e irregularidades, pero cuando tuvieron lugar violaciones flagrantes del orden jurídico constitucional acabaron generando procesos violentos y masivos. Es una buena lección para los que, en la centuria recién comenzada,s continúen bien entrado el siglo XXI el proceso revolucionario iniciado el 26 de julio de 1953. De lo que se trata, pues, es cómo hacemos llegar a todo el pueblo la cultura ética y jurídica que necesita el socialismo, y esto solo podemos hacerlo a partir de las enseñanzas prácticas y la fundamentación teórica de la cultura de Martí y de Fidel. La lucha por alcanzar la invulnerabilidad ideológica pasa por estas cuestiones.

Fidel, con su confianza en el ser humano y en el papel de la educación y la cultura, ha expresado:

El gran caudal hacia el futuro de la mente humana consiste en el enorme potencial de inteligencia genéticamente recibido que no somos capaces de utilizar. Ahí está lo que disponemos, ahí está el porvenir.

Tenemos pues que juntos tratar de estimularnos la inteligencia al máximo de las posibilidades de nuestro pueblo, que son muchas. Por eso, modestamente sugiero la investigación y el análisis en el seno del Partido, con las organizaciones e instituciones del Estado y de masas, de aspectos como los siguientes:

· Cómo elaborar un programa educativo para asumir nuestros deberes políticos y éticos y alcanzar así la invulnerabilidad ideológica que nos ha planteado Fidel.

· Cómo exigir y velar porque las instituciones del Estado exijan a todos los trabajadores sin excepción el cumplimiento de sus obligaciones laborales y responsabilidades éticas.

· Cómo deben actuar las organizaciones sindicales para que atiendan a los trabajadores en sus derechos y asimismo apoyen al Partido en la exigencia política y ética.

· Cómo garantizar el esfuerzo de las organizaciones de masas en todas las instituciones de la Revolución para fortalecer el trabajo ideológico.

Hay cuatro esferas esenciales, que debe considerar nuestro movimiento de masas, que inciden sobre el tema:

— La familia

— La escuela

— La comunidad y

— Los medios masivos en general.

¿Cómo coordinar a partir de estas cuatro esferas, desde la base hasta la cúspide, un esfuerzo asociado en función de los objetivos políticos y educativos de la Revolución? La respuesta a esta y otras interrogantes debe partir del fortalecimiento de la integralidad de los componentes de la comunidad sobre fundamentos de la moral y de la política. Es lo que han hecho las organizaciones de masas con eficacia durante casi 50 años. Hay que profundizar en la experiencia cederista de casi cinco décadas y orientar investigaciones y estudios sobre fundamentos históricos y culturales de la solidaridad en Cuba. Debemos estudiar y fortalecer nuestra memoria histórica y de esta manera podremos celebrar el centenario del Moncada como solicitaba Fidel el 26 de julio de 2003, es decir, en su cincuentenario, con las banderas de Martí y del socialismo.

Sobre estos fundamentos debemos hacer un análisis colectivo de carácter cultural para abordar con sistematicidad la cuestión. Entre los temas de ese debate podían estar los siguientes:

— Qué es la cultura y cómo se expresa en nuestra identidad nacional.

— La tradición ética de la nación cubana desde Varela, Luz y Martí hasta nuestros días.

— La importancia y contenido esencial de la Constitución socialista de la República de Cuba.

— Formas y maneras de hacer política en Martí y en Fidel.

Para terminar, subrayo la necesidad de estudiar nuestra inmensa herencia cultural teniendo en cuenta que los paradigmas fundamentales de la mejor tradición europea en el campo de las ciencias sociales y humanistas han caído en un descrédito lamentable. Es una situación similar a la que tendrían, por ejemplo, la Física o la Química si figuras como Newton, Einstein, Mendeleiev, Pasteur y otros paradigmas del pensamiento científico en estas ramas fueran desconocidos o desprestigiados por parte de los investigadores y profesores de dichas disciplinas.

Se impone, por tanto, reivindicar el pensamiento de Marx, Engels, Lenin, Che Guevara, Martí y de todos los grandes pensadores de la historia universal.

Hoy se abre paso como una verdad irrefutable que el legado intelectual de José Martí constituye un referente ético y político del futuro al que aspiramos para las generaciones venideras y que, con la cultura que representan Martí y Fidel se pueden encontrar los caminos del socialismo en Cuba y en el mundo.

  [http://www.granma.cubaweb.cu/2008/02/28/base.htm]