1 November
, 2007

Becoming a Doctor on Isla de la Juventud

Leticia MartInez HernAndez AND Yordanka Almaguer (PHotos)

http://www.granma.cubaweb.cu/english/news/art64.html

Luis Fernando Salazar came to the Isla de la Juventud, the largest island off of Cuba, over a year ago. He left relatives and friends behind in his beloved Bolivia to come to Cuba to study Medicine. Saying farewell to his homeland and arriving to an unknown country with worries over his course load made him pretty nervous at first. Even so, he did not hesitated to commit to the six years it will take to finish his career; determined only to return to Cochabamba donned in a white doctor’s coat.

Luis Fernando, with two OF HIS FELLOW STUDENTS, HIGHLIGHTS THE EXPERIENCE AND COMPETENCE OF CUBAN PROFESSORS

"Back home I worked during the day and went to night school, but studies were too expensive for me and my parents. Bolivian friends who have graduated here told me about the doctors’ training program. Now, one of my most important objectives is to become general physician. I know Bolivia and other Latin American countries need doctors very badly, and it’s up to us to satisfy this demand."

A WELL ROOTED PROGRAM ALREADY BEARING FRUIT

Luis Fernando is one of the more than 1,600 young students now studying Medicine on the Cuban island of Isla de la Juventud, as part of the New Medical Training Program created in the framework of the Bolivarian Alternative for the Americas (ALBA). Coming from Venezuela, Brazil, Argentina, Guatemala, Colombia and East Timor, students occupy five medical faculties, scattered all over this municipality.

STUDENTS HAVE ALL THE NECESSARY TEACHING MATERIAlS IN THEIR CLASSROOMS.

After finishing pre-medicine course, where they receive classes in Spanish, Math, Chemistry, History and other basic subjects, the students begin their career. This year’s syllabus has incorporated new changes and students now study Human Morpho-physiology, a subject that is part of the basic sciences of the first years of the medical career, along with Social Medicine, which familiarizes them with primary healthcare.

Students are assigned a family in the nearby community, to which they offer their services four hours a week, together with a professor. More than a requirement of the program, these visits are satisfying for these students, who, far away from their loved ones, enjoy in these houses a family atmosphere.

THE JosE Maceo Grajales IS ONE OF THE FIVE S SCHOOLS for training doctors ON isla de la juventud.

Anita and Gabriel wait for Luis Fernando every Wednesday, the day he regularly visits their family. He has the duty and pleasure of looking after his "grandma and grandpa," as he affectionately calls the 81 and 62-year-old couple. "They need my services and they are very happy when they see me. I’m always monitoring their blood pressure and giving them periodic checkups."

Cuban doctors throughout the country consider teaching as part of their internationalist missions. Their experience is a fundamental pillar in the training of new professionals, in whom they foster values like humanism and solidarity. "Cuban professors are very good. We see them as our parents, and to say goodbye to them is very hard," says Luis Fernando.

THE NEW SCHOOL

The Jose Maceo Grajales Faculty of Medical Sciences was one of the first to be created on the Isla de la Juventud. With some 408 young students from Bolivia, East Timor, Colombia and Venezuela, it concluded the first academic year with a 100 percent graduation. At present, it’s in the process of being turned into a faculty and a policlinic where, besides acting as a school, will offer medical services to patients, including ultrasounds, electrocardiograms and dentistry.

"This place has become a home for these kids," says Dr. Yamarys Hernandez Alonso, the center’s vice dean and a teacher. "Here they have a Monday through Saturday school schedule. On weekends, they usually participate in recreational activities and practice sports. They have all the material resources they need to study; a computer for every two students, digital bibliographies and a Web site where they can update themselves on what’s going on in their respective countries."

Students are frequently found studying in classrooms, halls, or sitting in the shade of a tree. "On Mondays, we have oral, written and practical tests, by way of which we are tested on the subjects given during the week", comments Luis Fernando.

Dormitories impress visitors for their cleanliness and unique decorations. There are eight students per bedroom, each of which has 4 bunks. Telephones, TVs and other comforts are found in their study room. The faculty also offers them simple services including a shoemaker, tailor, hairdresser, barber, manicurist and post office. Visitors are also impressed by the sculpture of Che Guevara the students made with stones.

Thus, between study and other activities, days go by at the Jose Maceo Grajales.

The presence of these soon-to-be doctors on the streets of Gerona or other remote towns on the island is normal for locals, who still remember how during the 1980’s, for the first time the island welcomed more than 20,000 foreign students from 37 nations.

 

 

 

 

 

Jóvenes médicos en calles y comunidades pineras

Leticia Martínez Hernández y Yordanka Almaguer (fotos)

http://www.granma.cubaweb.cu/2007/11/01/nacional/artic01.html

Luis Fernando Salazar llegó a la Isla de la Juventud hace más de un año. Dejó en su Bolivia querida a familiares y amigos para formarse como médico. La despedida de su tierra, la llegada a un país desconocido, y la preocupación por todo lo que en adelante debía estudiar inquietaron sus pasos iniciales. Aún así nunca avivó la idea de regresar, estaba decidido a culminar los seis años de carrera. Solo con su bata blanca pisaría de nuevo Cochabamba.

