Don’t you know Flemish, miss?

Luis Luque ÁlvarezBy: Luis Luque Álvarez
Email:
luque@jrebelde.cip.cu

December 20, 2007 00:00:56 GMT

A CubaNews translation by Ana Portela.
Edited by Walter Lippmann. Original:
http://www.juventudrebelde.cu/opinion/2007-12-20/no-sabe-flamenco-senorita/

Miss Belgium was left silent. 
Photo: AFP

She is blond and slender; beautiful in summary. She speaks English and Czech as well as French, her native language. But, terrible mistake: she does not speak Flemish. (Dutch)…

When a television presenter asked her a question in that language, Miss Belgium asked it repeated in French. And that started the whistles and boos from the public that I suspect must have embarrassed her.

It happened on Saturday in Ambers, the port city of Flanders, to the north. It was “expected” that the young lady from the French speaking southern region of Wallonia would know how to speak Dutch. That is why she was booed.

Whoever is unaware of the current political crisis of Belgium would be surprised that the heavens fell for so little. After all, if we make comparisons, in Spain not many Catalonians know Galician nor have many in Galicia learned Basque; nor do many English have to know Gaelic, the Celtic language used sometimes in Scotland, one of the nations of the United Kingdom.

However, criticisms rained down on twenty-year-old Alizée Poulicek for not knowing Dutch. I must explain that I don’t care a whit about these contests, chock full of fatuousness and mercantilism. I target the ever-growing intransigent concern of certain political sectors in Flanders who push the common people toward a socio-linguistic diversity in Belgium and the main emphasis is on the possible division of the country to break off the unindustrialized French-speaking Wallonia.

In fact, 190 days after elections, disagreements between the Dutch and Wallonian parties have prevented forming a government because, since the former want greater competence in jobs, justice, taxes, health, telecommunications, etc. the latter believe that, in effect, that widens the breach between both regions and paves the road towards a partition of the country.

And that is what is behind boos for the blunder committed by the beautiful Miss Belgium. That is the reason behind the fuss. The rich wanting separation from the less rich while, ironically the European Union - with its seat in Brussels, the capital of Belgium – calls for greater economic and common policies…

All well and good, if the issue is to prepare for division while some French speaking sectors warn of a possible scenario: association with France. How is that? For deputy Daniel Ducarme, father of the idea, a completely autonomous Wallonia would not be viable in a Europe where the large states set the lines and, thus, it would be convenient to become associated with Paris which would have the reins of foreign policy and defense. The rest would be done from home.

Does the plan prosper? Would it be a redress for the four million in Wallonia who are spurned by the politicians of Flanders? Whatever happens it would not be today. Obviously Miss Belgium and her paisanos continue to endure other absences of comprehension in the very bosom of a cultured Europe.

 
   
   

No sabe flamenco, señorita?

Luis Luque Álvarez
Por: Luis Luque Álvarez

Correo: luque@jrebelde.cip.cu

Miss Bélgica enmudeció.
Foto:
AFP
Es rubia y esbelta; hermosa, en síntesis. Domina el inglés y el checo, además del francés, su lengua natal. Pero craso error: no habla flamenco (neerlandés)...

Cuando una presentadora de televisión le hizo una pregunta en esa lengua, Miss Bélgica pidió que se la repitieran en francés. Y allá fueron los abucheos y las burlas del público, que sospecho deben haberla ruborizado.

Ocurrió el sábado pasado en Amberes, la ciudad portuaria de la región de Flandes, al norte. Se «suponía» que la muchacha, procedente de la sureña región de Valonia, de habla francesa, se pudiera comunicar en neerlandés. Por lo que, ante su petición, estallaron las reprobaciones...

Quien no está al tanto de la actual crisis política en Bélgica, se extrañará de que el cielo se caiga por tan poco. A fin de cuentas, si trazamos una comparación, en España no muchos catalanes saben hablar gallego, ni muchos en Galicia habrán aprendido el euskera (la lengua vasca); ni los ingleses tendrán por qué dominar el gaélico, lengua céltica que se emplea en algunas regiones de Escocia, uno de los países que componen el Reino Unido.

Sin embargo, a la veinteañera Alizée Poulicek le llovieron las críticas por no saber flamenco. Valga anotar que me importan un gigantesco bledo tales concursos, inundados de fatuidad y mercantilismo. Pongo el ojo en la cada vez más preocupante intransigencia que ciertos sectores políticos de Flandes inyectan en la gente común hacia la diversidad sociolingüística en Bélgica, y el énfasis particular en la posible división del país, para dejar por su cuenta a la desindustrializada región francófona de Valonia.

De hecho, 190 días después de las elecciones, los desacuerdos entre los partidos flamencos y valones han impedido formar gobierno, pues mientras los primeros desean mayores competencias en cuanto a empleo, justicia, impuestos, salud, telecomunicaciones, etcétera, los segundos creen que, en efecto, ello ensanchará la brecha entre ambas regiones y pavimentará el camino hacia la partición del país.

Es en ese contexto que ocurre el traspié de la flamante Miss Bélgica. Y es esa la razón de la alharaca. Los ricos queriendo separarse de los menos ricos, mientras irónicamente la Unión Europea —cuya sede está justo en Bruselas, la capital belga— pide mayor integración económica y políticas comunes...

Pues bien, si el asunto es preparar la división, algunos en el sector francófono ya advierten un posible escenario: la asociación con Francia. ¿Cómo así? Para el diputado Daniel Ducarme, padre de la idea, una Valonia completamente autónoma sería inviable en una Europa en la que los grandes Estados fijan las líneas, por lo que le convendría asociarse con París, que llevaría las riendas en política exterior y defensa. Lo demás, se gestionaría desde casa.

¿Prosperará el plan? ¿Será acogido como desagravio por los cuatro millones de valones que se ven despreciados por los políticos de Flandes? Suceda lo que suceda, no será cosa de mañana mismo. Previsiblemente, Miss Bélgica y sus paisanos deberán continuar soportando algunas otras incomprensiones en el mismo seno de la culta Europa.