Luis Fernando, que aparece junto a dos de sus compañeras, destaca la experiencia y competencia de los profesores cubanos.

"Allá trabajaba de día y en las noches estudiaba, cursaba una especialidad técnica pero era muy costosa para mí y mis padres. Supe del proyecto de formación de médicos mediante amigos bolivianos graduados aquí. Ahora uno de mis grandes propósitos es formarme como médico general integral, sé de las necesidades de Bolivia y de los países latinoamericanos, las cuales nos corresponde satisfacer."

PROGRAMA CON RAÍCES Y FRUTOS

Luis Fernando es uno más de los 1 603 jóvenes que cursan la carrera de Medicina en la Isla de la Juventud, como parte del Nuevo Programa de Formación de Médicos surgido a raíz de los acuerdos de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Provenientes de Venezuela, Brasil, Argentina, Guatemala, Colombia y Timor Leste, los alumnos ocupan cinco facultades distribuidas por el territorio pinero.

Los alumnos cuentan en cada aula con los recursos necesarios para el estudio.

Luego de cursar el premédico donde recibieron clases de Español, Matemática, Química, Historia y otras materias básicas, los integrantes del proyecto comienzan la carrera. Este programa de estudio adopta cambios con respecto al que se imparte normalmente en nuestro país. Ahora reciben la asignatura de Morfofisiología Humana, que integra las ciencias básicas de los primeros años de la carrera de Medicina. Además incorpora la disciplina de "Sociomédica" que los familiariza con la atención primaria.

A los estudiantes se les asigna una familia de la comunidad cercana a la escuela a los que ofrecen atención durante cuatro horas cada semana, conjuntamente con un profesor. Más allá de un requerimiento del programa, las visitas constituyen una satisfacción para los educandos, quienes alejados de sus seres queridos encuentran allí también el refugio familiar.

La facultad José Maceo Grajales es una de las cinco escuelas acondicionadas en la Isla de la Juventud para la formación de médicos.

Anita y Gabriel esperan a Luis Fernando cada miércoles, día de su visita a una familia de la comunidad. Él tiene la dicha y el compromiso de cuidar a sus "dos abuelitos", como les llama cariñosamente, de 81 y 62 años. "Ellos necesitan que yo vaya y se ponen muy contentos cuando llego, estoy pendiente de su tensión arterial y los chequeo periódicamente".

Médicos de todo el país asumen la docencia del programa como parte de sus misiones internacionalistas. La experiencia de estos galenos constituye un pilar fundamental en la formación de los nuevos profesionales, en los cuales comienzan a fomentarse valores como el humanismo y la solidaridad. "Los maestros cubanos son muy buenos, los vemos como nuestros padres, y despedirnos de ellos resulta muy difícil", revela Luis Fernando.

ESTA ES LA NUEVA ESCUELA

La Facultad de Ciencias Médicas José Maceo Grajales fue una de las primeras surgidas en la Isla de la Juventud. Con una matrícula de 408 jóvenes originarios de Bolivia, Timor Leste, Colombia y Venezuela concluyó el primer año con una promoción del 100%. Actualmente se alista para transformarse en facultad-policlínico donde, además de impartir clases, se atienden pacientes y se ofrecen servicios de Ultrasonido, Electrocardiograma y Estomatología.

Este lugar se ha convertido en la casa de los muchachos, explica la doctora Yamarys Hernández Alonso, vicedecana docente del centro. "Aquí tienen un horario escolar de lunes a sábado; los fines de semana acostumbran a realizar actividades recreativas y deportivas. Cuentan con lo necesario para estudiar, disponen de una computadora por cada dos alumnos, poseen el material bibliográfico en formato digital y tienen a su disposición una página web donde se les mantiene informados sobre el acontecer de sus países".

No resulta difícil encontrar a los alumnos estudiando en las aulas, pasillos o bajo la sombra de algún árbol. "Todos los lunes tenemos una evaluación oral, escrita y práctica, donde se evalúa el tema impartido durante la semana", comenta Luis Fernando.

Los edificios destinados a los dormitorios impresionan por la limpieza y el decorado de las paredes. En los cuartos conviven ocho estudiantes acomodados en cuatro literas con ventilador y taquilla, poseen además teléfono, y en la sala de estudio un televisor. La facultad les ofrece también servicios de correo, zapatería, sastrería, lavandería, peluquería, barbería y manicura. Sorprende a quien visita el lugar la efigie del Che construida por los propios becarios con piedras del lugar. Así, entre el estudio y las labores extradocentes, transcurre el día en la facultad José Maceo Grajales.

Aún falta tiempo para la graduación de estos futuros nuevos médicos en la Isla de la Juventud, pero su presencia en las calles de Gerona o en los intrincados campos se hace habitual para los pineros, quienes todavía recuerdan los años ochenta del pasado siglo cuando recibieron en su terruño a más de 20 000 estudiantes procedentes de 37 naciones.